sábado, 17 de junio de 2023

26 AÑOS DE VIDA: 1997 - 2023

 26 AÑOS DE REFELXIÓN


MI CUMPLEAÑOS FELIZ  


Por...MARK
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A mi mismo, a mi familia, a mi novia y 
las personas que me conocen.

    No sé, solo me despierto y la «cosa» ya está allí, parada sobre mi vientre, mirándome encorvada sobre su estómago, relamiéndose las manos, con los ojos bien abiertos y la boca que esboza una sonrisa maquiavélica. Como cada mañana me da los buenos días asintiendo con la cabeza, se hace a un lado para que yo pueda levantarme, curiosamente trata con sumo cuidado de no despertar a mi novia. De allí me persigue hasta el baño, me ve orinar, mientras se posiciona casi a mi lado, sentado sobre el bidet. Puedo sentir su respiración molesta, que emite un pequeño silbido que realmente me saca de quicio. Luego me sigue hasta el comedor, ve como pongo a calentar la pava y preparo el mate. Mientras la pava hierve él me mira, se sienta del otro lado de la mesa, estamos enfrentados. La pava hierve, vierto el líquido caliente en el termo, el sigue ahí, examinándolo todo. Me siento, tomo mates en silencio, mientras el ser no aparta sus ojos de mí, ya es algo que no me incomoda, me acostumbré a ver su rostro después de tanto tiempo. Le ofrezco un mate para que no se sienta excluido, no le pongo azúcar porque sé que lo quiere amargo, no me extraña, hace juego con su aburrido estilo de vida.

    No recuerdo muy bien cuando fue la primera vez que esa monstruosidad se apegó a mí, al principio, la primera vez que la vi, me dio miedo— el primer contacto es siempre el peor—. Debí de haber tenido unos quince años, con una adolescencia rodeada de bullying, problemas con los padres, miedos y ansiedades. Recuerdo que un día lo vi ahí, sentado al pie de mi cama, como ésta mañana, me miraba, era aun un pequeñuelo, pero igual me daba miedo, su aspecto verdoso, sus ojos rojos, esa piel rugosa y viscosa, sus manos huesudas que se las relame constantemente, un vicio que no se le quita. No sé porque lo dejé acostarse a mi lado, le hice una seña y el vino como un perro tímido, pero prefirió acostarse sobre mi vientre, allí se puso cómodo y se quedó para siempre, o al menos eso creo, ya que no he conseguido la fórmula para que se vaya. Suelo mitigarlo y mantenerlo a raya con algún producto químico hecho en laboratorio que me recetó algún médico, pero cada dos por tres lo tengo aferrado a mí. De todas formas, hay algo de ternura y compasión cada vez que lo veo, como que mi mente cree que no voy a poder vivir sin él, tantos años acompañándome, tanto tiempo compartido en nuestra soledad, sin hablar, sin gesticular, solo mirándonos, esperando a que el tiempo pase.

    Con el ir y venir de los años nos hemos hecho muy buenos amigos, si bien hay momentos en los que se torna un poco pesado, ya que no puedo  ir a ningún lado sin llevarlo, si lo intento es tanto el agobio que debo marcharme del lugar en el que esté, porque de alguna manera (y odio tener que decirlo) lo necesito. De igual forma no sé el verdadero por qué de llegar a necesitarlo, la gente me dice que lo abandone, que lo deje marchar a su suerte, «a la buena de Dios» como dice mi abuela, creo que si Dios lo viera no lo querría, es un Diablo salido de los más profundos infiernos, es un tormento para mí, pero a veces eterno placer, ya que suele ser el motivo de mis excusas para evitar la angustiosa idea de tener que relacionarme con otros humanos. Pero, también he visto a otras personas cargar con alguien parecido al bicho que yo llevo, lo veo en mi padre, por ejemplo, lo veo en uno de mis amigos, lo veo en personas cercanas y no tan cercanas, pobres almas, también las entiendo, así como Cristo cargó la cruz, nosotros también tenemos la propia, pero más pesada, con forma de pesadilla, como un ser que nos chupa el alma.

    Mi novia tiene el suyo propio, no se lleva bien con el mío, por ahí pelean, y es difícil prevenir los roces, pero eso no evita que nos amemos, porque es en ese momento donde nos amamos, cuando descubrimos lo que verdaderamente somos, y nos olvidamos de esos demonios que están atrás nuestro. El de mi padre es una «cosa» distinta, es más viejo, más pesado, más duro, tiene marcas de lucha porque han peleado con mi padre, porque éste quería liberarse de él, pero no se pudo, ahora se rindió y ahí andan caminando juntos como dos amigos que se conocen de toda la vida, pero que sus egos y envidias cada tanto los separa.

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    Ya son las seis y media de la mañana, tengo que llamar a mi novia, no vaya a ser que llegue tarde al trabajo, le hago una seña a aquella «cosa» para que me siga, con un andar pesado va detrás mío.  Mi novia se levanta, su «cosa» también. El café ya está servido, sale afuera, mientras el café es digerido enciende un cigarrillo para empezar el día, una forma interesante de acallar el ser que se posiciona sobre sus espaldas. El humo del tabaco lo idiotiza, baja sus niveles de intensidad, así puede proseguir su marcha. Yo no hago eso, dependo de unos medicamentos que tienen la intención de cambiar mi vida.

   Salimos de casa, hacemos el mismo recorrido, la mañana está fresca. La acompaño como todos los días al trabajo, entre bostezos y risas la dejo a una media cuadra de su destino. La miro llegar a la puerta de su trabajo, y me giro, allí está la cosa mirándome, tiritando de frío, saco un pañuelo y le limpio los mocos, lo tomo de la mano y emprendemos el camino a casa, mientras escuchamos el bullicio de la ciudad que empieza a despertarse. Al caminar dos cuadras, por detrás de nosotros empiezan a asomar los primeros rayos de sol, sonrío sin soltarlo. Finalmente estamos ya en casa, solos los dos otra vez.

   Cuando vuelvo a casa luego de acompañar mi novia, me siento a continuar con mi ronda de mates, él se vuelve a sentar enfrentado a mí ( es un desafiante nato), y para no hacerle caso me distraigo navegando horas por YouTube, o dibujando, quizás tal vez escribiendo. Por momentos subo la música porque el silencio me penetra el alma como una daga afilada, por más que no hable (y que bendición que haya sido creado sin esa capacidad), me termina torturando, porque me da libertad, libertad de pensar, y de tanto pensar empiezo a sobrepensar, y a repensar las cosas, a tal punto que el dolor de cabeza es tal que necesito acostarme, para que él se suba como siempre a mi vientre, hasta que me levanto para repetir todo de nuevo.

   Alguna que otra vez me pregunté el porqué de este castigo, pero como no creo en dioses ni espiritualidades, trato de contentarme con que así tenía que ser y ya, no le busco más vueltas al asunto, trato de hacer lo que amo, como puedo y como me salga. El arte es el remedio que me cura, aunque a veces cuando le doy el control a ese ser para que me ayude o me inspire a crear, termina siendo perjudicial, porque sale a flote todo lo negro y malicioso de mi faceta oscura que deseo ocultar, aunque como dijo Caro, mi anterior psicóloga en una de las tantas sesiones: «todos tenemos un muerto en el placard» o un demonio a nuestras espaldas diría yo.

