LA SUBCULTURA FEMBOY Y LA MASCULINIDAD TÓXICA
UNA CHARLA SOBRE ESTEREOTIPOS Y LA FEMINIDAD EN EL HOMBRE
Por... MARK
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BREVE INTRODUCCIÓN
Quizás para muchos de ustedes este análisis pueda sonar gracioso o fuera de sentido, pero déjenme que me explaye más a profundidad sobre estas ideas, y luego de ahí en más tome usted sus propias decisiones. A no ser que sea un maldito homofóbico, si ese es su caso, le pido amablemente que se retire. Muchas gracias.
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1.1
SOBRE LOS FEMBOYS Y LAS ACTITUDES FEMENINAS EN EL HOMBRE
El término femboy surge casi como un insulto en el internet profundo (año 2010), para denigrar o referirse a aquellos hombres que eran «poco masculinos» o demasiado afeminados (como así también fanáticos del anime, el manga, trapitos, ect.). Con el pasar del tiempo, el término femboy fue ocupando un lugar preponderante dentro de una subcultura que habita en el interior de la comunidad LGBTIQ+, que lleva el mismo nombre (femboy).
Si obedecemos a las leyes que originaron el término, se puede afirmar que es todo lo contrario a ese estereotipo de hombre fuerte, súper Sigma y Gigachad. Por lo tanto, lo importante de mí análisis recae en ese mismo punto. Los femboys son ese costado femenino que los «hombres por naturaleza» desean evitar.
Lo importante acá es entender que ésta comunidad de adorables chicxs, vino a poner en jaque los estereotipos propios para hombres, utilizando por ejemplo, ropa que es común en la mujer (aunque hay teorías de base sociológica que sostienen que la ropa no tiene género)*.
Esta actitud de «no-hombres», vino a generar, y ésta es solo mí opinión, una caída (imaginaria por cierto) sobre «lo que es ser un verdadero hombre». Algo que a muchos heterosexuales les ha molestado, pues se sienten violentados o atacados... Digamos que para una mentalidad vacía, la idea de un comportamiento femenino en un ser masculino, se convierte en la degradación moral del hombre. Es decir se muestra en su debilidad, o en otras palabras: vuelve a lo masculino un sexo débil.
Ya me he referido un par de veces al suceso que aflige a muchos hombres, al ver como otros hombres se colocan faldas y cualquier otro tipo de prendas femeninas. Ellos solo quieren ver a hombres rudos, viriles, no a estos «niñatos» que representan lo frágil de la masculinidad. Y a raíz de esto hacen memes y los seres más elevados afirman que son unos infantiles, que no tienen sentido del ridículo, que forman parte de ese costado marginal de la humanidad, que son, en definitiva: la «generación idiota».
Eso es entonces lo que yo llamo la Revolución Femboy, es esa sensación de sentirse victoriosos al ver qué han logrado algo magistral: transgredir las barreras de lo masculino.
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* Algunos estudios para tener en cuenta:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-35232019000600037
https://drive.google.com/file/d/1jgx_JNK6bsv5gJdRNbJa777qXjt_Xrc5/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/1LXSvUvV4o2Li5hWq73fyVAI7PnTASvI3/view?usp=sharing
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2
INTRODUCCIÓN AL SIGUIENTE CAPÍTULO
Es interesante o más bien curioso como actualmente los devotos del desarrollo personal, en sus videos, al hablar sobre «falta de hombría», «hombres débiles» y otros términos, utilizan imagenes de femboys o fanáticos del anime (también fans del cómic y videojuegos). Digo que es curioso porque de alguna manera, estos «hombres fuertes», ubican en la cúspide de lo transgresor a alguien que decide vivir y llevar a cabo su verdadero Yo en una total, plena y consciente libertad. Pero para estos hombres hechos y derechos, ellos (los femboys) son los responsables de la falta de masculinidad, o en todo caso la misma comunidad gay es responsable de volver al hombre un sexo débil.
Ejemplos hay muchos, veamos algunos:
Son teorías bastantes alocadas, lo que deja en evidencia que manejan un cierto aire homofóbico y machista, pero me reconforta saber que no es más que la envidia por no poder ser ellxs mismos (solo que nunca lo admitirán, pues disfrazan sus inseguridades en esa máscara del «desarrollo personal»).
