LA OTRA CARA DEL CONDE DE LAUTRÉAMONT
«POEMAS Y CARTAS», UNA OBRA SOBRE LAS INTIMIDADES DEL ARTISTA MONTEVIDEANO
Por...MARK
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✦INTRODUCCIÓN✦
Retomemos de nuevo la obra de este gran escritor, pero quiero que esta vez vayamos más allá de lo que fue su libro más importnate e influyente. En éste texto recopilatorio se devela ese costado que no creíamos encontrar en el Conde. Era pues un jovencito aplicado, estudioso, amante de las letras y de la naturaleza, dicen por aí que podía pasarse horas contemplando a una flor ir y venir, en movimientos pendulares, ocasionados por las brisas de un viento suave. Era joven y por consiguiente soñador, quizás de un carácter un poco reservado, pero muy aplicado en sus gustos.
Por eso hoy nos reunimos otra vez en torno a la memoria de Isidore Ducasse, para develear algo más de su alma, los secretos, pequeños a lo mejor, que guarda su imagen tan distante en el tiempo...esa figura sublime de un poeta maldito.
✦POEMAS I & II✦
Aquí, en éste libro recopilatorio nos encontramos con dos poemas, también en prosa, pero creo que son anteriores al trabajo que realizaría después en «Los Cantos de Maldoror» (de igual manera no estoy muy seguro de ello). Sin embargo estos poemas representan una dinámica distinta, son más suaves, más puros de sentimientos, libres de todo ese veneno tóxico que se podía saborear en «Los Cantos...». Aquí se exalta la pasión, el amor, las virtudes. Es una faceta de Ducasse que me asombró conocer.
En estos dos poemas planteará una defensa a capa y espada sobre la poesía y su belleza, poniéndola incluso por encima de la filosofía. Ducasse considera a la poesía como elemento fundamental para el hombre y la humanidad. Y ya que hablamos de ello, aquí se refleja todo lo contrario a lo que profesa Maldoror, es decir, en estos textos Lautréamont no busca abrazar la maldad, sino todo lo contrario, celebra el bien, bendice a la felicidad, y por sobre todas las cosas no maldice en ningún momento al género humano, sabe que es fuerte como un roble, pero muchas veces débil por sus impulsos.
Los poemas están cargados de profundas reflexiones filosóficas, por ejemplo, cuando habla sobre la búsqueda de la verdad, o el sentido de la religión. Se pregunta muchas veces sobre qué es lo humano (un poco existencialista tal vez), cuestiona a otros autores de su época o anteriores a él. Plantea una crítica directa hacia los escritores de novelas, que él las ve como simples libritos, que no tienen el lenguaje ni las elevaciones tan sofisticadas de la poesía. Pese a ello, ambos poemas son de lectura amena, de fácil comprensión, aunque como es típico de Ducasse, se tomará sus minutos para salirse un poco del tema central y desvariar por un rato, pero no se preocupe porque vuelve a retomar el hilo de la conversación de una manera elegante, como solo él sabe hacer.
Sin lugar a dudas estos poemas demuestran el lado más sensible del poeta maldito, lo hacen ver como un alma frágil, que se muestra en su desnudes mediante sus textos de lenguaje florido. Podemos encontar que hay muchas meditaciones sobre lo político, las formas de gobierno y la libertad. Plantea mediante pequeñas líneas ideas muy sencillas pero concretas, cuando afirma en alguna parte del poema número 1 que:
«No existen dos clases de poesía; solo existe una»
De igual manera Ducasse, en las andanzas de Maldoror, nos muestra otra cara de su sensibilidad, aquí podemos ver como en su mente coexisten dos mundos completamente distintos. Es esa locura quizás la que le permitió crear «Los Cantos...», arremetiendo contra los hombres, viendolos como una aberración del Creador, pero aquí en estos poemas desata su más alto gusto por las pasiones, por la vida misma; y si Maldoror odia a la humanidad, aquí el Conde nos dice, en la poesía número 2 lo siguiente:
«El hombre es un roble. No lo hay en lo más robusto de la naturaleza. No es preciso que el universo se arme para defenderlo. Una gota de agua no basta para preservarlo. Aun así el universo lo defendiese, no sería más deshonrado que aquello que vio lo preserva. El hombre sabe que su reino carece de muerte, que el universo tiene un comienzo.»
Ducasse llega a las más altas elevaciones del espíritu en sus dos poemas, que rebalzan en pureza, es un poeta que sabe en ciertos momentos su final, por eso es que tambien habla de la muerte (lástima que ésta lo encontró tan jóven). Sabe además que la naturaleza del hombre no es eterna, por eso se refugia en la belleza, pero muchas veces rechaza la belleza humana, esa que puede ofrecerle la compañía de una hermosa dama, cuando dice:
«El amor por una mujer es incompatible con el amor de la humanidad. Debe rechazarse la imperfección, nada más imperfecto que el egoísmo de dos.»
