sábado, 1 de febrero de 2025

LOS CAMPOS DE LA MUERTE-1

 ARGUMENTOS CONTRA LAS TABACALERAS



MUERTES, CONTAMINACIÓN, TRABAJO INFANTIL Y  EXPLOTACIÓN: UNA MIRADA REAL A LO QUE HAY DETRÁS DEL NEGOCIO DE LA ADICCIÓN



Por...MARK
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PRIMERA PARTE 

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«El dolor no es temporal.
Dejar de fumar es
para siempre».



ARGUMENTO NÚMERO 1


    Es la droga más famosa del mundo, la causante de muertes globales todos los años y aún así, sigue vigente en el mercado mundial, como un producto imbatible, consumido por cientos de personas cada año. De hecho el número de adictos iniciados a la nicotina fue cambiando, ya que expertos aseguran que la edad en la que las personas empiezan a fumar actualmente es a partir de los doce años. Eso por supuesto es demasiado peligroso, porque incita a los jóvenes a entrar en el mercado de la muerte.

   Aun así, siempre tenemos que ir al principio de todo. Es menester conocer como se logró asentar ésta industria, y sobre todas las cosas, mantenerse por décadas.



  Si vamos a los libros de historia, el tabaco siempre estuvo presente, de hecho los primeros cigarrillos, muy rudimentarios por cierto, eran tabaco envuelto en un fino papel de arroz, que consumían algunas personas de la parte de Sevilla (España), durante el siglo XV. Se considera que las primeras plantaciones de tabaco fueron hechas durante el año 1530, ya siendo un producto comercializado pero no tan popular. Esa es la parte más comercial o los inicios del tabaco como producto, pero antiguamente, en la América habitada por los grandes pueblos originarios ya se fumaba. Lo mismo en la parte de América del Sur, en las regiones de la zona andina como: Perú, Ecuador y Colombia, donde se cultivaba el tabaco, hace aproximadamente cinco mil años antes de Cristo.

   Pero el giro más impactante lo daría un tal Jame Buchanan Duke, empresario norteamericano, que revolucionó el mundo con la famosa máquina de armar cigarrillos, durante el periodo conocido como: Revolución Industrial, además, con su habilidad y dinero, creó un modelo más industrializado para la producción en grandes cantidades de tabaco.

   A partir de allí, el cigarrillo fue un éxito comercial y popularizado alrededor del mundo, siendo visto como un medio no solo natural sino también con grandes beneficios medicinales, tales como: curar la irritación de la garganta, o ser un buen medicamento digestivo después de una buena comilona.

   Pasado el tiempo, se fueron creando nuevas empresas, cada una teniendo sus propias marcas y sus propias riquezas. Durante el siglo XX se extendería su uso a las publicidades y en los años 50’s (años claves que ya veremos porque), nacería la figura del famoso Marlboro Man, esta especie de hombre renegado, libre y empoderado, que siempre estaba fumando. Un símbolo de que fumar era una forma de ser más atractivo.

   De ahí en adelante, el resto es historia, y como a nosotros nos gusta la historia, veremos al desandar este camino piezas claves que nos harán abrir los ojos, no solo sobre el cigarrillo, sino sobre cualquier otra droga.

¡Acompañeme entonces en esta travesía!



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ARGUMENTO NÚMERO 2


   Cuando se habla muchas veces en lenguaje coloquial sobre el disfrute del «pucho» (expresión argentina) o del placer de cigarrillo en situaciones mundanas, se ignora por completo el negociado que hay detrás de ese atado de cigarrillos que acabas de comprar en el kiosco. Es completamente desconocido para el fumador promedio, todo lo negro y perverso que mueve a la industria tabacalera, haciéndola ver como una máquina de muerte, que se esconde detrás de regulaciones y estipulaciones falaces, para poder seguir produciendo miseria y muerte, sometiendo al hombre a una adicción tan vacía como el fumar.

