¿Y EL TRABAJO DÓNDE ESTÁ?
LA EXPERIENCIA Y EL DESEMPLEO QUE PREOCUPA
I
Hablar de desempleo en la República Argentina, es recurrir a un suceso clásico del país, una figurita repetida que cada día se abre camino, cargando sobre sus hombros la vida y el futuro de una población, y más que nada arruinando a una generación joven y a una futura. Es evidente que desde 2020, hablamos de la pandemia, la economía argentina produjo una grave caída en la oferta y demanda de trabajo, que se mantiene hasta ese año, y que seguirá durante mucho más tiempo, que es lo más seguro.
II
Pero ahora no voy a hablar de la crisis laboral desde una perspectiva de opinión (o talvez si), sino que hablaré directamente desde la experiencia. Actualmente tengo veinticinco años, y no cuento con un trabajo estable, y es por eso que, con el paso del tiempo, la indignación cada vez se hace más grande. La diferencia entre el resto que posee una estabilidad laboral y yo, se reduce a la palabra «experiencia», un requisito fundamental para poder acceder a un trabajo formal, pero con este tema me surgen algunas dudas ¿Es posible conseguir experiencia (por ende un trabajo) si no te dan las oportunidades para que puedas obtener dicha experiencia? ¿Por qué el empleo se perfila más hacia como me veo y no por lo que soy capaz de aportar al ambiente laboral?
Es por demás claro que a un joven que recién sale de la escuela después de haber finalizado sus estudios secundarios y quiere estudiar esa carrera que le apasiona, necesita de un empleo para costear sus estudios, porque tal vez sus padres no pueden pagarlo, y por desgracia le va a ser difícil conseguirlo ya que no tiene la suficiente experiencia como para quedar o cubrir cierto puesto laboral. Es imposible que alguien pueda llegar a hacer algo, si en todos lados con la excusa de la experiencia, te cierran las puertas.
III
Creo que no todo es parte de esta crisis, aunque es obvio que también influye mucho la capacidad de las empresas o las Pymes que le traban las puertas a los que recién empiezan. Ni hablar de la cantidad de requisitos que el futuro empleado tiene que cumplir para poder acceder a ese tan deseado puesto laboral, que son de una demencia de lo más absurda, sumándole que ahora te piden hasta el carnet de vacunación covid (absolutamente innecesario), y esto no es una guerra contra los empresarios y sus empresas, sino una realidad que cada vez se nota más y más.
Ejemplo N°1 (imagen real)
Ejemplo N°2 (imagen real)
Es obvio que sin oportunidades claras la juventud no puede desarrollarse personal y laboralmente, y si de casualidad se llega a conseguir algo en donde la «experiencia» no es tan requerida, prepárate para ser explotado por un sueldo que ni si quiera llega a ser digo, y aguantar a un jefe que por el hecho de haberte dado trabajo, vas a tener que besarle los pies, y esto también es la reflexión de la propia experiencia, porque he vivido esa situación, en donde una vez había conseguido un trabajo ad honorem donde era tratado mal, y no es por exagerar— porque no tengo esa intención, ni esa necesidad—, pero da una impotencia tremenda conseguir algo en donde no te pagan, pero sobre todo te tratan mal.
IV
La situación es terrible, y la tan deseada experiencia no se consigue, solo basta con mirar a nuestro alrededor y darse cuenta que los jóvenes están perdiendo el ánimo, están decepcionados con la situación, y no es de extrañar que se quieran ir de éste país, lo cual me parece una decisión razonable, y ya se que muchas veces la vida en otras partes del mundo no es fácil, pero es una alternativa deseada para escapar de este territorio opresor.
Ahora piensen por un momento, si no se consigue un trabajo «normal», imagínense sobrevivir siendo un artista, es mucho más complicado. Y cómo dato curioso, en muchos lugares en los que me había postulado y fui citado para una entrevista, cuando preguntaban sobre mis pasiones y respondía que era el arte, me miraban con cara de asombro y procedían a decir:
—Bueno... Vemos, porque los artistas son un poco raros, están siempre metidos en su mundo, y son muy poco sociables para el entorno de las ventas o de atención al público.
V
No llamo a eso discriminación, sino más bien una idea llena de prejuicios (no denunciable) ¿Pero quién soy yo para controlar lo que los otros pueden llegar a pensar de mi? Si a fin de cuentas el rechazo ahí es por un prejuicio hacía la idea que se tiene a cerca de lo que son los artistas, y se torna un problema si se le suma la falta de experiencia. Y ni hablemos del terreno de las apariencias y lo físico, en donde según como te veas te van a contratar o no, eso si es una completa injusticia, ya que a mi forma de ver y entender el mundo, la apariencia no debería ser un factor crucial para le búsqueda de un empleo, porque no puede estar por encima de la idoneidad, no importa si hablamos de orientación sexual, o si el pelo es largo o corto, o según la cara, ahí ya si entramos en el campo de lo denunciable.
VI
Cómo conclusión, es primordial dejar de lado el echo de la experiencia y los prejuicios no solo sobre las actividades de las personas, sino en como se vean o como sea su apariencia. Es necesario tomar un poco de conciencia sobre lo que sucede y darle las oportunidades necesarias a aquellos que poseen las ganas de salir adelante.
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