EL EXTRANJERO
CUANDO LA VIDA NO TIENE SENTIDO
Por…MARK
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¿Para qué vivimos? ¿Tiene la vida algún
sentido aparente? ¿Existe ese sentido? Estas son preguntas que me genera la
existencia misma, el recorrer tranquilo por la vida, pensando en que tal vez
cada nuevo amanecer sea solo un paso más hacia la muerte, pero en el medio ¿Qué
nos queda? ¿hay algo por lo que realmente valga la pena vivir? ¿tenemos una
verdadera misión? Bueno, a todo esto, quien podría asegurarlo, si a fin de
cuentas la vida es un misterio que cada uno intenta resolver a su manera. El
filósofo y pensador argentino Darío Sztajnszrajber dice, en una entrevista que
le realizaron desde el canal TN (Todo Noticias), que la búsqueda de un sentido
para la vida es: «una búsqueda farmacológica» para intentar sobrellevar la vida,
y tiene toda la razón, porque «si pensamos la cosa a fondo, la cosa no tiene
fondo», afirma Darío. Esa tan bestial búsqueda por un sentido, es solo el
resultado de darnos cuenta que no hay tal sentido, y estamos acá, vomitados a
la vida, para tratar de surfear lo mejor que podamos esta maraña de problemas y
desilusiones que es la vida misma. ¿O sea que Albert Camus tenía razón?, desde
Schopenhauer hasta hoy, podemos darnos cuenta que la vida es absurda, que es
miserablemente vacía, cargada de dolores y padecimientos que de alguna manera
intentamos rellenar, matando el tiempo entre vicios y quejas.
«El Extranjero», novela del filósofo francés
Albert Camus, planeta esa idea de que la vida es un gran sinsentido, y nos
presenta la vida de Meursault, un hombre promedio que vive en el aterrador―pero
cada vez más común―, piloto automático. La vida de este joven hombre es confusa
y abrumadora, se lo puede percibir al leer el capítulo inicial, cuando, entregado a una vida sin sentido, ve la muerte de su amada madre casi como un
hecho que no tiene mayor importancia. Esa sensación de desapego, esa mirada
indiferente hacia la misma sociedad, en donde solo se mueve por inercia, porque
ya está adormecido por la rutina, la vorágine de la vida lo envolvió, y lo
convirtió en un ser insensible, que vive, ríe y ama, porque bueno así tiene que
ser. Incluso su estado de inacción y de poco valor hacia la vida, le hace ver
de una manera distante e indiferente el hecho de haber asesinado a un pobre
árabe. Hecho que lo lleva a la cárcel y a presenciar el largo juicio en su
contra, pero él todo lo mira de otra forma, es como si la vida misma no tuviera
sentido, a fin de cuentas, somos solo seres que en algún momento desaparecerán.
Estamos corriendo siempre por el mismo agujero vacío, ganamos y conseguimos
cosas que a veces con facilidad perdemos, pero ¿para qué? ¿para darle un
sentido a la vida? Si total, pasado un tiempo, ya de todo esto no quedará más
que polvo.
Podríamos decir que el personaje de la novela
de Camus padece algún trastorno depresivo, pero es más profundo que eso,
estamos hablando de la pérdida total de sentido en la vida, alguien que solo
vive porque puede respirar y aun su corazón funciona, pero que sabe que eso
tampoco tiene sentido, podría no existir y aun así seguiría sin encontrar
sentido. El amor de su vida, la joven María le parce una muchacha atractiva,
pero no encuentra un sentido en ese amor, es dubitativo, le da igual lo que sea
que pase.
No hay cosa más espantosa que encontrarse en la
posición de Meursault, saber que nada de lo que hagamos va a darle una impronta
decidida a nuestra vida, si al final vivimos siempre caminando casi sin un
rumbo. Tal vez las personas que afirman haber encontrado un sentido, están
comprando un placebo para hacer de sus vidas un poquito mejor, y poder
sobrellevar así los males del mundo. De hecho, el mismo título del libro no es
algo elegido al azar. Llega un punto en la vida de Meursault, que hasta incluso
se siente un extranjero en la vida en la que está viviendo, ni hablar de su
percepción de ser extranjero en la ciudad en la que vive y con la gente que de
alguna manera aprecia.
II
Si alguna vez usted lector o lectora a
atravesado la depresión o el vacío existencial, sabrá lo difícil que siente
vivir, los pocos colores que medianamente hacían de nuestras vidas algo más o
menos placentero, ahora se han vuelto grises y fríos. Eso es lo que experimenta
el protagonista de la historia, una total perdida de los colores, ahora todo es
gris, plano y repetitivo.
¿La comprensión de que la vida es vacía significa entonces que puede llenarse?¿Si la vida es sufrimiento, significa pues que puede haber una contraparte positiva? Bueno, esas son otras preguntas que han surgido mientras leía «El Extranjero», y me era imposible no sentirme identificado con lo que el protagonista nos iba narrando. Los que padecemos o quienes padecieron depresión, sabrán muy bien como percibimos esa angustiante apatía por la vida. Pero quizás la figura de María representa ese costado más positivo de su vida, como una vía de escape de tanta gente a la cual le es indiferente, tal vez con María pueda ser feliz, pero no termina de sentirlo del todo, y ese vacío que siente no puede llenarse nunca, pues a pesar de que lo intenta no puede conseguirlo. Hay algo adentro de él que lo consume poco a poco. Pasa tantas horas muertas fumando que al final del día su inacción termina por volvérsele en contra, pero no deja de ser una persona a la cual le gusta compartir tiempo con los demás, de hecho es un buen empleado, y un buen amigo, pero no puede decir lo mismo de él. Su propio vacío lo ha ido alejando de su propia versión, ahora es solo un zombie que vaga consciente de estar muerto en vida.
El libro está cargado de un ambiente denso y pesimista, pero su lectura es llevadera. A fin de cuentas, es la realidad que nos toca; fuimos entregados a la tierra y a pesar de nuestro descontento acá estamos, tratando de vivir o más o menos eso. El personaje, Meursault hace eso, más o menos vive, trata de hacer todo lo más llevadero posible, pero pese a su desgano no intenta otras alternativas viables como el suicidio, pues uno se pregunta ¿Si ha perdido todo sentido de la vida, para que seguir viviendo? ¿Por qué no tomar el camino más fácil y dejar de sufrir?, pues la explicación está en las mismas palabras de Camus, cuando dijo: «la comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo», esa frase explica muchas cosas. Entender que la vida es absurda, es analizar todo desde un punto de vista distinto, presenciando la vida como una tragicómica sucesión de eventos. De ahí la indiferencia por la vida, pues nada es tan malo como tampoco tan bueno.
Vamos y venimos de aquí para allá, detrás de sueños y promesas, para darnos cuenta al final del día que nada ha cambiado, seguimos siendo los mismos seres humanos miserables que habitan esta tierra, día tras día, año tras año, repitiendo siempre el mismo guion barato.
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* Fragmento de "El Extranjero" (Albert Camus)- extraído de: "Escritores malditos de todos los tiempos" ( https://escritoresmalditosblog.wordpress.com/2020/08/15/albert-camus-el-extranjero-frag-3/)
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