   Como dije antes, el fumador promedio desconoce o no quiere ver, que ese paquete de veinte cigarrillos fue producido por un conglomerado explotador que condena a sus trabajadores a rendir en condiciones pobres, donde el derecho laboral es completamente violado. De hecho, en el año 2018 la revista The Guardian, publicó una revelación bastante aterradora, donde mostraba de forma cruda, como una parte de la mano de obra en los campos de cultivo del tabaco, estaba compuesto por lo que serían grupos familiares bajo el yugo empresarial, que debido al excesivo trabajo, con más de veinte horas de jornadas completas, se veían obligados a contar con mano de obra infantil, es decir, los hijos de estas familias. Estos niños de entre 12 a 17 años, eran privados de sus derechos más prioritarios como la educación, para dedicar sus días a trabajar en esos campos bajo condiciones inhumanas. Sin dudas, trabajos insalubres que incluso han terminado por afectar a dichos niños.

   Esta, sin embargo, no deja de ser más que la punta de este oscuro iceberg, ya que las grandes empresas tabacaleras (conocidas como las cuatro grandes) que dominan el mercado, como por ejemplo: Philips Morris International (PMI), British American Tobacco (BAT), Japan Tobacco International (JTI) y la Imperial Brands, se han desligado por completo de las declaraciones dadas no solo por The Guaridian, sino dichas tambien por otros movimientos que quieren prohibir la venta del tabaco, asegurando que ellos no solo mantienen buenas condiciones de trabajo, sino que se oponen de manera tajante a al trabajo infantil. Más aún de estas mentiras, se logró demostrar que la mayoría de estas empresas de carácter internacional, tienen sedes en países más pobres o económicamente poco crecientes, donde se registra con mayor detalle el implemento de mano de obra infantil.


 
   Otro punto a tener en cuenta es que en ciertas regiones de África, como Nigeria, Namibia o Kenia, la influencia de las corporaciones tabacaleras empiezan a perjudicar el tejido social, creando trabajo infantil y generando algo que es igual de grave, como el consumo a temprana edad de cigarrillos. Hay un cierto interés en estas empresas de proveer a toda costa sus productos, a fin de cuentas es un poco de lógica, a menos fumadores, más abajo se va el negocio, pero allí la empresa es cuando juega sus cartas y consigue hacerse un hueco en los sectores juveniles de todo el mundo, promoviendo abiertamente la adicción. Y es muy curioso mirar con detenimiento lo que pasa en los países más pobres, que son los que han demostrado un incremento en la adicción, y el caso de África muestra como los sectores más vulnerables son más propensos al consumo de tabaco. Durante mucho tiempo, empresas como la BAT, han realizado campañas de marketing, de dudosa reputación, ofreciendo cigarrillos gratis a jóvenes, y también por otra parte tratar de acercar el cigarrillo y su consumo a las mujeres africanas, como una muestra de empoderamiento. Bien sabemos cómo a funcionado las campañas publicitarias en lo que es por ejemplo América o Europa, donde el cigarrillo es consumido casi en partes iguales por hombres y mujeres, ya que a estas últimas se les iluminó con un falso ideal de mujer libre y rebelde, que cobraría fuerza a través de los años, pero bien sabemos que desde los 20’s se ha hecho popular el cigarrillo en el mundo femenino, siendo generalmente visto en mujeres de clases sociales elevadas, que luego insertarían el chip fumador a otras mujeres de todo el mundo. Mientras tanto, en África, el consumo era tremendamente desigual, ya que la mayoría de fumadores eran hombres, he aquí el truco vil y marketinero, para llegar a ese costado de la ecuación.

   Aquí ya tenemos una mirada clara de la perspectiva de estas empresas, que apuntan a sectores potencialmente influenciables como lo puede ser cualquier joven, generando la adicción inmediata, mediante la estrategia de precio y consumo, generando cigarrillos de calidad dudosa, pero de precio accesible para el fumador que quiere saciar su adicción. A la par de esto, mientras la economía se va desarrollando y las clases sociales van subiendo de nivel, el valor del cigarrillo aumenta, proveyendo una mayor calidad, a un precio al que alguien de clase media puede acceder tranquilamente. Mediante este «control de precios», logran manejar el negocio.