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    Hubo un tiempo en donde se me dificultaba vivir, era algo pesado, desgastante, cada día se sentía como un año, era algo absolutamente insoportable, las horas parecían elásticas, las tardes de domingo me representaban un tedio fatal, pero uno aprende a sobrellevar todo, es que al final no te queda de otra, es adaptarse o morir, «oxidarse o resistir».

   Pero no todo es malo, gracias a él logré hacerme más fuerte, encontré en la filosofía una manera de sobrellevar la existencia, una nueva forma de mirar la vida, aprendí cosas valiosas de Epicteto, Séneca, Marco Aurelio, H. D. Thoreau, Schopenhauer, Nietzsche, Bakunin, Proudhon, Dostoievski, Emil Cioran, Albert Camus, Foucault, entre tantos otros maestros. De hecho, leer fue siempre mi pasión, y el arte el complemento, ya que la inspiración es la única cosa que no depende de la influencia de ese ser.

   «Pero bueno», si esa es mi frase de autocompasión, seguida de un «así es la vida, que se le va a hacer», toda una expresión propia de alguien que está de alguna manera olvidado por la vida, ya sea por un hecho desgraciado o por su propio mérito, yo creo y me siento un excluido, por lo menos en mi ciudad me veo como alguien que no encaja del todo en esta especie de pueblo-ciudad. Será también porque me crie en los campos de mi padre, entre animales, tierra, pasto, mates y ni un peso partido al medio, con la única riqueza de poseer un libro con el cual poder entretenerme. Acá si es donde cada tanto se me «pianta un lagrimón», añoro los tiempos de ir a la escuela rural en una bici despintada y con las ruedas llenas de parches, el guardapolvo manchado de tierra porque no se hizo tiempo de lavarlo, las zapatillas a punto de romperse, las hojas llenas de marcas de cera de vela, porque era la única forma de poder hacer la tarea (no teníamos luz eléctrica). Y esto no es apología a la pobreza o al pobrismo, es solo que a medida que crecí con todo esto, me doy cuenta de lo feliz que era (o éramos incluyendo a mi familia), cuando el no tener nada era tenerlo todo. Ir a la escuela en ese momento era el más grande los lujos, amaba esa especie de estructura cuadrada con dos aulas y unos pupitres, pintada de blanco, con un mástil que sostenía firme una bandera argentina deshilachada por el sol, en dónde solo asistíamos unos cuatro o cinco alumnos, mientras que por la ventana abierta entraba, gracias al viento fresco de la mañana, ese olorcito a campo.

   Que bueno es recordar esto, al final mi vida no es ni fue tan mala como parece. Por el «será» no me preocupo demasiado, conviene siempre tener un equilibro perfecto entre esto tres elementos: el pasado es lo que no queremos repetir, el presente es el mejoramiento continuo y el futuro es solo un misterio que se va resolviendo solo, lo importante es no tener apuro, lo que llega llega y lo que tarda en venir cuando tenga que ser te será dado, a fin de cuentas uno se marea con lo que debe o debería ser la vida, pero es más que nada «vivirla como una fiesta, aceptando que la vida es lo que es, no lo que debería ser, agradeciendo lo que tengo, no lo que quería o lo que se supone que me debería haber tocado», que hombre sabio Facundo Cabral.

17/06/2023

Fin...(¿continuará?)


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La imagen en blanco y negro no es la ausencia de felicidad,
es solo el reflejo de la espera ansiosa por la misma.

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CUANDO NO ERA NADIE



  Cuando no era nadie deseaba ser algo, ahora que "soy alguien" ya no se que quiero ser. El arte se abre en mi como una rosa ante los cálidos abrazos del sol, me seduce con su perfume, me prepara para lo que viene, la entrada a un mundo donde a pesar de todo las posibilidades son infinitas, pero pese a todo sigo siendo muy limitado. Cuando era niño pensaba que ser adulto era lo mejor que me podía pasar, podía hacer lo que quisiera, en la adolescencia todo cambió, empecé a «adolecer» la vida, a convivir con mis demonios llamados Depresión y Ansiedad, y sobre todo a convivir con un amigo que siempre estaba presente: el Miedo. Pero, de igual manera seguía con la idea fija de que ser adulto era lo mejor, todo se debía al absurdo pensamiento de que «ser grande» era vivir sin Miedo, pensaba que una vez alcanzado ese estatus o rango, sería liberado de esos tres amigos... que tonto fui, descubrí entonces que ser adulto es vivir con Miedo, que era algo que no se iba a ir, porque es nuestro elemento natural, con la diferencia de se aprende a ser lo suficientemente maduro como para poder mantenerlo a raya. Lo mismo pensaba de la Depresión y la Ansiedad, ambas ahora tratadas por unas pastillas, pero la segunda aun me persigue. 
    
    Pensaba que ser adulto era la vida como tal, que es ahí donde se logra todo, pero no es así, es solo el inicio de otras etapas, de otros sueños, aunque pobre de los míos, aun tengo esa sensación jovial de querer dejar todo por seguir ese ideal tan maravilloso del arte, aun hasta el día de hoy me resisto a entregar mi sangre al antojo de los capataces, pero se que no va a durar mucho tiempo. Voy piloteando la vida, rebotando entre oportunidades, tratando de hacer todo antes de quedarme sin tiempo o en el peor de los casos, sin ganas. La mayoría aconseja que busque un trabajo «de verdad» y que me dedique a pintar cuadros o a escribir los fines de semana, eso a veces desalienta, pero mi pensamiento es claro: no quiero llegar a mis cuarenta o cincuenta años arrepintiéndome o cargando con esa culpa (peso que no quiero sobre mis hombros), al no haber aprovechado el tiempo de hacer lo que quería cuando tuve la oportunidad, por lo menos si fracaso lo haré luchando, no tiraré la toalla y no me daré por vencido con la idea de no intentarlo. Tengo solo una vida, y es mía, solo yo decido lo que hago con ella.
   

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     Entrar al mundo adulto me sigue pareciendo raro, es como si al mirar atrás no pudiera creer lo rápido que avanza el tiempo, si hace tan solo un rato tenía diez años... La pérdida reciente de mi amiga perruna Lupina, me hizo reflexionar bastante, de hecho ella es la razón por la cual hago esta entrada, ya que es la primera vez que publico algo para mi cumpleaños. Pensaba entonces sobre lo efímera que es la vida, miraba entonces mientras me hundía en las reflexiones profundas, aquellos pequeños pero muy significantes logros en mi vida: mis medallas de la escuela (egresado y mejor promedio), el analítico, los certificados de los diferentes cursos/capacitaciones que hice, las menciones obtenidas en concursos literarios, los diplomas de mis exámenes de Aikido, mis dibujos almacenados en carpetas o folios, mis pinturas, mis libros, mis historietas, y pensaba entonces que iba a ser de ellas ¿Valía la pena cada logro conseguido con esfuerzo tenaz, si mañana tal vez sea mi cuerpo el que caliente un ataúd? ¿Qué pasará con todo esto que guardo? ¿Quién se hará cargo de todas estas cosas que, cuando yo ya no esté, no me pertenecerán? Tal vez terminen en algún basural o a lo mejor ( y en el menos probable de los casos), las pinturas y dibujos sean expuestos en algún museo local. Si lo sé, recién acabo de cumplir 26 años, aun tengo mucha vida, pero ¿Cómo le van a explicar esto a alguien que para que algo salga bien, primero analiza la lista infinita de malos resultados posibles?.
     
