TODO DENTRO DE TI, NADA FUERA DE TI
UN CAMINO INTERNO HACIA LA VERDADERA MEJORÍA
Siempre estamos apuntando, como seres humanos, hacia una evolución personal donde deseamos dejar atrás aquellos comportamientos o razonamientos que ya no nos benefician, para pasar a dar un paso más en la escalera de nuestro destino, obteniendo el premio de haber logrado ser una versión mejorada de lo que fuimos el día de ayer. Pero tranquilo, como advertencia inmediata, te digo que esto no es otro discurso motivacional de mentalidad de tiburón, en donde todo se trata de la autoexigencia y hacer de cada segundo de tu vida, un eslabón que formará parte de la cadena de productividad global. Al contrario, lo que yo estoy atravesando es mucho más beneficioso, porque me permite madurar sin la necesidad de aceleradas rutinas y alcanzar mejores momentos de claridad mental.
Sé que últimamente está de moda todo este engaño del desarrollo personal, que es una cosa completamente vacía, porque es un cambio que está hecho solo para afuera. Se busca tan solo demostrar lo disciplinado que se es, pero no hay un fundamento trascendental, aun así intentes agregarles prácticas milenarias como la meditación. Al final del día, lo que entregas es tan solo la apariencia de que estás haciendo algo. No se busca el crecimiento de la consciencia, sino de ver que tan atractivo te ves si cuentas como es tu rutina de desarrollo personal, y más aún, si te burlas de aquellos que aún no han empezado con el compromiso de cambiarse a ellos mismos.
Veo entonces a muchos jóvenes que adoptan esos mensajes tan desagradables, creyendo que van a mejorar si se levantan a las cinco de la mañana, se duchan con agua fría, hacen gimnasia y leen ocasionalmente un libro. Al recibir vacío, estos nuevos iniciados en el camino del falso desarrollo personal, solo replican ese vacío, y así lo irán contagiando a otros, generando una falta total de sentido, porque están buscando, de manera directa, una validación externa que los felicite por cuanto han cambiado, y no se dan cuenta que así no son felices, porque no se puede ser feliz si continuamente tienen que pedir que otros los definan como seres felices, cuando en realidad la verdadera felicidad habita dentro de nosotros.
Por eso, lo que yo propongo es una vuelta de tuerca al desarrollo personal tradicional y elitista que estamos viendo continuamente por nuestras pantallas. A esta nueva propuesta yo la llamo: Desarrollo Personal Esotérico, pero tranquilos, aquí no hay magia negra ni rituales paganos, tampoco talismanes, grimorios, hechizos o invocaciones. Aquí, en esta nueva faceta del desarrollo personal, nos encontramos nosotros frente a nuestra esencia, desnudos los dos, reconociendo ser parte del mismo universo que compone esta estructura material que llamamos cuerpo.
La categoría de esotérico puede resultar extraña, hasta casi como una contradicción del mismo término, pero son enteramente fusionables. Yo lo llamo esotérico, porque para poder conocernos mejor y así desarrollar una versión avanzada de nosotros mismos, debemos mirar al origen, entender porqué somos así, porqué nos definimos de tal o cual manera. Una vez identificados estos aspectos, este desarrollo debe ser alimentado asiduamente con el valor cultural/intelectual de libros antiguos que nos alimentan con la sabiduría primigenia del hombre. Porque es allí, en el origen del todo, donde hallamos las respuestas. Ahí, en ese páramo en ruinas, donde el sol acaricia las columnas de lo que alguna vez fue un antiguo monasterio, se encuentran presentes las verdades que nos permitirán reconstruir ese derruido templo. Esa estructura no es más que la reorganización de nuestra alma. Tu intimidad interna es tu templo, nunca olvidemos eso, allí habita la paz, el amor, la felicidad, el gozo, pero también el dolor, la melancolía, la ira, la falta de fe, etc.
Este (falso) desarrollo personal de internet pone como valor principal al cuerpo, dejando de lado todo lo que atañe a lo interno. En mi versión esotérica, el cuerpo/corpus ocupa el rol de ser un depósito de nuestra esencia, porque el verdadero desarrollo o la auténtica evolución personal, tiene que ser sí o sí interna. Lo primero es engrandecer el alma por medio del reconocimiento de nuestros errores, sabiendo entonces que somos seres falibles, lograremos estar en una paz que nos dará el impulso necesario para seguir adelante. Si uno no puede reconocer su imperfección terminará por frustrarse más de la cuenta, y para este viaje es necesario tener todo asumido antes de afrontar los riesgos de tamaña empresa.
No me gusta establecer reglas, por lo que aquí tan solo hay libertad, el espíritu se desarrolla mejor cuando lo dejan ser, cuando se le permite, por medio de un cuerpo manipular la realidad y generar experiencias, que se traducen en sensaciones, pueden ser momentos agradables o amargos. Reconocer la oscilación pendular de la vida, nos da a entender que todo corresponde a un equilibrio que está por fuera de este orden que llamamos natural. Nada ocurre por mero capricho, todo se concatena en una cadena que vamos forjando donde siempre trataremos de ser mejor que ayer.
El desarrollo personal actual busca en las rutinas (para nada realistas) una sola cosa, la felicidad. El influencer o coach, cree saber qué es lo que nos hace felices, como si existieran reglas que todos cumplimos. El camino que yo propongo a experimentar, está basado en la búsqueda de una plenitud o felicidad, que se consigue estando conectado con el presente. Somos felices cuando estamos en el aquí y ahora, deseando que esa situación que nos hace liberar tanta serotonina, nunca termine. Ahí, en ese encuentro con amigos, en ese abrazo de los padres o en el final del buen sexo, somo verdaderamente felices.
Uno de los tantos errores más grandes de la juventud que sigue a personas que realizan contenido indebidamente denominado de crecimiento personal, es el de confundir el ser con el tener. El ser feliz, está intrínsecamente relacionado con la persona que experimenta la felicidad de manera plena, siendo consciente en mente, cuerpo y alma, del momento que deja de ser tiempo traducido a horas, para ser tan solo el aquí y ahora, no existe una categoría horaria que nos limite, tan solo es el sujeto fluyendo con esa sensación de placer absoluto. Por otro lado el tener para ser feliz, se ve reflejado en la necesidad imperiosa de obtener lo material para intentar ser feliz, como una especie de escapismo al vacío, pues odian reconocer que siempre les falta algo, entonces dependen de lo material para darse a sí mismos valor y felicidad, pero lo material está sujeto también a la idea de validación. Las personas de esta última categoría, requieren continuamente del exhibicionismo más obsceno, para que otros les digan lo felices que son y así saber que son felices (si, es muy redundante). Muchos se refugian en el dinero como herramienta de la felicidad (perpetuando a un más su estado de tener para ser), por lo que me lleva a pensar que, si algún día todo lo que tienen desapareciera de sus vidas, jamás volverían a experimentar la felicidad. En cambio la persona que sabe ser feliz, reniega del materialismo más banal y se inclina por la simpleza del momento, por un bienestar que le reconforta en demasía.
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