   De todas formas parece que nada de lo que hacen está mal, pues manejan el precio a su conveniencia para seguir atando al adicto a esa cadena, pero lo que se revelaría con el tiempo, es que el objetivo principal del negocio del tabaco está ligado al público no fumador, y según su lógica, mantener la estabilidad en el coste del producto, podrá seducir a nuevos adictos. Pero, sin importar limitaciones o precios, el número de fumadores aumenta exponencialmente año tras año, sin embargo es innegable que aproximadamente ocho mil personas mueren por año, debido a afecciones derivadas del consumo de tabaco, ya sea en cigarrillo o en sus otras variedades. Ante este avance tan crudo de nuevos adictos, generalmente jóvenes, los estados de diferentes partes del mundo han aplicado políticas, al ser presionados por sectores tan importantes como lo es la OMS (Organización Mundial de la Salud), creando un impuesto adicional al valor ya establecido, para tratar de amedrentar al comprador, y debido al elevado costo del producto, desista por no fumar más. Esto, es obvio que funcionaria en un mundo utópico, ya que las empresas han logrado absorber lo duro del impuesto y aun así sus ventas no han disminuido. Sin ir más lejos, aquí en Argentina, por lo menos en mi ciudad de residencia, la compra de una etiqueta de cigarrillo, independientemente la marca, lleva un cinco o hasta a veces un diez por ciento de recargo, elevando el valor de la etiqueta, en caso de pagar con tarjetas de débito. Esta es una estrategia que no disminuye el consumo, ya que hoy en día la mayoría de las personas se manejan con este tipo de tarjetas (¿quién no está bancarizado en este planeta?), y no van a reparar en si es mucho o poco, ya que solo quieren suplir la necesidad de fumar.

   Otra estrategia importante, pero que no surte ningún efecto es la de colocar mensajes de advertencia sobre las consecuencias del fumar, algo que definitivamente no cambia nada. Lo mismo que el agregar imágenes realmente grotescas de pacientes con cáncer, el cerebro de un fumador, o un feto muerto, creyendo que eso solucionaría el problema. Evidentemente nadie se asusta y nadie repara en esa amplia gama de finales posibles a los que van dirigidos aquellos que intoxican sus pulmones. Todos saben los peligros, pero de la misma manera todos aceptan su destino.


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ARGUMENTO NÚMERO 3


   Tenemos que dejar en claro que la opción de fumar se elige por cuenta propia, es uno el que decide si quiere hacerlo, y a fin de cuentas nunca se repara en los daños o las cosas negativas que después pueden generarse. Conozco personas arrepentidas por no haber dejado de fumar cuando era el momento, mientras ahora padecen de EPOC.

   Tengamos en claro también que, después de la pandemia, el consumo de tabaco y otras drogas fueron avanzando notablemente, y estaría bueno analizarlas en este blog, bajo esta especie de informe, que no busca más que expandir el mensaje de lo desagradable que son las empresas tabacaleras, como en el fondo lo es toda empresa. Pero a diferencia de una empresa de autos, el tabaco y las tabacaleras sostienen una tortura sistematica sobre los individuos, aprovechándose de su dinero para que ellos, los magnates puedan disfrutar. Mientras, en los campos de cultivo, los obreros rurales dan todo de sí, trabajando horas de corrido, ya que han sellado el pacto con el vil explotador, hasta incluso han tenido que integrar a la fuerza laboral a sus hijos.

  Esto es solo un poco de la cara oculta de la luna, como quien diría, lo que yo digo no es más que un secreto a voces, que nadie ve, o mejor dicho, nadie quiere ver. Todos ignoran la precariedad laboral, la demora de la paga, que en si son sueldos miserables, ni hablemos de la mala alimentación, ni de las cuestiones básicas de salud e higiene.

  Otro aspecto interesante es la utilización indiscriminada de agroquímicos, agrotóxicos, fertilizantes y otros productos químicos, que son aspirados por trabajadores sin importarles los daños que eso puede generarles, ya que al inhalar una cantidad brutal de dichos contaminantes, produce un montón de defunciones en los pulmones, o hasta en la piel de las personas.



   Ante todos esto, muchas empresas importantes del rubro, han salido a hacer ese marketing de propaganda, que solo sirve para limpiar sus sucias imágenes, al afirmar que en sus campos se trata bien al personal, se le cumple con todos los requisitos necesarios en materia de seguridad, salud e higiene, y sobre todas las cosas (nótese la doble vara), desmienten categóricamente que en sus campos de cultivo haya menores trabajando. A ver, nadie que cometa un crimen va a salir a decirlo como si no fuera nada, aun así las empresas lo blanquean, no creo (y realmente me apena decir esto), que el consumo de tabaco decaiga o pierda adeptos. A nadie le importa en sí lo que hay detrás, y nadie tiene la suficiente inteligencia como para ver más allá del velo.