     De todas formas acá sigo, la vida es misteriosa y creo con la ingenuidad de un niño, que tal vez en algún momento me de las recompensas que estoy esperando sin esperar.  Hasta el momento me ha dado una hermosa familia, una hermosa novia y un destino dentro de todo pasable, pero disfrutable ¿para qué pedir más? el conformismo muchas veces hace noble al alma, pero siempre hay que guardar en el corazón algo de ambición, uno nunca sabe cuando tendrá que usar esa carta.





     




viernes, 16 de junio de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE VII

 


CAPÍTULO VII

Amor y amar


I)- Sobre el amor. II)- Amor y soledad. III)- Amor y sufrimiento. IV)- El amor a las ideas.


I)- SOBRE EL AMOR


¿Cómo podríamos definir al amor sin caer en los típicos convencionalismos, o en las comunes cursilerías de un adolescente absorto por este sentimiento? Podría aprovechar para citar aquí la siguiente frase: «El amor es un vínculo de gratitud, que los hombres perversos por naturaleza rompen, cada vez que pueden beneficiarse» («El Príncipe», de Nicolás Maquiavelo). Ésta es sin dudas una frase bastante contundente y que me da perfecto pie para empezar a desarrollar el tema por otro lado completamente distinto.

La frase sin duda alguna es certera tanto en lo superficial, como en lo profundo. Cuando dice que: «el amor es un vínculo de gratitud» se refiere, muy a mí parecer, al hecho o al sentimiento que une a una persona con otra, que es de una inmensa gracia, es decir las personas se sienten agradecidas entre ellas. El amor entonces es entera gratitud. Ahora bien, en la segunda mitad de la frase, y la de más fuerte carácter, dice: «Que los hombres perversos por naturaleza rompen, cada vez que pueden beneficiarse», aquí está por demás claro, y su explicación requiere un análisis más profundo y minucioso, que daré a continuación.

Para explicar esta frase, más allá del sentimiento divino, y grato que nos hace experimentar el amor, también trae consigo una serie de eventos o experiencias un poco desafortunadas. El amor es, como dijo alguien alguna vez, mostrarme en mí absoluta debilidad, pero pese a mostrarme débil, el otro no actúa sobre mí, cuando lo más normal es que el humano, que es de naturaleza salvaje, aprovecha hasta las más pequeñas de las debilidades de los otros para así utilizarlas de maneras nada agradables en su contra. Pero en el amor por algo que atañe más a los sentimientos, solemos no avanzar sobre las debilidades de los demás (es decir de nuestra o nuestro enamorado/a). Pero aquí entran en juego los «hombres perversos por naturaleza» que ellos sí, siendo la malicia su carácter natural, no tendrán reparo en avasallar a su amor, explotando al máximo las debilidades, y si de éste accionar vil pude obtener beneficios, más aun persistirá en su ataque.

Pero ahora sí me es imprescindible hablar del otro lado del amor, de ese costado más romántico, meloso, de carácter sentimental, que es capaz de hacer blando los corazones más duros. El amor es esa sensación casi palpable de un bienestar mayor, que llega hacía el fondo del alma y cala profundo en ella, dejando para siempre una huella imborrable. Pero esto no sucede siempre, digamos que el amor se encuentra en una serie de personas generalmente, y desarmando el mito, no se encuentra casi nunca al verdadero amor, esa es una historia de libros de príncipes y princesas. Solo lo que uno encuentra es el amor, así de simple, a veces éste se da con mayor fuerza con la persona indicada, o en caso contrario disminuirá su intensidad con la persona que no es la correcta.

Con el amor hay una especie de velo mágico, de un aura dulce y colorida que flota por el aire, lo que hace que unas personas se atraigan con otras, lo que sí y no podemos dudar, es que es un sentimiento puro, limpio, que no busca hacer ningún daño ¡Pero hay, como se suele sufrir también en los asuntos del amor! Pues verás, en esta vida nadie está exento del sufrimiento, y el amor no va a ser ninguna excepción.

El dolor del amor para aquellos que lo hemos experimentado, lo podemos describir como un quiebre interno, como si nuestro corazón se partiera en miles de pedazos, y ahora en vez de corazón tenemos solamente un agujero negro, lleno de dolor, que nos presiona. En estos caso recomiendo siempre, antes de conocer a algún más, sanar primero esa herida, tapar ese agujero negro, y después comenzar a restaurar el corazón otra vez, pieza por pieza, porque si éste todavía no está listo, jamás podrás verdaderamente amar a alguien, y lograras al final alimentar más y más esa herida, como si de echarle sal de tratase (pero a ésto ya lo explicare mas a profundidad).

Uno siempre debe avanzar en el amor con demasiada confianza, pero siendo cauteloso. No creo para nada en el amor de una noche, los placeres del sexo, solo para satisfacer el deseo de dos cuerpos en llamas, que luego jamás se volverán a ver, no me sirve. De ahí viene el significado de las palabras «hacer el amor», es el vínculo que los une, un vínculo amoroso y romántico, que va más allá de las necesidades sexuales, de nada te serviría acostarte con varias damas, si en el fondo no buscas amor. A saber, cada persona es libre de hacer y deshacer a su antojo, pero solo digo que el placer por placer, no generará más que vacío, y si lo haces para sanar esa herida, deja de hacerlo ya, porque no tendrás el resultado que esperas. Solo te hará olvidar el tiempo que estés ocupado con otras damas, pero en las noches a solas, ese vacío te consumirá.

Otra forma de avanzar en el terreno del amor, es siempre ir seguro de uno mismo, es siempre estar conforme con lo que uno es, siendo consciente de que uno mismo es un ser real, y no la copia de la copia, como ya hablamos en los primeros capítulos. Cuando te presentes ante alguien—ya sea el chico o la chica que te gusta— no dudes ni el más mínimo segundo en mostrarte como eres, no ocultes ni reprimas tu verdadero «Yo». Sobre todo ten seguridad de ti mismo, nunca te preguntes cosa como: «¿Será la indicada?» «¿Y si no me quiere?» «¿Por qué estaría conmigo que no tengo ni un mísero centavo a mí favor?» «¿De seguro preferirá aquel chico que tiene ese auto, estatus social y un cuerpo mejor que el mío?» Esa preguntas y muchas otras cosas más, debes sacarlas, limpiarlas de tu mente, y así te darás cuenta que si el amor es real, mutuo, y deseado, el sentimiento de gratitud será tan elevado, que ni el dinero, los lujos o lo superficial, podrán superar el sentimiento amoroso. Y a lo mejor me equivocaba yo al decir que el verdadero amor no existe, cuando podríamos decir que sí puede existir, y es aquel que, siendo un sentimiento real, se mantiene firme a pesar de las adversidades y los años buenos o malos, de bonanza o de malaria.

