Ayer, miércoles 30 de marzo, en el taller de dibujo que doy, hicimos como actividad reinterpretar una obra del señor Oswaldo Guayasamín, un pintor que me fascina y admiro mucho. La consigna era que a partir de la idea original, es decir la obra, poder dibujarla según la manera de los alumnos, utilizando solamente tres lapiceras: una negra para las sombras y el fondo, una azul para los tonos medios, y una verde o amarilla para las luces.
Yo aquí comparto como quedó el dibujo en el pizarrón que hice para ilustrar como debían de dibujarlo, utilizando el blanco pleno de la tiza para simular el negro, un sombreado en líneas para simular el azul, y una tiza naranja para simular el verde o el amarillo de las lapiceras, y aquí el resultado: