CAPÍTULO VII
Amor y amar
I)- Sobre el amor. II)- Amor y soledad. III)- Amor y sufrimiento. IV)- El amor a las ideas.
I)- SOBRE EL AMOR
¿Cómo podríamos definir al amor sin caer en los típicos convencionalismos, o en las comunes cursilerías de un adolescente absorto por este sentimiento? Podría aprovechar para citar aquí la siguiente frase: «El amor es un vínculo de gratitud, que los hombres perversos por naturaleza rompen, cada vez que pueden beneficiarse» («El Príncipe», de Nicolás Maquiavelo). Ésta es sin dudas una frase bastante contundente y que me da perfecto pie para empezar a desarrollar el tema por otro lado completamente distinto.
La frase sin duda alguna es certera tanto en lo superficial, como en lo profundo. Cuando dice que: «el amor es un vínculo de gratitud» se refiere, muy a mí parecer, al hecho o al sentimiento que une a una persona con otra, que es de una inmensa gracia, es decir las personas se sienten agradecidas entre ellas. El amor entonces es entera gratitud. Ahora bien, en la segunda mitad de la frase, y la de más fuerte carácter, dice: «Que los hombres perversos por naturaleza rompen, cada vez que pueden beneficiarse», aquí está por demás claro, y su explicación requiere un análisis más profundo y minucioso, que daré a continuación.
Para explicar esta frase, más allá del sentimiento divino, y grato que nos hace experimentar el amor, también trae consigo una serie de eventos o experiencias un poco desafortunadas. El amor es, como dijo alguien alguna vez, mostrarme en mí absoluta debilidad, pero pese a mostrarme débil, el otro no actúa sobre mí, cuando lo más normal es que el humano, que es de naturaleza salvaje, aprovecha hasta las más pequeñas de las debilidades de los otros para así utilizarlas de maneras nada agradables en su contra. Pero en el amor por algo que atañe más a los sentimientos, solemos no avanzar sobre las debilidades de los demás (es decir de nuestra o nuestro enamorado/a). Pero aquí entran en juego los «hombres perversos por naturaleza» que ellos sí, siendo la malicia su carácter natural, no tendrán reparo en avasallar a su amor, explotando al máximo las debilidades, y si de éste accionar vil pude obtener beneficios, más aun persistirá en su ataque.
Pero ahora sí me es imprescindible hablar del otro lado del amor, de ese costado más romántico, meloso, de carácter sentimental, que es capaz de hacer blando los corazones más duros. El amor es esa sensación casi palpable de un bienestar mayor, que llega hacía el fondo del alma y cala profundo en ella, dejando para siempre una huella imborrable. Pero esto no sucede siempre, digamos que el amor se encuentra en una serie de personas generalmente, y desarmando el mito, no se encuentra casi nunca al verdadero amor, esa es una historia de libros de príncipes y princesas. Solo lo que uno encuentra es el amor, así de simple, a veces éste se da con mayor fuerza con la persona indicada, o en caso contrario disminuirá su intensidad con la persona que no es la correcta.
Con el amor hay una especie de velo mágico, de un aura dulce y colorida que flota por el aire, lo que hace que unas personas se atraigan con otras, lo que sí y no podemos dudar, es que es un sentimiento puro, limpio, que no busca hacer ningún daño ¡Pero hay, como se suele sufrir también en los asuntos del amor! Pues verás, en esta vida nadie está exento del sufrimiento, y el amor no va a ser ninguna excepción.
El dolor del amor para aquellos que lo hemos experimentado, lo podemos describir como un quiebre interno, como si nuestro corazón se partiera en miles de pedazos, y ahora en vez de corazón tenemos solamente un agujero negro, lleno de dolor, que nos presiona. En estos caso recomiendo siempre, antes de conocer a algún más, sanar primero esa herida, tapar ese agujero negro, y después comenzar a restaurar el corazón otra vez, pieza por pieza, porque si éste todavía no está listo, jamás podrás verdaderamente amar a alguien, y lograras al final alimentar más y más esa herida, como si de echarle sal de tratase (pero a ésto ya lo explicare mas a profundidad).
Uno siempre debe avanzar en el amor con demasiada confianza, pero siendo cauteloso. No creo para nada en el amor de una noche, los placeres del sexo, solo para satisfacer el deseo de dos cuerpos en llamas, que luego jamás se volverán a ver, no me sirve. De ahí viene el significado de las palabras «hacer el amor», es el vínculo que los une, un vínculo amoroso y romántico, que va más allá de las necesidades sexuales, de nada te serviría acostarte con varias damas, si en el fondo no buscas amor. A saber, cada persona es libre de hacer y deshacer a su antojo, pero solo digo que el placer por placer, no generará más que vacío, y si lo haces para sanar esa herida, deja de hacerlo ya, porque no tendrás el resultado que esperas. Solo te hará olvidar el tiempo que estés ocupado con otras damas, pero en las noches a solas, ese vacío te consumirá.
