... Somos la revolución, nuestros cuerpos son la revolución. Somos los hijos condenados del sistema, somos los perdedores, los rechazados, los fracasados, los marginados, los que se sienten diferentes, los únicos, y los especiales. Si, somos todo eso y muchos más, y por siempre lo seguiremos siendo, ya no nos importa ser oprimidos, porque somos los que, en nuestra propia locura, amamos y abrazamos la libertad, porqué no se puede amar y respetar la vida si no se tiene un poco de libertad. Así que compañeros/as vuelen, sean libres, sean ustedes mismos/as, no se dejen atropellar, y luchen hasta por las cosas más insignificantes, porque siempre la revolución es el camino hacia un mundo donde podamos correr libres y en paz...
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