Y ya te darás cuenta que de nada sirve un amor que se aferre, o esté con vos, por el interés de lo que hay en tú billetera. Si tienes un «amor» así, es mejor cortar de inmediato ese asunto, porque en cuanto el dinero se acabe, huirá de seguro a buscar a otra nueva víctima, que posea en su haber una gorda billetera. Y a vos te dejará penando aquella frustración de un amor que no se dio.

El amor florece como cualquier flor en la primavera, pero hay que tener cuidado cuando se acerca el invierno, es decir, no solamente hay que saber sentir amor, y ser amado, sino también protegerlo, cuidarlo, luchar por él, contra viento y marea, a capa y espada. En definitiva eso es lo que vale, ya que a fin de cuentas es un tesoro tan valioso que no lo podemos perder. Esto aplica tanto para hombres, como para mujeres.

De aquí solo puedo sacar tres conclusiones importantes, que las puedes tomar o dejar, eso como tu quieras:

a)- No malgastes tu tiempo en el sexo para descargar placer, ni llenes tu copa con las mieles de otras personas. Céntrate primero en reparar lo roto, en sanar lo primero, y luego ocúpate de encontrar aquella persona que te hará feliz.

b)- El amor no va a llegar hacia vos si no tienes la suficiente confianza, y seguridad en ti mismo. Perfecciónate, alimenta tu alma, saca a relucir tu verdadero «Yo» y ese amor deseado te encontrará

c)- Deja de menospreciarte, y entiende que el amor sobrepasa cualquier lujo, materialidad barata, o todo el dinero del mundo. El amor solo se nutre si alguien percibe el mismo sentimiento. Nada más que un corazón sincero basta para enamorarse, no importa el dinero, no importa que no tengas nada, éste siempre será verdadero. Pero acuérdate siempre que debes cuidarlo, protegerlo, hasta incluso dar la vida por él si es necesario. Lo cual eso no supone ningún problema para los que aman de verdad.



II)- AMOR Y SOLEDAD


A la soledad muchas veces se le asignan características que no son para nada positivas, se la tiene como algo maligno, ella carga con un largo número de prejuicios que atormentan a los que quieren vivir en soledad. Pero hay que tener en cuenta que vivir solo, o tener una vida solitaria, no significa estar apartado del amor o no encontrar el amor.

Por extraño que parezca, las personas solitarias, o de carácter solitario, son las más románticas y amorosas del mundo, esto se debe al hecho de que como seres humanos dedicados a la introspección continua, y a un pleno entendimiento de ellos mismos, y de las relaciones humanas, valoran mucho más a las otras personas y los lazos con ellas. Esto no quiere decir que voy a amar mejor si se vivir solo, sino al revés, que si aprendo a vivir solo— sobre todo sin vivir dependiendo (emocionalmente) de alguien— lograré una conexión mucho más sana, y genuina con la otra persona. Ahora sí la otra persona no está preparada, o no ha aceptado alguna vez la vida en soledad, y no ha disfrutado del mirar para adentro, y ser consciente en su auto-conocimiento, no podrá, por más que lo intente amar a alguien.

Resumiendo, estar solo no es sinónimo de estar deprimido, y por ende no es sinónimo de estar sin pareja. La soledad se vive de diferentes maneras, lo mismo pasa con el amor, todos tenemos diferentes experiencias de una misma cosa, y no hacen a las dos (amor y soledad) incompatibles.



III) AMOR Y SUFRIMIENTO



Los asuntos del corazón son siempre los más dolorosos y los más difíciles de sanar, de igual manera no siempre el amor es sufrimiento, también es momentos lindos, pero cuando estos se acaban solo queda una herida sangrante. Nadie que no se haya entregado de lleno al amor, en cuerpo y espíritu, sabrá lo que se siente ese dolor.

Lo importante aquí es cómo uno puede llegar a afrontar ese dolor, a veces muchas personas—que no son más que el viejo cliché del enamorado sufriente— se vuelcan hacia el lado del alcohol para olvidar a esa persona que les fue especial, sin saber el daño que le causan a su cuerpo. Otros como ya vimos antes, se entregan al placer sexual usando y tirando personas como si de juguetes rotos se tratase, y hay quienes se encierran en su dolor para recaer en una depresión constante, envueltos siempre en un halo de melancolía y recuerdos que como dagas apuñalan su mente.


Mí observación para con estos tres tipos de personas es simple, nada puede superar el amor que se fue. Estar triste por ello es normal, pero dejarse arrastrar por ese dolor no es bueno, cualquiera de esos tres caminos no conducen a Roma, sino al dolor más profundo.

Para superar ese trauma es necesario la plena conciencia de sí mismo, reconocer nuestra valía, y afrontar la vida con lo mejor que le podamos dar. Los hombres fuertes saben afrontar las causas del desamor desde un punto de vista mental, mostrándose duros ante toda situación, pero sin perder de vista la blandura de los sentimientos.

Sufrir por amor es muy normal, y sucede todos los días de nuestra vida, lo importante es siempre no hacer sufrir a nadie, esto no quiere decir que es mejor no enamorarse, sino todo lo contrario, saber que el amor exige una serie de responsabilidades, hay que estar para la otra persona; fidelidad plena, amor mutuo, etcétera, si no vamos a cumplir con todas esas responsabilidades, entonces es ahí conveniente no enamorarse, porque de lo contrario haremos sufrir a la persona que esté a nuestro lado.



IV)- EL AMOR A LAS IDEAS


A casi todas las cosas del mundo se les puede tener amor, eso es muy sabido por todos. Desde un animal hasta yo que sé, una herramienta, y esto no es de personas locas ni mucho menos, sino de gente que logra empatizar con algo que no solamente puede ser inanimado sino que se conectan con esa persona por medio de un vínculo afectivo unilateral, es decir por ejemplo: que yo poseo un gran amor hacia mis libros, y si alguno de ellos se rompiese, o perdiese, yo definitivamente me hundiría en la tristeza. Es unilateral porque el libro no pude expresar su cariño, pero yo como soy un ser humano, y ante todo un ser pensante, puedo sentir afecto hacia él.

Pero yendo por un plano intelectual, uno puede tenerle amor a las ideas, a las ideologías, y a todo lo relacionado con ellas. Uno puede amar y abrazar sus ideas de la forma más pasional posible, a fin de cuentas las ideas que nosotros generamos ya vienen impregnadas con el perfume de ser algo nuestro, y por eso las defendemos de aquellos que piensan que nuestros pensamientos están mal encarnados, aún así a veces sabiendo que el otro tiene razón .

Si no fuera por ese impulso de amor hacia las ideas, esto no estaría siendo escrito, ni yo estaría donde estoy. Cada hombre y mujer sabe de su valía, un hombre o una mujer—según mí propia visión— se miden más por lo que piensas que por lo que poseen en sus bolsillos. No puedo concebir la idea de que haya personas por ahí que no sientan pasión hacía las ideas, hacías sus ideas en definitiva, son seres carentes de un pensamiento propio quizá, que se empeñan en endulzar sus oídos con las lenguas de alguien más. Amar las idea de otros es fácil, pero aceptar y amar las propias no es tarea sencilla.