   Y hay que decirlo, esto no es información oculta ni mucho menos algo top secret , solo basta con un par de clics, y estar dispuestos a leer concienzudamente la información para, de ahí en adelante, tomar una posición de acción, que tampoco es obligatoria. Acá en este mundo, cada quien hace lo que quiere, si bien éste posteo no logrará más que un par de vistas, es también una forma de aportar un grano de arena a la mejora de estas familias que se ven subyugadas por las tabacaleras. No pido que se deje de fumar, aunque sería una utopía muy linda, ya que considero que la salud de las personas mejoraría, pero si se logra cambiar las condiciones de trabajo, si realmente se demuestra una intencionalidad hacia la vida obrera, tal vez todo sea distinto. Siendo honesto, no me puedo oponer ante la libre decisión de quien siendo un adulto responsable decide fumar, pero me gustaría que no sea un fumador ignorante de todo lo que pasa previo a encender ese cigarrillo, y de ahí pueda tomar una opción clara: seguir o parar.


 

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ARGUMENTO NÚMERO 4


   Esto hay que decirlo, el sector político es responsable del consumo y la falta de regulaciones en la producción que practican las tabacaleras. No hay un convenio claro que deje asentada la intervención política para un mejoramiento de la calidad de vida de los peones. Hay negociados y tramoyas para beneficiar el sistema de consumo y esquivar cualquier tipo de regulación. Lo vemos hoy en día con los modernos cigarrillos electrónicos, siendo una nueva sensación pero igualmente mortal. Ahí tampoco hay una legislación que garantice la sanidad de dicho producto. Algo así ya pasó años atrás cuando en los años 50's, se empleaban falsos informes médicos para hacer ver al cigarrillo como una cosa inofensiva, tan benigno era el acto de fumar que hasta los doctores también adoptaron ese hábito. Claro, nadie dudaría de la palabra de un profesional que garantiza la seguridad de un producto —siendo sinceros, nadie va a cuestionar a los odontólogos que publicitan determinadas pastas dentales—, pero en el caso del tabaco, se notó a leguas que había allí una mentira. La idea de asegurar que el producto era completamente sano se transformó más adelante en en una contradicción que le costó la vida a muchas personas. Para los años 1990 a 2000/06, las muertes por cigarrillos acarreaban el triste número de 1.200 personas por año.


 
   Obviamente las víctimas han sufrido el engaño adictivo del tabaco, puesto que a la gran multinacional poco le importa si las personas fallecen por cáncer pulmonar. Ellos solo se enfocan en sacar la nueva edición de verano o tal vez innovar como lo fueron en su momento los cigarrillos convertibles que ahora se pueden encontrar de diferentes sabores, como por ejemplo Red Bull.

  De hecho dentro de estas «innovaciones», salió a la luz que las empresas más importantes de tabaco, le agrega a la mezcla original compuesta por: tolueno, arsénico, alquitrán, nicotina, cadmio y otros elementos, también se le aplica ciertos aditivos que, además de afectar tremendamente a la persona, generaban una mayor adicción. Es decir componentes extras que te mantienen enganchado al cigarrillo, ya que tu cuerpo al ingerir dicha droga, termina pidiendo más. Si bien no se puede especificar a ciencia cierta que aditivos cumplen ese rol, se cree que la implementación de azúcares que, al entrar en contacto con el fuego, pasan a ser llamados aldehídos y a su vez evolucionan a acetaldehído, generando un cambio en los neurotransmisores, impidiendo así la eliminación natural de los componentes nocivos del tabaco, que quedan naufragando por nuestra sangre.

   Como dato curioso, expertos han demostrado que los alimentos microprocesados generan el mismo nivel de adicción que el tabaco, pero no llega a los niveles de mortandad, pero si el consumo de alimentos microprocesados o comida chatarra, termina aportando nada más que obesidad o trastornos que ya pasan a ser de grado médico.