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2.1
NADA ES LO QUE PARECE, PERO TIENEN LA LIBERTAD
No pensemos que la vida de los femboys es así de mágica y todo pintado de rosa. La decisión de estos jovenxs de salir de ese armario tan claustrofóbico y mostrarse al mundo tal cual son, para poder llegar a decir con orgullo: «¡Yo soy un femboy!», no es tan fácil. La sociedad en la que nos encontramos ha avanzado mucho a decir verdad, pero tiene otras cuestiones que la hacen ver como un avance a medias. Ya demasiado tiene esta comunidad que lidiar con acosadores: hombres cis-heterosexuales que basan su pensamiento en ideas arcaicas sobre la sexualidad y sus formas de expresión, para enterarse también que la sociedad (¡si, este maldito planeta!) los condena. Pero no es TODA la sociedad, hay afortunadamente, personas que apoyan hoy en día sus luchas y estan para reivindicarlos.
Pese a todo lo malo que pueda pasar allá afuera, admiro la valentía de estos chicxs para mostrarse como son en realidad. No hay nada más hermoso que la libertad de expresar lo que uno de verdad es.
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3
SOBRE LA MASCULINIDAD TÓXICA
Es evidentemente necesario, al llegar a este punto, hablar sobre la famosa masculinidad tóxica. Según San Google y su primo San Wikipedia, definen a dicho estereotipo de masculinidad de la siguiente manera:
«La masculinidad tóxica es un concepto utilizado en psicología y feminismo para referirse a ciertos comportamientos de los hombres que pueden generar cierto daño a la sociedad, incluyendo a los propios hombres».
Muy bien, a simple vista es un pensamiento bastante retrógrado sobre como debe ser y comportarse un verdadero hombre (ser fuerte, no llorar, trabajar duro, ser el proveedor, etc.). A ver, seamos sinceros, estamos hablando de ese grupo de personas que se sienten especiales, únicos y diferentes por ir al gimnasio (gymbros/gymrats), o también porque no, podemos hablar de cosas tan funestas como los coaches del desarrollo personal, que te quieren vender el discurso sobre como ser un «hombre de alto valor», como tener el temple de un estoico y demás cosas por el estilo. Son, a fin de cuentas, personas que cargan un prejuicio innecesario en contra de todo aquello que se presente como «no masculino», o contrario a los preconceptos establecidos por una sociedad (patriarcal), que establece las reglas del juego para los dos tipos de sexos.
Bueno, yo creo en efecto, que toda esta movida hetero-cis en contra de una comunidad tan necesaria como la LGBTIQ+*, termina jugando en contra de esos mismos hombres. Uno de los principales preceptos de toda sociedad es el respeto a la libertad y a que cada quien puede hacer con su vida lo que le plazca.
Pasando en limpio la idea, me pongo yo de ejemplo y mí posición bien fundada en contra de la promiscuidad. Sí, es una actividad que me parece absolutamente desagradable, y que arruina la imagen del hombre o de la mujer. Pero tengo que entender que mis preconceptos o mí propia filosofía de vida, es producto de mis vivencias, por lo tanto, no puedo prohibir a otros hacer lo que quieran con su libertad.

Pero la masculinidad tóxica se fundamenta en valores poco serios (corta libertades), cargados de prejuicios y hasta de una cierta idea de superioridad. Son ellos los que se creen el último bastión moral de esta sociedad, los salvadores del universo, los hacedores de los mitos sociales, mientras repiten a más no poder que: «los tiempos difíciles crean hombres fuertes, y lo tiempos fáciles crean hombres débiles». Esto no es más que uno de esos mitos sociales. La construcción de la figura del hombre (o de la mujer), no consiste en el tiempo fácil o difícil, más bien depende de las circunstancias. Hace 70 u 80 años, el hombre y la mujer debían de hacer lo que las circunstancias de su época le demandaban, hoy en día estamos formando parte de otro contexto (otras circunstancias), que nos posicionan de otra menera. Pero esto no quiere decir que estemos transitando actualmente un «tiempo fácil», de hecho no es nada sencillo. Las implicaciones de la mala gestión político-económica, el avance inescrupuloso de la tecnología en nuestras vidas, la falta de conexiones humanas profundas y la necesidad constante de querer llamar la atención, llevan a un aumento de la depresión, la ansiedad o el suicidio. Cada momento historico tiene su complicación. Nadie puede afirmar que hoy en día todo es más fácil. Quizás en algunos aspectos de la vida si tengamos esa facilidad, pero hay ciertos factores que pueden hacer nuestra vida un poco más pesada.
