3.1 — TIEMPOS DE CRISIS, TIEMPOS DE GUERRA - UN CAMINO PARA LOS INICIADOS

 LO INCORRECTO ES LA REGLA QUE RIGE EL NUEVO ORDEN DEL MUNDO

...ÉTICA Y MORAL, EL BIEN Y EL MAL: LA DUALIDAD DE LOS MORTALES

Por...MARK

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«Ya no sé si los

hechos que narraré

son efectos o causas»

(Jorge Luis Borges)

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   Bien, ya hablamos a modo general e introductorio sobre lo que es el Desarrollo Personal Esotérico (eje 1.1-1.3), también hablamos de la mirada alquímica para la evolución, que encontramos en la necesidad de trascender y sobre todo en el arte y en el deseo (eje 2.1-2.3). Ahora, para dar un paso más en este trabajo, tenemos que entender el porqué detrás de todos estos cambios. Necesitamos justificar con verdadera intención, porque hacemos esto que hacemos.

   Mi argumento es claro: el perfeccionamiento humano. Vale aclarar que no deseo al ser humano perfecto en el sentido estricto de la palabra. Me refiero al hombre como entidad de naturaleza imperfecta, pero con una mentalidad—o una apertura mental— superior. Hablo entonces de una transmutación de este ser humano bárbaro a uno más refinado. Hablo entonces de un espécimen que valore la vida, el amor y la educación, por sobre la violencia, la codicia y el sufrimiento.

   Ante esto y en primera instancia, nos encontramos con ser que tiene la capacidad de elegir que es, que quiere ser o hacer, esto es lo que las religiones occidentales llaman: libre albedrío, ésta es la capacidad máxima del ser humano, una demostración de la más pura libertad, donde ese Dios creador nos da la posibilidad—bajo su amor incondicional— de elegir entre aquello que es bueno o aquello que es malo. En nuestra forma de razonar, podemos entonces fluctuar de un punto a otro, siendo un día los héroes y al otro los villanos.

   El entendimiento del bien y el mal, nos puede posicionar de un lado u otro de la balanza, si bien existen situaciones en las que ocurren contradicciones donde haber obrado bien, puede ser interpretado de mala manera, todo varía según la propia visión que tengamos de la realidad y a su vez la realidad está fuertemente influenciada por nuestras experiencias, nuestros traumas, nuestro estilo de vida o de la cultura en la que hayamos crecido. Esto, más el avance de las sociedades, dio pié al nacimiento de dos términos que son hermanos: la ética y la moral. Ambas palabras, son reguladores del comportamiento humano, estas definen de que lado del libre albedrío estamos.

   Desde el punto de vista del Desarrollo Personal Esotérico, tenemos que entender a la ética y a la moral, como los pilares más importantes para llevar a cabo esa evolución humana. Hay que saber identificar que es moralmente correcto en nosotros y cuales son esos comportamientos inmorales que debemos depurar, para así llegar a un equilibrio como sociedad. Hoy, estamos ante un mudo dominado por lo moralmente incorrecto, que se quiere hacer pasar por lo moralmente correcto, sin embargo no podemos permitir que lo que no es beneficioso para el progreso humano se imponga como verdad.

 

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   Hoy, en la cultura moderna actual, los límites de lo que es bueno o malo se difuminan. Ya no sabemos de que maneras actuar, pues nos han dicho que lo moral y lo inmoral no existen, porque todo depende de como nosotros percibimos la realidad y le agreguemos, mediante nuestra experiencia, un valor x o y, borrando de un solo manotazo lo que verdaderamente importa de lo que no.

   Para atravesar el Desarrollo Personal Esotérico, es necesario actuar de la manera correcta. Es importante irse continuamente por el lado de la bondad, siempre y cuando queramos que el mundo sea un lugar un poco mejor, si no deseamos un cambio real, debemos quedarnos entonces en la posición cómoda de dejar todo como está, y seguir arruinando el futuro de las próximas generaciones ¡Si tan sólo entendiéramos que abogar por un mundo sin violencia sería el paso inicial en la escala de la evolución!

   Nos hemos encargado, mediante nuestra genuflexión y el dominio de los poderosos, de corromper hasta uno de los derechos más importantes que tenemos los seres humanos: la libertad. Sacrificamos ese bien tan preciado con tal de satisfacer el deseo que nos conduce por el camino de la inmoralidad. Llegamos entonces al libertinaje más aberrante, donde todo da lo mismo, donde no existe un límite aparente, donde la humanidad se deforma con el fin de negar la propia humanidad, atribuyéndonos características que nos deshumanizan y nos hacen involucionar. He ahí otra de las dualidades del ser: somos evolución o involución, una representa la moralidad y la otra la más aberrante humillación. La evolución es siempre mejora constante, la involución es la comodidad de dejarse estar hasta terminar consumido por la miseria.

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   Sí lo sé, ya nadie quiere hacer nada, preferimos mudarnos a otro planeta, invadir otros ecosistemas, en vez de solucionar este que durante milenios fue nuestro hogar sin pedir nada a cambio.

   Este tercer eje tan solo refuerza la necesidad de entender que, una vez empezado el camino del DPE (Desarrollo Personal Esotérico), tenemos que ir siempre en la búsqueda de los deseos más prósperos. Es una obligación moral dejar atrás el dolor que causa la guerra y abrazar las enseñanzas del amor, pero no un amor al estilo hippie, sino más bien un amor basado en el aprecio a cada cosa que habita en ésta naturaleza. Todo ser, toda criatura o insecto que pisa este suelo seco, merece respeto. «Éste no mataría ni a una mosca» suelen decir por ahí, como si el pobre bicho deseara ser asesinado, pero en la lógica humana el insecto no es una víctima, todos podemos matar una mosca en ese acto cobarde pero natural de aplastarla con algo, no hay remordimiento, pues es sólo una mosca, eso no va a producir ningún cambio global, existen millones de moscas alrededor del mundo. El problema es cuando las moscas se vuelven humanos y ahí, en ese acto sin misericordia no existe la compasión, ese estado de masacre se lo llama científicamente: guerra.

   Uso la palabra guerra porque es la cúspide de lo inmoral, gracias a ella se benefician los hacedores del mal, quienes a su vez, inseminan a las nuevas generaciones con el virus reaccionario, empujándolos a demandar más de la sangre inocente.

   Tenemos que buscar siempre la huída hacia lo positivo, como parte de un empuje hacia nuestro desarrollo más pleno. El humano debe entender que no puede depender siempre de la violencia para alcanzar cualquier fin.

   Hoy, pienso yo, necesitamos más que nada de la sensación de seguridad, de saber que existe algo que nos puede dar esperanza. A pesar de que estemos inmersos en la oscuridad, podemos notar que estamos siempre buscando la luz.

Continuará...