Otra forma de avanzar en el terreno del amor, es siempre ir seguro de uno mismo, es siempre estar conforme con lo que uno es, siendo consciente de que uno mismo es un ser real, y no la copia de la copia, como ya hablamos en los primeros capítulos. Cuando te presentes ante alguien—ya sea el chico o la chica que te gusta— no dudes ni el más mínimo segundo en mostrarte como eres, no ocultes ni reprimas tu verdadero «Yo». Sobre todo ten seguridad de ti mismo, nunca te preguntes cosa como: «¿Será la indicada?» «¿Y si no me quiere?» «¿Por qué estaría conmigo que no tengo ni un mísero centavo a mí favor?» «¿De seguro preferirá aquel chico que tiene ese auto, estatus social y un cuerpo mejor que el mío?» Esa preguntas y muchas otras cosas más, debes sacarlas, limpiarlas de tu mente, y así te darás cuenta que si el amor es real, mutuo, y deseado, el sentimiento de gratitud será tan elevado, que ni el dinero, los lujos o lo superficial, podrán superar el sentimiento amoroso. Y a lo mejor me equivocaba yo al decir que el verdadero amor no existe, cuando podríamos decir que sí puede existir, y es aquel que, siendo un sentimiento real, se mantiene firme a pesar de las adversidades y los años buenos o malos, de bonanza o de malaria.
Y ya te darás cuenta que de nada sirve un amor que se aferre, o esté con vos, por el interés de lo que hay en tú billetera. Si tienes un «amor» así, es mejor cortar de inmediato ese asunto, porque en cuanto el dinero se acabe, huirá de seguro a buscar a otra nueva víctima, que posea en su haber una gorda billetera. Y a vos te dejará penando aquella frustración de un amor que no se dio.
El amor florece como cualquier flor en la primavera, pero hay que tener cuidado cuando se acerca el invierno, es decir, no solamente hay que saber sentir amor, y ser amado, sino también protegerlo, cuidarlo, luchar por él, contra viento y marea, a capa y espada. En definitiva eso es lo que vale, ya que a fin de cuentas es un tesoro tan valioso que no lo podemos perder. Esto aplica tanto para hombres, como para mujeres.
De aquí solo puedo sacar tres conclusiones importantes, que las puedes tomar o dejar, eso como tu quieras:
a)- No malgastes tu tiempo en el sexo para descargar placer, ni llenes tu copa con las mieles de otras personas. Céntrate primero en reparar lo roto, en sanar lo primero, y luego ocúpate de encontrar aquella persona que te hará feliz.
b)- El amor no va a llegar hacia vos si no tienes la suficiente confianza, y seguridad en ti mismo. Perfecciónate, alimenta tu alma, saca a relucir tu verdadero «Yo» y ese amor deseado te encontrará
c)- Deja de menospreciarte, y entiende que el amor sobrepasa cualquier lujo, materialidad barata, o todo el dinero del mundo. El amor solo se nutre si alguien percibe el mismo sentimiento. Nada más que un corazón sincero basta para enamorarse, no importa el dinero, no importa que no tengas nada, éste siempre será verdadero. Pero acuérdate siempre que debes cuidarlo, protegerlo, hasta incluso dar la vida por él si es necesario. Lo cual eso no supone ningún problema para los que aman de verdad.
II)- AMOR Y SOLEDAD
A la soledad muchas veces se le asignan características que no son para nada positivas, se la tiene como algo maligno, ella carga con un largo número de prejuicios que atormentan a los que quieren vivir en soledad. Pero hay que tener en cuenta que vivir solo, o tener una vida solitaria, no significa estar apartado del amor o no encontrar el amor.
Por extraño que parezca, las personas solitarias, o de carácter solitario, son las más románticas y amorosas del mundo, esto se debe al hecho de que como seres humanos dedicados a la introspección continua, y a un pleno entendimiento de ellos mismos, y de las relaciones humanas, valoran mucho más a las otras personas y los lazos con ellas. Esto no quiere decir que voy a amar mejor si se vivir solo, sino al revés, que si aprendo a vivir solo— sobre todo sin vivir dependiendo (emocionalmente) de alguien— lograré una conexión mucho más sana, y genuina con la otra persona. Ahora sí la otra persona no está preparada, o no ha aceptado alguna vez la vida en soledad, y no ha disfrutado del mirar para adentro, y ser consciente en su auto-conocimiento, no podrá, por más que lo intente amar a alguien.
