lunes, 28 de noviembre de 2022

Que se VAYAN TODOS!!

 ¡¡¡TODOS, QUE SE VAYAN TODOS!!!
A 21 años del 2001

Por... MARK

    El mes de diciembre, desde el año 2001, es un mes negro en la historia argentina, que marca una de las peores crisis sociales y económicas producidas en el territorio nacional, que todavía, en todos los estratos sociales, sigue haciendo ruido. Cómo dice la canción «La Grieta» de la banda Las Manos de Filippi: 

  «La grieta real fue en el 2001, cuando a un político en la calle lo prendían fuego»

   Si, por más violento que parezca, así se vivió aquel año trágico, envuelto en represión, muerte, saqueos, corralitos, helicópteros, y cinco presidentes en once días.
   En el año 2001, la bronca contra los políticos se agravó, pero como dije, ese descontento con la elite gobernante, perdura hasta hoy en día. Si bien pareciera que cada vez hay más seguidores sectarios, que ven a los políticos como seres que vienen a salvarnos cuál mesías reencarnados, hay otros (y me incluyo), que los vemos cómo esos tipos/tipas que solamente están ahí, ocupando una silla, para no hacer nada, pero que si son buenos para llevarse en sus bolsillos el sueldo de un mes entero, en donde debatieron cuestiones que no vienen al caso, y no tienen, por supuesto, ánimos de cambiar el rumbo de una nación, que al igual que el Titanic, se hunde en las aguas de su propia miseria.
   Visibilizar a los políticos como los responsables de la destrucción de un país, entiendo que muchas veces puede ser un vía de escapa muy fácil— es como descargar la culpa en el otro— pero, en parte la tienen. Ellos son los que, en vista de querer crear esclavos útiles, manipulan a las masas para volverlas bobas, y así tener un ejército de muchos «L-gantes» dando vueltas, y reproduciendo discursos por demás violentos. Pero ahí no se centra todo mí odio, y mí sentir anti-político, sino que va más allá, al ver la inoperancia de aquellos que dicen que trabajan para nuestro bien, cuando en el fondo sabemos que nuestros bolsillos están cada vez más vacíos, y ellos en cambio llenan cajas fuertes, o bolsos en el caso de algunos.
   La grieta acá es moral, es netamente social, pero mentalmente la sociedad está consumida, ya que su percepción de lo que es moralmente correcto se sitúa de acuerdo a donde apunte el discurso político, por eso después tenes las réplicas de discursos que son realmente de odio, pues tienen la cabeza tan comida, que hacen caso a cualquiera, son quienes creen que hacen la revolución, dañando a los demás. La grieta es moral, porque por un lado hay un discurso que se basa plenamente en echarle la culpa a todos aquellos que nos piensen cómo ellos, un discurso que en pos de un progreso, solo consigue atrasar, y por el otro lado de la grieta, está la semilla de una libertad, que si me lo permiten, voy a dudar un momento de esa «libertad», porque la verdadera libertad es la que no depende de ningún gobierno, la que no depende de ningún estado, por eso dudo muchas veces de las personas que usan el término «libertario» (ya que si lo fuesen, abogarían por un mundo libre de la opresión estatal).
   La grita se la vive y se la siente en la calle, está latente en cada sector de la sociedad, pero ¿Por qué ya nadie desafía al poder político? ¿Por qué ya nadie levanta el puño y pide a gritos «QUE SE VAYAN TODOS»? La respuesta es muy simple, aunque hay que decir que ya muchas personas se cansaron de hacerle el juego a los políticos, y le han perdido el miedo, pero son pocos lo que han despertado, la idea central del «Que se Vayan Todos», habla de una cansancio, de un odio al poder que juega con nosotros, y no le importa cuántos tengan que morir para satisfacerlo, después de todo, vos seguís siendo un número más.
  Llega el momento en donde hay que volver a ese aspecto más real de lucha, para demostrar el verdadero poder del pueblo de a pie, de que no somos peones en un tablero de ajedrez, en donde podemos morir, total van a buscar a otra pieza más para que ocupe nuestro lugar. Hablamos un par de veces en este blog sobre luchar contra el sistema, pues ellos son el sistema, ellos son una parte de ese engranaje mortal y global, que generan más gasto que cosas útiles.
  El «Que se Vayan Todos» refleja la ira de ser utilizados, es un «ya no más », en la cara de los dueños del poder. Hay que unirse a luchar por una nación realmente libre, total ya sabemos que hay: 

