EL AMOR ES LA ULTIMA ESPERANZA
UN DRAMA DE AMANTES VERDADEROS (o de verdaderos amantes)
ACTO PRIMERO
¡Me rindo a los pies de tu presencia! ¡Me abrazo al destino que te trajo hasta aquí cuando la tormenta lo arrasaba todo! La calma de una caricia puede ser más fuerte que mil palabras ¡Oh amada mía! si es un regalo del Creador poder verla hoy, desearía entonces que el tiempo no pasara, y su cuerpo caliente siguiera pegado al lado mío en esta fría noche de invierno.
ACTO SEGUNDO
El tacto recorre cada sensación que envuelve al ser, la piel se eriza al toque de la mano del amante. La experimentación del placer se disfruta en la desnudez del alma, donde uno y uno se entrelazan en la conversación ¡Usted sabe la poética de su verborragia, y la grandeza de sus conocimientos! Por favor, concédame ésta pieza.
ACTO TERCERO
La danza expresa en su candor la voluptuosidad de su belleza. Resalta su silueta creada a manos de los mismos dioses ¡Los mismos seres que construyeron el olimpo! ¡Oh amada mía si es usted una pintura de Rubens, y yo deseando ser su amor como en aquella escultura de Rodin!
ACTO CUARTO
No quisiera que el tiempo pasara, me gustaría que las traicioneras fuerzas de la vida dejaran de mover las agujas del reloj. Pero amada mía, así como has venido te marchas, casi como una presencia fantasmal de la cual no puedo olvidarme. Te vi alejarte tan pálida, azul bajo la luz de un sol que no quería salir en aquel cielo color plomo.
ACTO QUINTO
Me quedé sumido en la soledad plena de mí cuatro, extrañando tu presencia que hace no más de una hora me abandonó. Reflexiono entonces sobre lo caro que sale el amor, y lo difícil que es poder desprender de mí mente los recuerdos amables de tus manos tersas sobre mí piel sensible.
Todo es tan irreal, todo es tan ficticio que me hace ver la vida como el antagonista de esta historia. Me conformo con las migajas que me da la vida, pero aún así elijo siempre actuar en el papel secundario de esta vida mía.
ACTO SEXTO
El amanecer trae esperanza, es el auto-convencimiento de que cada nuevo día es mejor que el anterior ¿Será tal vez tan así? No puedo afirmar ni denegar tal idea, mí vida es monótona y plana, cada día es igual al anterior, pero es tu amor—que ahora se marchó— el que me saca de la rutina. Hacer, hacer, dormir y repetir, así son los días, las semanas, los meses, los años.
ACTO SÉPTIMO
Necesito su amor bella dama, como quisiera poder retenerla a mi lado, dormir juntos como en aquella noche y poder descansar sin el miedo de saber que en algún momento marcharás. Cuando la vida baja el telón se siente devastadora, es como una puñalada al corazón. Es pues el amor medicina necesaria para el funcionamiento del corazón, y sin el tuyo no soy nadie. Soy solo un fantasma detrás de una máscara que finge estar bien cuando en el fondo te extraña.
ACTO OCTAVO
Volví a verte pero te alejaste de mí como quien ve a un espanto, esta comedia que empezó romántica, se ha convertido en una tragedia dolorosa ¡Oh que tan poderoso es el amor, que puede arruinar un alma noble! ¿Qué artilugios mueven los hilos que nos atan y nos mantienen separados? No sabes cuanto deseo volver a abrazarte, a sentir tu pelo, tu piel, tu olor virginal que es superior a cualquier flor.
Es excitante pensarte, pero el sentimiento de extrañarte me perturba a tal punto que ya no deseo vivir. Prefiero ahogarme con mi propia sangre antes que aceptar que el destino no nos quiere ver juntos ¡La vida es tan cruel con las almas sensibles! No soporto este dolor, caigo entonces al pozo de la desesperación.
ACTO NOVENO
Sueño mil y una formas de poder volverte a tener, de retenerte aunque sea solo un instante, pero pienso que eso es imposible, has ido seguro a abrigarte a los brazos de otro amante. Así vas por la vida, rompiendo corazones como si no fueran nada, pues en el tuyo no pesa la consciencia de saber que el malestar que se siente es tan fuerte, que presiento que este será mi último latido.
ACTO DECIMO
Finalmente te puedo volver a ver, han pasado años pero aquí estás otra vez frente a mí. Te confieso lo mucho que te extrañé pero tu te quedas allí, en esa pose de no saber que hacer, me miras como pidiéndome disculpas, pero no hablas.
Justo en el instante en el que vas a susurrarme algo te desvaneces en el aire como si fueras solo vapor, yo me despierto abrumado, era un sueño otra vez.
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