   Es evidente que el ser humano es propenso a la adicción sea de la índole que sea, algunas son menos graves y otras solo nos llevan a la tumba. Traer a la mesa las problemáticas del tabaco puede hacernos entender que no vale la pena arriesgar la vida con tal de agradarle al grupo de amigos o para tratar de ser más adulto. Y esto lo digo enfocado más que nada a esos jóvenes que ahora están libres de la adicción al cigarrillo, pero pueden caer en sus garras

    A esos jóvenes les pido que ignoren el tema obrero, que se olviden de los negociados con las políticas locales, que se olviden de las realidades de los países más vulnerables, pero que se acerquen más a la realidad, que entiendan que no está bien envenenar el cuerpo ¿Qué al final uno se va a morir? Pues si, esa es una regla de la vida de la cual nadie se puede escapar, pero esa lógica no tiene sentido en este momento, porque en vez de morir y ya, al acceder al mundo del tabaco, estás firmando un contrato en el que certificas que te estás matando de a poco. No sé, tal vez esto desentona con el contenido que planteé hasta ahora, pero tenía que decirlo.


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ARGUMENTO NÚMERO 5


   Fueron y serán muchos los intentos para ponerle un alto al abuso de las empresas tabacaleras, por medio de la ley y el gobierno. Aquí en Argentina, se constata que hay aproximadamente siete millones de fumadores activos, es decir alrededor de un 68% de la población argentina. Números que fueron registrados durante el pasado año 2023, y que se prevé que a nivel no solo nacional, sino también mundial, el número ascenderá a más en los años venideros, actualmente nos encontramos con una cifra alarmante, ya que hay un promedio de mil millones de fumadores alrededor del globo. Una cifra realmente impactante.

   Como venía diciendo, aquí en la Argentina se encuentran algunas tabacaleras regionales, de las cuales la más importante es la Tabacalera Sarandí, y los principales polos obreros que se encargan de la cosecha y manufactura del tabaco, se encuentran diseminados en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Misiones, entre otras, pero la verdadera producción se desarrolla principalmente en la la provincia de Jujuy.

   En el año 2022 se llevó a cabo un operativo en la localidad de Monterrico, Jujuy, donde se recibieron graves denuncias sobre la explotación laboral de los empleados, que no solo eran forzosamente obligados a trabajar, sino que también lo hacían en unas condiciones tan pobres, que muchos de ellos presentaban verdaderas afecciones físicas, como artritis, y enfermedades propias del hacinamiento. Como dato extra, pero que no sorprende a nadie, se encontró en esta misma plantación de tabaco, mano de obra infantil.

   Si nos vamos más atrás en el tiempo, durante el año 2017, la UCR (Unión Cívica Radical), aportó un proyecto de ley para declarar de forma tajante, que las las labores que allí se realizaban debía de considerase insalubres, de acuerdo a la Ley de Contrato del Trabajo N°20.744. Allí se describe de manera breve pero precisas aquellas tareas que ponen en riesgo la salud de los trabajadores, siendo estas: alimentación y acondicionado, despalillado y clasificación, secado, enfardado, filtración de polvos, control de calidad, fermentado del tabaco, taller mecánico/eléctrico, acopio del tabaco, entre otras actividades.



   Al fundamentar la ley, se apoyan en bases médicas para certificar que ese tipo de trabajos es dañino para la salud humana, ya que el peón se encuentra bajo la aspiración de polvos orgánicos e inorgánicos, exposición a ruidos, aspiración del polvo del tabaco, vapores de los procesos químicos, los propios agroquímicos, y la forma ergonómica del trabajo. Se describen también algunas afecciones declaradas por los trabajadores como son: artritis, problemas respiratorios, problemas cardiovasculares, auditivos y visuales.

   En el año 2023, el AFIP, dejó de enviar estampillas fiscales a la tabacalera Bronway, por no pagar sus correspondientes impuestos, esto llevó a la quiebra de la empresa, que nunca se pudo recuperar, debido a que sin las estampillas, es imposible comercializar los productos.

   Como colación y aporte a los avances de la justicia sobre las tabacaleras, en el pasado año de 2024, La Corte Suprema de la Nación falló en contra de la reconocida tabacalera Sarandí, que está a manos del autonombrado «Rey del Tabaco». En ese fallo importantísimo (que empezó a llevarse a cabo en el año 2021), la Corte le exigió a la ya mencionada tabacalera, el pago de impuestos mínimos al cigarrillo, ya que hacía alrededor de unos ocho años, que no efectuaba dicho pago. También, se dijo que, se iba a suspender (y así se hizo), una sentencia hecha por la Cámara, que eximía a la empresa a no pagar impuestos internos para la comercialización de tabaco.