  «Hijos de putas en el gobierno, hijos de putas en la Rosada, y en todos los ministerios»

   Hay que entender que la lucha se hace en el día a día, y desde el momento cero en el que no nos dejamos lavar la cabeza, pero esto no se centra solo en aquellos que muchos bautizaron como los «despiertos», sino en aquel pobre que con su cabeza, completamente lavada, abala el discurso político de algún nuevo candidato, que con vocabulario prometedor convence a las pobres masas, de que no importa si el estomago les grita hambre de comida, ellos tienen que seguir alimentando las barrigas de los ricos que están allá arriba, dándose los lujos de un rey, viviendo la realidad paralela, y lo digo, esto no se trata de atacar a un solo sector político, sino que al igual que en los 90's o en el trágico año 2001, nos damos cuenta que, mas allá de la línea política de tal o cuales candidatos, son todos iguales, ya sean de izquierda, de derecha, de centro, ninguno de ellos se salva del sometimiento a los pueblos, ellos son los que esclavizan a la gente. «Es que yo soy diferente», «la derecha es el futuro», «se equivocan, el furo es liberal», «no, el socialismo es la calve», la misma idea de cambio pero dichas bajo un mismo mensaje: «no importa a quien votes, todos de igual manera, te vamos a romper el cul...».

«Ganó lugar con solo prometer
Carnes asadas, convidó al pueblo
Quien dio su voto creyendo que poseía
sensibilidad social
Que cumpliría sin aflojar
Con sus discursos pre-electorales
Con los que tejió su fraude»


  Si trazamos una historia de la política nacional, vamos a encontrar diariamente malas gestiones, corrupción, muertes, crímenes, droga, negocios sucios, mafias, y una larga y extendida lista que podría durar hasta el infinito. La política en la argentina, se ha vuelto el eje central de toda la vida, hoy en día estamos, aunque no lo queramos así, atravesados por lo político, por más que no te importe si sube el dólar, o aumenta la nafta, hay que entender que eso también repercute en tu bolsillo, en lo que comes o consumís a diario, pero ellos en cambio se pueden ir a Catar a ¡alentar a la selección (más perdedora)!, no trabajar (si es que en algún momento lo hacen) y aun así gozar de su sueldo (historial real).


        «Cuando no hay opción el pueblo sufre y se la banca, y aunque es medio quedado, nunca irá para la plaza»


     En fin, así es la historia o así es nuestra historia, somos esto pero estamos acostumbrados a serlo, nos gusta estar pisoteados, reclamamos derechos, pero no somos escuchados, y tampoco hay un ánimo general de querer cambiar esto que somos. La Argentina no es mas que un paraíso de gente con sangre de guerreros y combativos, solamente que estamos anestesiados, dormidos ante las pantallas de la televisión que te miente. La posverdad en argentina es un hecho que existe desde hace años, hasta el día de hoy seguimos pidiendo justicia en un país en donde la misma a pesar de ser ciega, también es sorda, a no ser que se le arrimen algunos billetes, tenemos políticos con doble discurso, políticos que se contradicen, políticos que mienten y no pasa nada, políticos con doble moral, son ellos los que deben pagar por el sufrimiento de todos nosotros. Son ellos los verdaderos responsables de la miseria, son ellos los que viven de la muerte. 
¡¡FUEGO  a las instituciones que no sirven, FUEGO a la inoperancia, GUERRA a la burocracia!!!


«Ejercer el poder corrompe, someterse al poder degrada»
(Mijaíl Bakunin)


*****

   Que impresionante es nuestro rock y metal nacional, que con sus canticos hoy convertidos en himnos, nunca pasan de moda, pues la realidad argentina es un eterno Sísifo que constantemente vuelve a repetirse, una y otra, y otra vez...

*****


Año 2001



Año 2022



No hay comentarios.:

Publicar un comentario