ESTUDIAR SALVA VIDAS
PROPUESTA PARA EL MEJORAMIENTO DE LA DECADENTE SOCIEDAD ARGENTINA MODERNA
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«La educación es el arma
más poderosa que puedes
usar para cambiar
el mundo»
(Nelson Mandela)
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Los cambios reales para el mejor funcionamiento de las sociedades, se encuentran en un solo factor: la educación. Esta es la clave para el correcto desarrollo individual y colectivo de las poblaciones.
Si los estados que gobiernan las grandes naciones que componen los cinco continentes, desean terminar con la delincuencia o los problemas ocasionados por un incremento en los niveles de violencia en todos los estratos sociales, es mí deber entonces hacerles ver que no va a haber nada más provechoso para las masas que estos estados inviertan en educación. Debemos aportar mediante esta herramienta, contenidos que instruyan en valores y le den otro significado a las generaciones presentes y futuras.
Tenemos, en la educación, los elementos necesarios para acercarnos a aquellos que están despojados del sistema, para enseñarles el respeto por la vida, la naturaleza, a los animales, el gusto por el aprendizaje.
Sé también que para muchos jóvenes ir a la escuela no requiere de un alto nivel de compromiso, pues la ven como un centro de tortura, donde se muelen los cerebros, y se les da contenidos innecesarios, poco relevantes, volviendo las horas de clases en una rutina tediosa, así que muchos optan por desertar, y van por caminos poco gratos, que no benefician al tejido social. Ahí está una de las principales fallas, si los chicos encuentran aburrida la escuela, es porque esta se está quedando atrás en el tiempo, entregando tan solo datos que repetirán como un discurso junto a fórmulas preestablecidas, y no enseñando a pensar, procesar y reinterpretar la información.
Un pueblo libre será siempre un pueblo educado, un pueblo inculto será siempre un perro sumiso ante cualquier amo que venga a rascarle el lomo. De ahí que las cabezas del poder quieran pueblos enteramente embrutecidos, porque saben con total seguridad que no van a ser conscientes de revelarse.
La educación es libertad colectiva, pero también en el plano individual, es la ventaja más grande que puede tener el ciudadano de a pié.
A los jóvenes de esta generación y de las que siguen hay que enseñarles que, más allá de ir a la escuela, es muy importante buscar otras cosas que hagan crear consciencia. La autoeducación es vital. Hay que explorar nuestros gustos, entender cómo funcionamos, hacer inmersivos viajes a nuestro interior. Pero nadie quiere hacerlo, estamos frente a una generación que prefiere las fiestas desenfrenadas, perdiendo el tiempo entre el consumo y alguna que otra pelea afuera de los locales bailables, porque todo lo que he explicado arriba es aburrido. Nada es aburrido cuando se trata de buscar, con gustoso placer, los caminos que nos abran las puertas a pensamientos más profundos y no condicionados por lo que nos dice Google o un millonario fitness de Instagram. Ahí está la diferencia. Con esto puedo ver que siempre tuve mal mí enfoque, esta es verdaderamente una sociedad del no-pensamiento, no porque se ve rodeada de manera obligada por las distracciones que la desvían de su verdadera esencia, realmente es una sociedad del no-pensamiento porque, por voluntad propia, no quiere ni desea pensar, porque prefiere las distracciones antes que enredarse en intrincadas divagaciones que la enriquezcan hasta en los planos más espirituales.
Si la sociedad entonces elige por cuenta propia no pensar ¿Valdría de algo todo esta argumentación? ¿Podría hacer un cambio real, abogar por un mundo más educado? Bueno, lo importante es que somos varias las personas que buscamos enriquecernos y divulgar ese placer, para tratar de contagiar las mentes de los demás. Una vez un tal Frédéric Bastiat dijo que: «donde entra el comercio no entran las balas», yo me tomo mis licencias (con todo el respeto del mundo) y digo que: «en una sociedad donde priman los libros, no hay espacios para las balas».
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Me preocupa muchas veces la situación que atraviesan las personas de las villas o «barrios populares/carenciados», al no poder elegir algo mejor para ellos o sus hijos, siendo relegados a la buena de Dios, frente a un estado que no los tiene en cuenta. El no poder elegir es una forma injusta de vida y allí deberían primar los libros, allí debería pisar fuerte la educación, para darle valor a esos jóvenes que sin otra opción viable, se inclinan por el camino incorrecto que los lleva al crimen y al consumo de drogas.
Con un estado que aumente la presencia de la educación, se hubieran podido evitar tantos crímenes impactantes que han ocurrido en los últimos años y en los últimos días, como el atroz caso de la pequeña Kim.
Si no se respeta la figura del educador, menos se va a respetar el valor que tiene la vida de alguien inocente.
Hay que quitar el estigma de que el estudio es un sinónimo de aburrimiento, y puedo entender que lo dicen porque nadie tiene ganas de estudiar, sin embargo, los frutos que luego cosecharemos serán mucho más sabrosos comparados con aquellos que nunca cultivaron la gracia de poder leer y analizar un libro.
Ante esta creciente ola de violencia en el país, esto que acabo de escribir es mí propuesta para tratar de mitigar los embates de un mundo corrompido ¿Puedo garantizar que funcionará? No lo sé a ciencia cierta, pero si tengo fe en que en la mayoría de los casos, los resultados serán extraordinariamente positivos. Solo hay que darle una oportunidad.
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