El amor a las idea se resume de la siguiente manera: es el afecto supremo a las idea que se gestan por mente propia, y que uno defiende a pesar de todo, estas con el tiempo pueden cambiarse, modificarse, reinventarse, pero jamás, siendo ese amor tan verdadero, serán abandonadas.

 


CONTINUARÁ...

martes, 13 de junio de 2023

LA MENTIRA DE LOS DDHH

 ¿DERECHOS HUMANOS? ¿QUÉ ES ESO? ¿SE COME?



LOS APARATOS POLÍTICOS Y SU FALTA DE SENSIBILIDAD CON EL PUEBLO LATINOAMERICANO


Por...MARK
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Que son los derechos humanos sino más que un puñado de burócratas, que tienen en sus manos el poder de decidir quién viola o no esos derechos ¡Pero oh casualidad, el poder político es algo que sale siempre favorecido! ¿O a caso se hizo algo por los 92 desaparecidxs y asesinadxs por las fuerzas represoras del Estado Argentino durante la pandemia del 2020? ¿Se ha hecho algo por la aparición con vida del Tehuel, el chico trans desaparecido?

Los derechos humanos son solo un negociado con la sangre de las víctimas, que estos moralistas saborean, son solo un ente que aparenta bondad ¿A caso se olvidaron cuando el representante de los derechos humanos en argentina le pegó a una secretaria? Estos parásitos chupa sangre, se nutren del billete del pueblo, y solo defienden a quienes ellos creen ¿Pero no somos acaso todos iguales ante la ley?

Parece que para poder recibir la ayuda milagrosa de las organizaciones de DDHH, es importante el color político del que participes. Eso es solo una movida para ocultar lo que está pasando en países ya olvidados de la tan amada América Latina, solo basta con echarle un vistazo a los datos de Venezuela, o a los números de Cuba, estados puramente autoritarios y como cercenan libertades y derechos básicos, persiguiendo y desapareciendo al que piensa distinto.


Índice de detenciones ilegales en Venezuela 


Como anarquista, pero principalmente como ser humano, necesito y necesitamos involucrarnos en estas ideas para abrir debates que expongan a estos poderosos que se creen impunes por estar sentados en un trono, olvidándose que el que los puso allí es el mismo pueblo al que están pisoteando. La inutilidad de los derechos humanos es comparable a la inutilidad de los ministerios ridículos que alberga este país.

Hoy en día ya no hay una crítica certera y directa en contra de los explotadores, ya no hay revoluciones que liberen al hombre de todas las ataduras mentales, las prioridades del mundo actual se han alterado gravemente, parece ser que es más importante saber si se dice todos o todes, antes que hacer algo para que una educación de calidad, transparente y libre de adoctrinamiento, sea ejecutada para que alcance a todas las esferas sociales.

Los derechos humanos son solo un sistema que aparenta tener la razón en todo, cuando lo único bien que hacen es quedarse de brazos cruzados mientras en el mundo, gobiernos déspotas masacran a sus ciudadanos. Su deber es cuidar y velar por los derechos de todos los seres humanos, no de algunos privilegiados, para que salgan ilesos ¿A caso hicieron algo con Magali Morales, Luis Espinoza, Abigail o Solange? Me dan gracia, son patéticos...


Hablar de DDHH es como hacer un chiste de mal gusto, más sabiendo que son una falta de respeto para aquellos que murieron pidiendo justicia. Pero no se trata solo de golpear a esta organización, sino también hay que hablar de la impunidad con la que el poder político se maneja en varias partes de Latinoamérica y el resto del mundo. Es menester que como sociedad tomemos cartas en el asunto y digámosle NO a los políticos autoritarios.

Pero todos sabemos que no pueden tapar el sol con un dedo, ellos son la muestra fiel de que no siempre se puede poner la basura debajo de la alfombra, por eso los desaparecidos que se buscan, por eso las persecuciones a periodistas que solo quieren hacer saber la verdad de los hechos, pero no por ellos, sino porque el pueblo tiene derecho a saberla.


Los DDHH no son más que una pantalla dedicada a una falsa lucha, pero le escapan a los problemas reales o a aquellos que no tienen nada que ver con su idea política. Actualmente continua desapareciendo gente en esta sangrante República Argentina, como el caso de Cecilia Strzyzowski desaparecida el 1 de Junio de 2023, y su «desaparición» involucra a punteros ultrafanáticos del poder político de turno, en la provincia de Chaco.

¿Se han movilizado pues las agencias de Derechos Humanos en dicha provincia? ¿Las agrupaciones feministas han hecho o dicho algo? Si agudizan el oído quizás escuchen ese ruido que hace el silencio cómplice de los corruptos.

Este posteo se que no llegará a nada, pero a las pocas personas que lo vean espero que entiendan que no son más que marionetas de los Cerdos del Poder, desde el municipal, pasando por el gobernador, hasta el mismísimo presidente, no son más que empresarios negociando con la sangre y los sueños de los pobres.

¿A caso tus sueños valen lo que un bolsón de comida? ¿Tu esperanza logra ser sanada con un par de billetes? Si la respuesta es SI, será mejor que te quedes dónde estás, pues el futuro necesita evolucionar y no queremos esclavos ni gente que atrase.

Desde el anarquismo se me enseñó a cuestionar, a interrogarme, a preguntarme los por qué de cada cosa, incluido cuestionar al propio anarquismo. Soy un ser libre y por ende tengo libertad de expresión, y el blog es la oportunidad sagrada de poder generar un poco de conciencia a las mentes poseídas. Tal vez en esta lucha me equivoque muchas veces, pero mientras aún tenga fuerza en mí cuerpo y la posibilidad de poder hablar, gritaré cada vez mas fuerte contra las injusticias de un mundo podrido.





DIBUJOS JUNIO-JULIO

 






































viernes, 9 de junio de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE VI

 


CAPÍTULO VI


SOBRE LA RESISTENCIA/ SER PRESA DEL EXISTIR


I)- Sobre ser mandado. II)- No quiero esas cadenas. III)- La vida y el ritmo con el que se la vive.
IV)- ¿La existencia es vacía, y sin sentido?


I)- SOBRE SER MANDADO


Si hay algo que caracteriza a las personas de pensamiento propio y de mentalidad diferente es el hecho de que no resisten el ser mandados. Pues en sus corazones habita un deseo tan incontrolable de libertad, que no pueden verse obligadas a realizar tareas cuando alguien se las ordena. Se sienten más cómodos siendo ellos sus «propios jefes» por decirlo así, que estando bajo el mando de un agente externo. De cierta forma creo que a nadie le gusta ser mandado, ni ser obligado a algo que no nos guste, pero cuando se trata de cuestiones de trabajo allí la cosa se pone más complicada, porque no queda otra más que tragarnos nuestro orgullo y hacer caso a todo lo que nos digan. Pero tengan cuidado, eso no es señal de sumisión, sino todo lo contrario, es un acto de ser servicial, y funcional al puesto que se esté ocupando, solamente que la diferencia con otros empleados, es que el deseo de libertad es tan grande, que ante cualquier cosa, ese deseo estalla, y el que se resiste o no le gusta ser mandado, no aguanta ni un segundo en tirar todo por la borda, y marcharse de allí.