Si recuerdan la entrada anterior sobre Ducasse, notarán que ese tal Maldoror cuestionaba de formas ignominiosas la figura de Dios, pues me sorprendío mucho cuando en el poema 2, más abajo de sus dichos sobre el amor, me encontré el siguiente fragmento cuanto menos curioso:
«¡Volvamos a Confusio, al Buda, a Sócrates, a Jesucristo, moralistas que recorrían las aldeas pasando hambre! Es preciso contar en lo futuro con la razón, la cual sólo opera sobre las facultades que presiden la categoría de bondad pura.»
Todos estos citados son solo una forma de ilustrar al Isidore Ducasse de alma blanda, bondadosa, de corazón puro ¿Pero quiere que le cuente algo? Tengo más secretos por develar de este gran personaje montevideano... Si quiere lo invito reposar un poco de toda esta información, y cuando esté listo, sígame para dar paso a la siguiente parte (pero tenga en cuenta que son solo secretos).
✦LAS CARTAS✦
¿Está listo par ésta aventura? ¿Ya tomó el suficiente aire? Pues bien, sigamos entonces desandando estos caminos que nos guían hacia una mente jóven y brillante, en donde por medio de unas seis cartas, muy breves tengo que decirlo, nos reflejan un poco más de la misteriosa vida del Conde, y sobre todo, nos revela detalles interesantísimos sobre su obra más famosa: «Los Cantos de Maldoror».
Si me permite usted, voy a pasar a comentar algunos detalles jugosos que llaman la atención, pues nos encontramos con la notica que el padre de Isidore, fue quien costeó los gastos de edición del libro, enviándole por correo, desde Uruguay, el dinero necesario. Por el mismo puño y letra del joven poeta, podemos saber que la edición y la impresión del libro, le costó al rededor de unos 1200 francos.
También podemos leer, en la carta número 6, escrita un 12 de marzo de 1870 en París, los primeros comentarios del rechazo sobre su obra, cuando la hizo imprimir en la casa de un tal Lacroix, pero una vez impresa la obra, éste se negó a publicarla, a lo que Ducasse afirma:
«[...] se negó a lanzarla, porque allí se pintaba la vida en colores demasiado amargos y el editor termina la acción de la justicia [...] Pero todo se fue al diablo [...] llega así a tal punto de desesperación taciturna y de maldad teórica, ello se debe, en consecuencia, a que es radicalmente falsa, por esta razón: en ella se discuten los principios y no se los debe discutir; es más que injusto.»
Más abajo agregaría a su descargo:
«Los gemidos poéticos de este siglo no son más que sofismas. Cantar el hastío, los dolores, las tristezas, las melancolías, la muerte, la sombra, lo sombrío, etc., es querer ver solamente, a cualquier precio, los reversos pueriles de las cosas. Son las Grandes Cabezas Fofas de nuestra época. Siempre lloriquear.»
Podemos ver tambien, reflejado en la carta del 27 de octubre, un interés por ser considerado dentro de los poetas malditos, cuando dice:
«Ernest Neville [...] dictó el año pasado, en Ginebra y Lausana, conferencias sobre el Problema del Mal, donde citó a los filósofos y poetas malditos, las cuales han debido dejar su huella en los espíritus, por obra de una corriente insensible que crece cada vez más. Despues las reunió en un libro. A él le remitiré un ejemplar. En las ediciones siguientes podría hablar de mí, pues retomo con más vigor que mis predecesores esa extraña tesis [...]»
Es increíble que hasta el día de hoy subsistan sus cartas, tan íntimas en secretos y datos interesantes, aunque de igual manera su vida sigue siendo un completo misterio. De todas formas cumplió con ese sueño de ser tomado en cuenta como un poeta maldito, y hoy es todo un orgullo nacional para el Uruguay y sobre todo para su capital, Montevideo.
✦CONCLUSIÓN✦
La misión principal de éste blog fue poder traer la historia de un gran personaje para la cultura latinoamericana. Pese a que su libro fue editado en francés, no debemos olvidarnos que aún en éstas cartas, o en pequeños fragmentos de «Los Cantos de Maldoror», se remonta casi de manera nostálgica hacia su ciudad natal, Montevideo. Ciudad que lo vió nacer y lo cobijó hasta los trece años, aunque hay registros que después, entre los años 1860 y 1870 volvió a pisar tierras uruguayas, para después morir en la francia que lo recibió como un sudamericano, a pesar de ser hijo de franceses nativos.
A propósito de esto, en algunas investigaciones se plantea el por qué de su seudónimo, algunos historiadores e investigadores, afirman que Lautréamont podría significar «del otro lado del mundo», como una clara señal de haber nacido, y venir del otro lado del continente, alejado completamente de la Europa del siglo XIX.
También se han revelado datos sobre su personalidad, mostrándolo como un muchacho callado, de carácter un poco tímido, avocado a las letras, escribiendo poesías como si no hubiera un mañana. Me asombra el hecho de haber hallado una joya de la literatura que, pese a ser el autor uruguayo más leído, era completamente desconocido para mí, hasta no hace más de un mes ¡Como son las casualidades de la vida, que uno buscando cobre encuentra oro!
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¡GRACIAS POR LEER!
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