YO SOY LA MAQUINA
"Era una cosa completamente gigantesca, era como ver una gran masa de metal que crujía con cada paso que daba. Era un coloso, una imponente creatura. Nadie sabe de dónde vino, ni como llegó, pero su presencia fue algo que vino a alterar el cansino clima de este ciudad. Si bien fue un suceso de hace muchos años -
1921 por ahí- creo que es algo que marcó para siempre la historia de esta región, y por que no del país, me atrevería a decir. Imagínese usted-
dice aquel lugareño con una sonrisa entre misteriosa y dulce- si de un día para el otro, un ser venido del espacio mismo, y completamente hecho de metal, deambula por las cercanías de su casa, como si no le importara nada. Debió haber sido algo muy horrible, o quizás todo lo contrario, no sabría decirlo -
dice con una expresión de duda en su rostro- contemplar aquel gigante pasearse por entre los campos. Lo del secuestro de la mujer-
doña Lidia - no se lo puedo precisar, son muchas las versiones, y las historias que se narran, así que esa se la voy a deber. Los que si, hace tiempo vino un director de
Hollywood recolectando datos sobre lo que había pasado, para una película, nuca se hizo nada. Y en cuanto a la bestia de acero, desapareció de un día para el otro, algunos dicen que se fue, otros afirman que todavía sigue por aquí, aunque escondido, vaya uno a saber dónde. Es una cosa media rara, uno a veces no sabe si creer o no, es como las brujas vió, uno no cree que existen, pero de que las hay, las hay-
dice con una fuerte y estrepitosa risotada-.Nota extraída del periódico local de nombre "El Informe" año 1921, página 5, publicación número 235, en ella se entrevista al ciudadano Marcelo Lorenzini de unos 75 años aproximadamente.
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