Resumiendo, estar solo no es sinónimo de estar deprimido, y por ende no es sinónimo de estar sin pareja. La soledad se vive de diferentes maneras, lo mismo pasa con el amor, todos tenemos diferentes experiencias de una misma cosa, y no hacen a las dos (amor y soledad) incompatibles.
III) AMOR Y SUFRIMIENTO
Los asuntos del corazón son siempre los más dolorosos y los más difíciles de sanar, de igual manera no siempre el amor es sufrimiento, también es momentos lindos, pero cuando estos se acaban solo queda una herida sangrante. Nadie que no se haya entregado de lleno al amor, en cuerpo y espíritu, sabrá lo que se siente ese dolor.
Lo importante aquí es cómo uno puede llegar a afrontar ese dolor, a veces muchas personas—que no son más que el viejo cliché del enamorado sufriente— se vuelcan hacia el lado del alcohol para olvidar a esa persona que les fue especial, sin saber el daño que le causan a su cuerpo. Otros como ya vimos antes, se entregan al placer sexual usando y tirando personas como si de juguetes rotos se tratase, y hay quienes se encierran en su dolor para recaer en una depresión constante, envueltos siempre en un halo de melancolía y recuerdos que como dagas apuñalan su mente.
Mí observación para con estos tres tipos de personas es simple, nada puede superar el amor que se fue. Estar triste por ello es normal, pero dejarse arrastrar por ese dolor no es bueno, cualquiera de esos tres caminos no conducen a Roma, sino al dolor más profundo.
Para superar ese trauma es necesario la plena conciencia de sí mismo, reconocer nuestra valía, y afrontar la vida con lo mejor que le podamos dar. Los hombres fuertes saben afrontar las causas del desamor desde un punto de vista mental, mostrándose duros ante toda situación, pero sin perder de vista la blandura de los sentimientos.
Sufrir por amor es muy normal, y sucede todos los días de nuestra vida, lo importante es siempre no hacer sufrir a nadie, esto no quiere decir que es mejor no enamorarse, sino todo lo contrario, saber que el amor exige una serie de responsabilidades, hay que estar para la otra persona; fidelidad plena, amor mutuo, etcétera, si no vamos a cumplir con todas esas responsabilidades, entonces es ahí conveniente no enamorarse, porque de lo contrario haremos sufrir a la persona que esté a nuestro lado.
IV)- EL AMOR A LAS IDEAS
A casi todas las cosas del mundo se les puede tener amor, eso es muy sabido por todos. Desde un animal hasta yo que sé, una herramienta, y esto no es de personas locas ni mucho menos, sino de gente que logra empatizar con algo que no solamente puede ser inanimado sino que se conectan con esa persona por medio de un vínculo afectivo unilateral, es decir por ejemplo: que yo poseo un gran amor hacia mis libros, y si alguno de ellos se rompiese, o perdiese, yo definitivamente me hundiría en la tristeza. Es unilateral porque el libro no pude expresar su cariño, pero yo como soy un ser humano, y ante todo un ser pensante, puedo sentir afecto hacia él.
Pero yendo por un plano intelectual, uno puede tenerle amor a las ideas, a las ideologías, y a todo lo relacionado con ellas. Uno puede amar y abrazar sus ideas de la forma más pasional posible, a fin de cuentas las ideas que nosotros generamos ya vienen impregnadas con el perfume de ser algo nuestro, y por eso las defendemos de aquellos que piensan que nuestros pensamientos están mal encarnados, aún así a veces sabiendo que el otro tiene razón .
Si no fuera por ese impulso de amor hacia las ideas, esto no estaría siendo escrito, ni yo estaría donde estoy. Cada hombre y mujer sabe de su valía, un hombre o una mujer—según mí propia visión— se miden más por lo que piensas que por lo que poseen en sus bolsillos. No puedo concebir la idea de que haya personas por ahí que no sientan pasión hacía las ideas, hacías sus ideas en definitiva, son seres carentes de un pensamiento propio quizá, que se empeñan en endulzar sus oídos con las lenguas de alguien más. Amar las idea de otros es fácil, pero aceptar y amar las propias no es tarea sencilla.
El amor a las idea se resume de la siguiente manera: es el afecto supremo a las idea que se gestan por mente propia, y que uno defiende a pesar de todo, estas con el tiempo pueden cambiarse, modificarse, reinventarse, pero jamás, siendo ese amor tan verdadero, serán abandonadas.
CONTINUARÁ...
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