El niño había nacido así, con aquella deformidad tan a la vista, con su apariencia de monstruo. Para sus padres era muy difícil poder mirarlo a la cara, les daba asco, les daba miedo, su madre se arrepentía constantemente de haberlo dado a luz, era una abominación que debía permanecer oculta de los ojos del mundo. Por eso es que decidieron esconderlo en una habitación a la que nadie iría, y allí permaneció durante mas de veinte años, siendo alimentado por las empleadas que pese a su horrorosa forma no le temían, y lo cuidaban. Cuando sus padres murieron el continuo viviendo allí, hasta que finalmente, diez años después, el también nos dejaría.
Fue enterrado en un lugar alejado de la casa, y su tumba jamás fue descubierta, solo se conserva de el una vieja fotografía en blanco y negro, y su leyenda continúa, como la del bebe maldito.
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