Al que no le gusta ser mandado, tiene su pensamiento derivado del hecho de que no le gusta ser un esclavo, o un explotado, sabe sus límites, sobre todo sabe cuáles puede sobrepasar y cuáles no. Sabe por lejos cuál es la realidad del esclavo, pero él sueña con esa libertad absoluta, aunque de vez en cuando deje ponerse las cadenas cada tanto.


II)- NO QUIERO ESAS CADENAS


Las cadenas que hoy en día caen sobre nuestras muñecas, y tobillos no son más que puestas ahí por nuestra propia voluntad, no son más que el fiel reflejo del famoso «esclavo moderno», este nuevo espécimen, evolucionado de entre sus raíces más antiguas del concepto de esclavo, pero ahora con una cualidad suprema, él, solamente él y sin más interventores, se coloca por sus propias manos las cadenas que ha comprado bajo el estúpido sueño de la autorrealización, una baratija de cotillón que no es más que el opio, la droga para aquellos que creen que es posible alcanzar una plenitud corriendo tras una meta disfrazada de esclavitud.

Ya no se trata de ser un esclavo, sino de un buen esclavo, ya no se trata de ser productivo, se trata de dar hasta lo que no tienes para seguir produciendo y por ende seguir siendo explotado, pero ¿Qué es la realización? ¿Qué es sentirse realizado? Con mí sencilla explicación, y sin recaer en intrincadas definiciones, diré que es ese efecto placentero que se sucede después de haber alcanzado una meta u objetivo deseado. Es como ese sueño que de repente se hace realidad, a costa de que sobre tus manos y tus pies lleves los pesados grilletes. Ojo esto no es una contradicción a lo dicho en capítulos anteriores, sino que creo, y es más, me atrevo a decir que se puede lograr la realización a través del esfuerzo, del mérito y del trabajo, pero de ninguna manera uno no debe ser esclavo de las tres; ser esclavo del esfuerzo nos hará desgastar nuestros cuerpos antes de tiempo, creándonos dolores innecesarios, es preciso hacer el esfuerzo justo, en el momento justo; ser esclavo del mérito solo nos dará un placer que nos servirá como droga para satisfacer nada más que a nuestro ego; y ser esclavo del trabajo solo crea a esclavos obedientes, no digo que no trabajes, solo que has el trabajo necesario y así te ahorras grandes esfuerzos, y no serás consumido por el ego.

Últimamente en ésta vida que llevamos tan rápida, donde la cultura de la inmediatez reina en nosotros, nos hace vivir de una manera que nos lleva de a poco a ser esclavos, quizás ya no de tu patrón, quizás ya no de ese trabajo que tanto odiabas, pero quizás ahora te haces esclavo de las pantallas que te rodean, de las miles de distracciones que tenes a tu alrededor, y te crees a pesar de todo libre, pero solo puedo decirte que no es así y todavía esto no ha terminado.



III)- LA VIDA Y EL RITMO CON LA QUE SE LA VIVE


Una vez un gran filósofo dijo: «No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos demasiado» (Seneca, «De la Brevedad de la Vida»). Frase tan cierta y a la vez alarmante que no deja de preocuparme. El tiempo, algo que se nos escapa de las manos como cuando tratamos de agarrar el agua, es imposible sostenerlo en la mano, y es imposible detenerlo cuando comienza a caer.

Creo que cosa más imparable que el tiempo no conozco, es como una flecha lanzada por un arquero profesional, ésta siempre va de punta hacia la diana, y no hay nada ni nadie que pueda interponerse en su camino. Es imparable, y aunque a veces deseemos volver el tiempo atrás, sabemos que es imposible, lo que se fue se fue, el pasado fue lo que quiso ser, por más que ese momento pasado fue una vez un momento presente, ya no está, y ahora el presente dejará de serlo y este día ya será mañana, y por ende será pasado, mientras que el futuro siempre incierto se mantiene expectante como algo desconocido, y pronto el ciclo del tiempo seguirá su curso, la flecha seguirá su recorrido, y ese futuro tan deseado se volverá presente, y luego será otra vez pasado.

Es duro pensar en cómo los momentos se esfuman tan rápido que uno a veces parece no disfrutarlos, es como si el mismísimo Cronos se encargara de hacer que todo transcurra a velocidades tan sorprendentes, que uno empieza a temer. Y eso me remonta a una pequeña frase de una canción demasiado conocida que dice: «Es larga la carretera, cuando uno mira atrás» (Sui Géneris, «Canción para mí Muerte»), una frase tan letal y profunda, como espadazo en el corazón. Siempre cuando uno se para en el lugar en el que hoy está y centra su mente en lo vivido—sean momentos buenos o malos— se dará cuenta que ha vivido demasiado, sin importar si tienes quince, veinte, o cincuenta años. La vida es un momento, la vida es ese instante presente que luego solo quedará en la memoria de un celular, o cuidadosamente guardada en nuestra mente.

Las distracciones de este mundo moderno, hiper-tecnológico, con posibilidades cuasi infinitas, no nos ha brindado más que divertimentos baratos, que nos han, en cierto punto, deshumanizado, pero sería muy hipócrita de mí parte denigrar a estas herramientas, cuando a fin de cuentas yo también malgasto el tiempo con ellas, por eso es también conveniente decir que ha traído múltiples beneficios a este mundo, agilizando las comunicaciones por ejemplo, o permitiendo que yo ahora mismo esté escribiendo esto.

Podemos atribuir el fugaz modo de vida también al hecho de que en cierta parte también es nuestra responsabilidad, nosotros somos quienes cargamos con cosas, por ejemplo nuestra propia existencia para de alguna forma olvidar quizás lo difícil, aburrida y cambiante que es la vida. No podemos y repito que sería muy hipócrita de mí parte, echarle la culpa a la tecnología ya que ella fue creada con un fin específico, pero fuimos nosotros quienes le dimos un fin de acuerdo a nuestra forma de vivir. No sé trata de una irresponsabilidad del aparato tecnológico, sino que la responsabilidad recae sobre nosotros.

No debemos olvidar que somos seres conscientes, sabemos lo que somos, a dónde podemos llegar y en muchos casos a dónde queremos llegar, lo importante es ser más responsables, hacernos cargo de la existencia que nos rodea, y de allí empezar a tomar acciones, a vivir no por obligaciones, ni por preocupaciones, sino empezar a vivir por el hecho de buscar felicidad conmigo mismo o en un tercero... pero sí a fin de cuentas una tumba solitaria es lo que nos espera, al final de esta carretera, no vale la pena estar triste. Entre distracciones es más normal que las cosas pasen rápido, ahora sí te concentras en cada cosa que sucede, en cada momento, puede ser mí amigo o mí amiga que descubras en ese instante el milagro de estar vivo.


IV)- ¿LA EXISTENCIA ES VACÍA Y SIN SENTIDO?



