EL ESPANTOSO FRAUDE DE NICOLÁS MADURO

MI MENSAJE MÁS SINCERO A UNA PAÍS DEFRAUDADO

Por...MARK

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La forma más acertada de empezar este discurso es diciendo, sin pelos en la lengua, que el pueblo venezolano es demasiado tonto, y lo digo con el más sincero respeto, pero no puede ser que una vez más los tiranos se salgan con la suya. Ya es por demás sabido ese grandioso mantra que nos dejó el cómic «V for Vendetta» del renombrado escritor Alan Moore: «No es el pueblo el que debe temerle a los gobernantes, son los gobernantes los que deben temerle al pueblo». No sé como un pueblo que se sabe a sí mismo libre, puede aguantar la tortura decadente de un movimiento sumamente autoritario, dictatorial y fascista, como el chavismo y ahora el «madurismo», si se me permite el término.

Deben entender que la famosa revolución socialista encabezada por estos personajes nefandos, ya pasó, ya fracasó hace muchísimo tiempo. Ese ideal revolucionario de un pueblo que se bate a duelo contra el capital estadounidense, y los poderes imperialistas demostró desde un comienzo estar bien encaminado, pero con el tiempo fue mal ejecutado, desembocando en lo que hoy conocemos como la Venezuela pobre y hambrienta, y no lo que antaño fue un emporio que reunió a grandes hombres como Simón Bolívar y el General José de San Martín, es hoy una nación sostenida bajo las manos de unos poderosos que infunden miedo y presión.

Creo que la verdadera revolución bolivariana se dará cuando se destierre del poder a estos seres que no hacen más que causar problemas. Pero hay que entender porque Maduro está allí, y es en gran parte culpa de un pueblo que ha agachado la cabeza, dejando que el tirano agarre más y más poder, hasta que de la nada se volvió invencible, controlandolo todo, desde las fuerzas del órden público, hasta las escuelas. Si bien soy de los que piensan que nunca es tarde para hacer un cambio y patear en el culo a estos malditos autoritarios. Solo el caos traerá equilibrio para un país desequilibrado.

Ahora como parte central de este escrito, debo decir que es de una absoluta cobardía lo que el dictador Nicolás Maduro está haciendo, al amenazar a los opositores, al reprimir a un pueblo que solo quiere saber la verdad y sobre todas las cosas, quiere LIBERTAD. Tenemos que entender que aquí lo que se reclama es claridad sobre el asunto, pero en el fondo refleja el miedo que este ídolo de cartón tiene en su interior, pues todo político es muy hábil al micrófono para amenazar opositores o jugar con la esperanza del pueblo, pero cuando las cámaras se apagan, y regresan a sus mansiones, se dan cuenta que en algún momento todo lo que tienen lo van a perder, cuando el pueblo despierte y les quite ese poder. ¡Políticos, no subestimen al pueblo, pues ellos los echarán de una patada en el culo cuando sus manos cansadas golpeen las puertas de la libertad y la esperanza! Es por eso que Maduro hizo fraude en las pasadas elecciones, y lo digo por dos razones en particular: a)-al ver su derrota servida en bandeja de plata, tuvo miedo (actuó con cobardía), y pasó lo que pasó, se negó a perder y cometió fraude. b)- además de ya asegurarse la victoria, tiene en su espalda una cantidad inmensa de poder que le permite hacer lo que quiera y salirse con la suya; pero no me olvido lo que dije anteriormente, por lo que reafirmo que ese gran poder es en parte cedido por un pueblo que lo puso en ese lugar, sin embargo es sumamente necesario volver al pueblo y tomar fuerza para destruir a este tumor maligno que lleva por nombre y apellido el de Nicolás Maduro.

Si se desea una verdadera revolución para tirar a este gigante, se necesitará sí o sí la unión de toda la nación venezolana, donde se dejarán atrás guerras banales como las diferencias sociales o las batallas por ideologías, ya que para terminar de una buena vez con este mal es necesaria la unidad real y dejar atrás los egoísmos infantiles. Ahora, jugando la carta de la patria grande, es menester decir que debe haber una Latinoamérica unida en contra de este dictador, reclamando justicia por un pueblo que sufre.

Recuerden que Maduro en el fondo es un cobarde que se escuda bajo la imagen de un revolucionario decadente, podrá tener toda las fuerzas armadas a su disposición, pero sólo él consciente de su completa debilidad. Él no es el pueblo, el pueblo no es el estado, el pueblo es libertad y democracia.

Le aseguro a venezuela que esto no es para nada malo, se ha demostrado con esta elección que pudieron hacer mear en los pantalones a alguien que se creía intocable y se dió cuenta del poder del pueblo. De ahora en más tenemos que seguir empujando, presionando a los tiranos que algún día caerán, y ojalá sea más temprano que tarde.

Ya para finalizar recaigo otra vez sobre la unión que hace la fuerza que hará a las naciones como la de Venezuela grande otra vez, y para aquellos que hasta el día de hoy festejan o apoyan la dictadura de Maduro, tienen que saber que son cómplices de todo lo que pasa y le pase al pueblo bolivariano.

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Desde este lugar, exijo que se aclare todo lo que pasa, y si hubo fraude me gustaría que el pueblo venezolano y latinomaericano exija una nueva elección justa y democrática, en dónde el ciudadano pueda tener la opción de fiscalizar y controlar, para evitar engaños y falsedades. Si bien es difícil jugarle en contra al poder, se que todo no está perdido, porque una vez un tal Alejandro Magno dijo: «Nada es imposible para aquel que lo intenta», al menos solo queda hacer el intento.