La concepción del hombre débil es la creación de un arquetipo que representa a lo que no queremos llegar, todo sea en nombre del esfuerzo y la productividad desmesurada. Ahora todos creen que estos grupos de nuevos jóvenes (generación idiota), representan un futuro oscuro para la humanidad. Cómo si más de mil años de cultura violenta, guerras, masacres y dictaduras, pudieran condensarse en esta nueva era de la digitalización in extremis. Debemos estar orgullosos al ver jóvenes que plantean nuevos estilos de vida, que cuestionan los aspectos más relevantes de ésta sociedad posmoderna**. Las formas tradicionales de hacer las cosas irán desapareciendo, no podemos ofrecer resistencia ante los cambios. A toda revolución le sigue una acción y en toda acción se ejecuta un cambio.
Si bien no podemos ignorar que la masculinidad tóxica es una problemática que se sigue reproduciéndose, y contaminado la mente de estos jóvenes moralmente superiores por hacer pesas, pero cuyos cerebros están corroídos por basuras como Jordan Peterson, Andrew Tate y otros tantos influencers más. Con este análisis no abogo por una desaparición del hombre, sino más bien creo que la raíz de la Revolución Femboy, se desarrolla en el núcleo que cuestiona lo moralmente correcto, y nos invita a reflexionar sobre lo profundo de las expresiones humanas. Por otro lado, la mirada de la sociedad poco importa, ya que es en nuestra individualidad donde encontramos la felicidad.
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*Es innegable lo importante que ha sido la creación de la comunidad LGBTIQ+ a lo largo de la historia, sirviendo como un punto de apoyo para todos esos chicxs y chicas que buscaban y siguen buscando un lugar en este mundo.
** https://bymyown.me/2021/05/17/ser-femboy-otras-formas-de-desafiar-la-masculinidad-toxica/
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3.1
SOBRE LA SEXUALIZACIÓN DEL FEMBOY Y SU EFECTO NEGATIVO PARA LA REVOLUCIÓN
Este puede ser el único punto negativo por mí parte que se le atribuirá a este ensayo, porque tengo que decir que las maneras en la que estos chicos buscan llamar la atención me parecen un poco inadecuadas. Y ya que mencioné la promiscuidad, es esencial hablar de la hipersexualización.
Empecemos por las redes sociales, éstas ofrecen una amplia manera de mostrarse al mundo, pero es obvio que lo sexual vende y mucho. Como espectadores de la realidad, nos interesa de sobremanera esa parte íntima de la otra persona, nos alimenta el morbo de saber que pasará por su cabeza. Es por eso que escribo este capítulo, más que nada dirigido a la juventud femboy, para advertirles de las consecuencias. Esta muy lindo el hecho de generar ganacias con el morbo y todo ese tipo de cuestiones, pero es muy fácil darse cuenta que están siendo objetivizados sexualmente. Su esencia como ser humano pierde todo valor, pues son solo fetiches para la otra persona, que luego de usarlos los dejará en un rincón hasta que vuelva a tener ganas otras vez. Y aquí (reitero), solo estoy volcando mí punto de vista sobre una problemática real, y es que la constante exposición y sexualización del cuerpo, dan por resultado una visión atrofiada de la idea original. Por lo tanto se vuelven a generar otro estereotipo sobre la figura del femboy, que ahora ocupa el rol femenino y sumiso.
Están bien las bromas subidas de tono y todos esos chistes internos—dependiendo con quién se los utilice. Pero es importante entender que vender el cuerpo en redes XXX para adultos puede ser perjudicial. Insisto nuevamente en este punto: es solo mí visión del asunto, la libertad individual le da la opción a cada persona de elegir lo que más le conviene.
La denominada Revolución Femboy* trajo consigo una nueva expresión de la sexualidad y de las formas en las que ésta se puede experimentar, pero aún así no tenemos que olvidar el eje central: esa puñalada al corazón de la masculinidad.
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* Al final ahora que lo pienso, capaz que este capítulo esté de más, pero me pareció pertinente traerlo a colación
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4
CONCLUSIÓN FINAL
Tengo que afirmar que éste análisis surge como respuesta a una interrogante que me formulé alguna vez: ¿Por qué a la heterosexualidad masculina (y en algunos casos femenina), le molesta que un hombre lleve falda, o se comporte con ademanes propios de las damas? Bueno, creo que al menos logré responder algo de todo eso. Lo importante es dejar de mirar lo que hace el otro y empezar cada uno a enfocarse en si mismo. La libertad es un derecho que nos aporta esa sensación de ser dueños de nuestras vidas, ergo, dejemos que otros sean dueños de las suyas ¿Qué, acaso vamos a criticar a otros por lo que llevan puesto, por como se mueven o como hablan? No hay nada más importante que vivir y dejar vivir...
¡Así que no, tranquilos hombres heterosexuales, la masculinidad no está en peligro, solo se expande hacia nuevos horizontes!
¡GRACIAS POR LEER!