En ésta parte del capítulo, sinceramente no deseo explayarme demasiado, ni hablar de más. Solo voy a decir unas palabras, que de verdad no son mías, pero que en resumidas cuentas responden a la pregunta de una manera perfecta e impecable; la vida no es más ni menos vacía, solamente que uno tiene en las manos el poder de darle a la existencia una cierta orientación, es decir, en pocas palabras, somos dueños de nuestra propia vida y para eso hay que darle contenido a la existencia. Como bien dije estas palabras no son mías, más bien estoy parafraseando al gran y querido Pepe Mujica, una persona a la cual admiro en demasía.

Si ya con eso no les ha quedado claro lo importante que es tener algo que justifique nuestro existir, entonces ya no se que más decir.

 


 CONTINUARÁ...

viernes, 2 de junio de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE V

 


CAPÍTULO V


Eso no se dice/ El juicio al inocente


I)- La era de los ofendidos. II)- La censura a los que piensan diferente. III)- Esclavos de lo ajeno, presas de nuestros miedos. IV)- Respetar y no ser respetado.


I)- LA ERA DE LOS OFENDIDOS


En los tiempos que actualmente transcurrimos, es normal encontrarse cada dos por tres a alguna persona que forme parte de un club maligno de ofendidos en potencia, son estos quienes se creen en la posición moral de decidir qué deben o no deben pensar los demás, son— para conectar más la idea— envidiosos a más no poder que creen que pueden solucionar los problemas que golpean a ésta sociedad, censurando o cancelando a quienes piensan distinto. Pero en ese accionar radica su error, porque la censura, que es propia de una dictadura (hay que decirlo), solo genera una visión graciosa de ellos mismos, mostrándolos como seres que son ultra sensibles—que no es más que una forma de llamar la atención— y a demás son altamente fanáticos de las ideas que defienden, y por eso no permiten que alguien diga o haga algo que contradiga su pensar.

No hay nada más repugnante que un individuo que cree que puede hacer lo que quiere, por el hecho de creerse mejor que otros. El ofendido es capaz de hacer las escenas de furia más graciosas de la historia, porque al estar su alma consumida por el oscuro fanatismo de las ideas que abraza, que no es más que veneno en su interior, es capaz de todo, sin importarle si hace el ridículo ante tanta gente. Después de todo, así funciona el fanatismo, es decir la creencia ciega en algo que se nos metió, o nos metieron en la cabeza y que defendemos a muerte sin importarnos que en ello se nos vaya la vida. Pero qué sucede, el ofendido, en su fanatismo por defender la idea, no dudará en causar una reacción, que muchas veces deriva en actos violentos, o en la censura, es decir silenciando las voces de los que tienen una postura diferente, como si eso les diera, o los hiciera personas más elevadas cultural y moralmente.

El ofendido es ya de por sí de naturaleza violenta, con aires de una superioridad que no existe, sino que es más bien una ilusión propia de su mente tan enferma. Pero no quiero ahora hablar del fanatismo puesto que eso me llevaría demasiado tiempo, solo por el momento quiero dejar en claro lo repugnante que llega a ser el ofendido cuando uno discrepa en lo que piensa, y sin más pruebas que los hechos, uno les explica las cosas, pero ellos no hacen más que cerrarse, y lloriquear en su pequeña pero endeble burbuja, realizada con sus falaces argumentos, sobre hechos concretos de la realidad que no pueden ni si quiera defender.

Otra cualidad que distingue a estos seres, es que el ofendido se cree un rebelde, un revolucionario, criticando sin piedad al sistema que lo apaña, otra cosa más el ofendido por ejemplo crítica al mérito, a la sociedad de la meritocracia, pero no duda en alardear de que lo bienes que posee los obtuvo a través de su esfuerzo, es decir de su propio mérito. El ofendido es la clara representación de la viva contradicción en la forma más humana posible, y es también de esa clase de personas que tratan de quedar bien con todos, no vaya a ser que uno de los quinientos colectivos o agrupaciones que defiende, se vayan a molestar por las palabras de éste para con ellas. Y en ese afán de ser lo que sería una monedita de oro, tratan de hacer lo posible para no afectar a nadie, salvo a los que no piensan como él, o como ella, ya que la raza de ofendidos (porque a mis ojos no se trata solamente de una generación) no distingue entre sexos y géneros.

La cualidad principal del ofendido es mostrar una gran sensibilidad hacia los temas que para él son profundos y que urgen una atención inmediata, como por ejemplo le es realmente importante debatir a muerte, y defender a capa y espada, si las palabras para ser inclusivas, deben llevar una modificación en su forma de hablarlas, sustituyendo la última letra o la ante última, por una letra que según su entender es inclusiva. Y con esto no quiero denigrar, ni mucho menos ofender a nadie, pero debo decir que la raza de ofendidos empezó a proliferar a raíz de una serie de movimientos a favor de la "igualdad" y del "feminismo", como así también en apoyo a las minorías. Que desde este lugar digo, no está mal que las minorías tengan un derecho, solamente que por ahí sus argumentos que tratan, y eso es entendible, de querer unir gente a sus causas termina por desvirtuar el verdadero camino de lucha. Y esto es lo que lleva a los pensamientos ofendidos a ser trastocados, y se convierten en aberrantes fanáticos de causas ya más que habladas.

Los ofendidos tampoco tienen edad, y no solo se lo aplica a las masas de jóvenes que no saben hacer otra cosa más que insultar o llorar en redes sociales. También esta raza llega a formar parte de la vida adulta, cuando el hombre o la mujer, ya maduros, caen en bajezas impropias de su edad, lo que no solo causa que esa "victimización" por parte de ese humano adulto, no de más que vergüenza ajena, o risa en el mejor de los casos. Pero retomando el tema de las cualidades, creo que lo que une a toda esa gente ofendida no es más que el poder que tienen ellos, y todos los seres humanos del mundo, que es con un solo clic, denunciar, cancelar, o en el peor de los caso censurar y silenciar a quienes tienen una visión propia de la realidad que ellos se niegan a ver, o que si la ven la modifican a su antojo. La pureza mental de los que no caemos en el acto de ser ofendiditos por deporte podemos soportar hasta las más crudas, y repugnantes formas de censura ¡Ahora vaya uno a censurar a estos seres, que de seguro tendrás en la puerta de tu casa un ejército listo para lincharte, con sus respectivos palos y antorchas! La justicia es para unos mientras que para los demás que, por cierto los que hablan con la verdad serán para siempre castigados. La realidad a veces puede superar ampliamente a la ficción.



II)- LA CENSURA A LOS QUE PIENSAN DIFERENTE


Desde siempre a los que han ido en contra de la corriente se los ha marginado, perseguido, enjuiciado, e incluso hasta asesinado. Hoy en día esas acciones propias de la inquisición se han reemplazado por palabras como censura, cancelar, silenciar, etcétera. Aunque lamentablemente y aún en este siglo, la gente continúa persiguiendo a quienes no piensan igual, llegando incluso a matar (véase las infinitas mafias políticas).