   Pero lo que siempre llamó y preocupó desde un inicio a la sociedad, y en especial a los movimientos anti tabaco y por supuesto a los ambientalistas, es la falta de reparo a la hora de no fijar un protocolo claro sobre la protección del medio ambiente. Es bien sabido que las grandes empresas de tabaco han realizado todo tipo de esfuerzo legal para de alguna manera librarse de esa condena, algo que solo deja en evidencia su inacción, y sobre todo, han demostrado que no les interesa la incidencia de sus campos de la muerte en la contaminación del ambiente. Se han pedido regulaciones y de hecho las empresas tienen sectores (fantasmas) que hacen el papel de buenos señores, para tratar de hacer ver que sienten realmente una preocupación sobre el medio ambiente, tomando todos los recaudos posibles para evitar cualquier tipo de contaminación. Otra vez la doble moral de las empresas, otra vez el intento bochornoso por querer ocultar el muerto dentro del placard, cuando ni siquiera han cerrado la puerta.

   Investigando un poco es fácil llegar a las consecuencias medioambientales de las fábricas de cigarrillo. A continuación nombraré tres problemáticas que yo considero importantes y que no se les está dando el tratamiento adecuado.


a) CONTAMINACIÓN DEL AIRE: Tan solo el humo del tabaco contiene gases tóxicos, que al contacto con la combustión, liberan en el ambiente, elementos tan nocivos como: dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno. Un combo realmente explosivo. Ahora bien, es interesante recalcar que la sola producción del tabaco genera, en números reales, ochenta y cuatro millones de toneladas de CO2.


b) CONTAMINACIÓN SUELO Y AGUA: No hace falta ser un genio de la deducción para saber que si ya estamos liberando al aire sustancias peligrosísimas, que cada para la tierra y el agua. Esto nos lleva a la utilización de diferentes agroquímicos y ni hablemos del impacto negativo que tiene el cigarrillo en la contaminación del agua. Estudios revelan que una sola colilla de cigarrillo puede llegar a contaminar hasta cincuenta litros de agua, ya que en el proceso de biodegradación, la colilla libera nicotina, metales pesados, ácido cianhídrico, y hasta sustancias de carácter radioactivo. Convengamos también que el agua es necesaria para el procesamiento del tabaco, donde se llegan a utilizar veintidós millones de toneladas de agua. Retomando al tema del suelo, hay que hacer una mención obligada a la tala indiscriminada de árboles (unos seiscientos millones) y una ocupación masiva de tierra que alcanza doscientas mil hectáreas.


c) LA ACUMULACIÓN DE BASURA: El asunto que atañe a la acumulación de basura, hay que entenderlo desde otro punto de vista, aquí ya no entra tanto la responsabilidad de empresa, aunque debería aconsejar o por lo menos advertir sobre este tema, pero ya es algo que depende exclusivamente del consumidor. Veamos las estadísticas y nos dirán que con el pasar del tiempo, se tiran al suelo más de cinco mil trillones de colillas al suelo. Siendo honestos eso no ocurre de la nada, pues es la irresponsabilidad del fumador de andar desperdigando esos desperdicios en la vía pública, y es porque no hay una consciencia real del problema. Aunque tampoco no son solo colillas, sino también las propias etiquetas que una vez vaciadas se las deja tiradas en la calle. Si bien es solo cartón, a la larga termina generando más basura. Actualmente una nueva ola de contaminación nos revela un alto número de microplásticos, algo que también está dentro de los cigarrillos y es liberado a medida que esa basura se va degradando, dejando tras de sí todo un rastro de contaminación.


   La OMS ha lanzado durante años un mensaje claro a las tabacaleras y su falta de interés por intentar cambiar su modelo contaminante, pero a las empresas nada les interesa, ellos solo quieren ver crecer sus números, sin importarle lo que le pase a la vida que consume y no consume sus productos.

   Podemos verlo en la propia página de la Tabacalera Sarandí, donde intenta hacernos ver (de una pésima forma) que tiene una preocupación real por lo que le pase al medio ambiente, al respetar los estándares sustentables a la hora de producir y vender.

   Es curioso también, y más que nada sobre el punto c), porque ninguna tabacalera se ha sumado a la creación de un movimiento que trate de evitar que la sociedad deje de arrojar su basura a las calles. Pienso que sería interesante ver algo así, aunque dudaría de su veracidad.


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SIGUE EN LA
 SEGUNDA PARTE...


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