No quiero explayarme demasiado en este capítulo porque no viene al caso ponerse mal, y dar lecciones de libertad a quienes ni siquiera conocen el significado verdadero de dicha palabra. Pero todo ser humano que tenga un mínimo de neuronas trabajando en su diminuto cerebro, sabrá que censurar, o silenciar a cualquier persona, con el pretexto de que «no piensa como yo» está por demás mal. Aquí no se trata de condenar al diferente, se trata de que todos podamos escucharnos, y que todos podamos hablar, sin enojarnos y sin acallar a los que tiene otro mirar. Silenciar no lleva a nada, solo nos hunde más en la miseria en la que estamos ya metidos. Si alguien que sigues o crees que admirás, empieza a decir cosas que a vos no te agradan, que no compartís, tenes tres alternativas fáciles, sin la necesidad de recaer en la censura digna, como ya dije, de una dictadura por ejemplo, podes optar por: a)- Dejarlo de seguir b)- Ignorar lo que dice c)- Quizás escucharlo, pero no con el fin de andar generando conflicto, que ese es el gran problema de la censura, solo crea más problemas.



III) ESCLAVOS DE LO AJENO, PRESAS DE NUESTROS MIEDOS



Siempre vamos a estar destinados a ser esclavos de lo ajeno. Aquel que no lucha por lo que quiere, por lo que piensa, y fundamentalmente por lo que ama será siempre el esclavo de alguien más, el doblegarse a la voluntad de un tercero es muy sencillo, pero vivir presas de nuestros miedos no es tarea fácil. El miedo nos encierra, nos acorrala como si de una fiera se tratase, es como ese depredador que acorrala a su débil presa, sabiendo ambos cuál será el resultado de tal batahola. El miedo muchas veces siempre gana, pero otras veces es un punto de partida para comenzar a tomar impulso desde allí, y la verdad que es algo de lo más normal, todos tenemos miedo, desde vos, tu padres, tus abuelos, tus vecinos, tus amigos, todo el mundo tiene miedo y es algo que a veces nos enferma, es como un virus que penetra en las capas más profundas del espíritu, y nos somete a su voluntad, como un amo, que nos tiene sujetos a mil cadenas, pero cada vez que intentamos algo sin importar el miedo que tengamos, esa cadena se rompe, y no importa que estamos sujetos a novecientas más, porque sabemos que el valor es la cura para combatir a ese parásito.

Cuando nos volvemos esclavos de lo ajeno, esclavos de lo que los demás nos pueden llegar a decir, o quizás puedan llegar a pesar de nosotros, es necesario hacer un corte rápido de todo aquello, porque a raíz de dicho suceso, el miedo comenzará a tomar forma, y a crecer dentro de todo nuestro organismo. No sé puede ser esclavo del juicio ajeno, la condena al inocente no debería existir en tiempos como estos, por eso es importante con el valor de nuestros corazones romper esa cadenas, por más tiempo que te lleve. No hay que caer en lo que los demás puedan pensar, la capacidad del hombre diferente consiste en poder vivir sin hacerse cargo del prejuicio ajeno, porque él sabe que ese problema no es de él, y no depende de él, ya lo decía Epicteto en el gran Enquiridión (o el manual del Estoicismo) que uno no debe hacerse cargo de cómo los demás nos vean, ya que es algo que no debe preocuparnos, uno puede controlar su propia vida, sus propios pensamientos, sus propias acciones, pero lo qué los demás piensen de nosotros, es algo que excede a nuestro control, por lo tanto debemos vivir una vida acorde a nuestras necesidades, ya que si alguien habla de vos de buena o mala manera, es algo que no debe preocuparte porque no puedes tener control del accionar ajeno. Recuerda siempre: «No hables nunca de persona alguna ni para alabarla, ni para injuriarla, ni para hacer comparaciones» (Epicteto)

En definitiva ocúpate de tu vida, encargarte de hacer bien lo que tengas a tu disposición y deja atrás lo que los demás digan o hagan, recuerda que la cuestión no está en tener un buen trabajo, sino en realizar bien un determinado trabajo (Henry David Thoreau). Viví para vos, para tu esposa, para tus hijos, para tus amigos, y que el resto sea solamente algo que existe pero no influye. Di lo que piensas sin miedo, tienes todo el derecho del mundo, y a los ofendidos que exigen respeto, solo diles una cosa: «Si ustedes tanto quieren lo que exigen, éste debe ser mutuo». A las palabras venenosas de los demás, responde con la altura necesaria, como si estuvieras con tu boca diseminado el antídoto ante el veneno lanzando, o como si con agua apagaras el fuego de su vocabulario.


IV)- RESPETAR Y NO SER RESPETADO


Todo el mundo habla del respeto. Todo el mundo dice que hay que respetar tal o cual cosa, pero todos en general ignoran lo que es en sí la palabra. Una vez alguien dijo que el respeto se gana, y yo le agrego que este debe ser mutuo, de lo contrario no tendría sentido.

Para ganarse el respeto, uno no debe hacer grandes cosas, ni hazañas increíbles, basta con ser uno mismo siempre, y cada día que se pueda. La gente ama a las personas que son siempre ellas, porque como me dijo una vez alguien: «Cuando uno comienza a crecer, es decir el joven que empieza a adentrarse a la vida adulta, se da cuenta de que el único pedacito de libertad que le queda es el de ser uno mismo». Por eso aquellos que no tienen ese poder, o han perdido esa libertad, enseguida admiran o respetan a las personas que logran ser siempre fieles a su esencia.

Éstas personas por ende se han ganado su respeto, pero no es una cuestión unilateral, este debe ser bilateral, debe siempre existir un respetado, pero este a su vez debe respetar a quien lo respeta. Eso es algo básico de la convivencia humana, de lo contrario aquellos a los que respetamos, si ellos no nos respetaran, tendrían un ego altísimo, y se creerían más de lo que son.

Como bien venía diciendo, es algo que no se debe imponer, de lo contrario sería como forzar una relación de pareja, si el amor no es verdadero, y por sobre todas las cosas mutuo, pues es imposible que puedas retener a esa mujer, o a ese hombre por la fuerza, porque no sentirá nada hacia vos. Nadie está con nadie por obligación, por consiguiente, nadie respeta a nadie por obligación, todo es fruto de dos cosas muy importantes:

a)- El hacer las cosas bien, o más o menos bien (no mentir, ser honestos, ser sincero, ser consecuente con lo que se piensa, etcétera), y eso hace que muchas personas se fijen en nosotros y quieran aprender, y de ahí que se ganen nuestro respeto.

b)- La confianza con la que hacemos las cosas y nos dirigimos a otras personas, nos hace ver cómo seres cálidos, y cualquiera tendrá nuestra amistad y nos respetará y nosotros lo respetaremos también. Pero no dudes en salir de ese círculo cuando ese respeto ha sido traicionado, es decir, esa confianza haya sido rota en mil pedazos.

Ahora bien, el vínculo que existe entre un padre y su hijo, o el de una madre y su hija, es por ende un respeto mutuo ya pactado desde el momento en que el niño, o la niña se está generando en el vientre de su madre. Pues desde niños, el hijo debe aprender a respetar a sus padres, y sus padres deben olvidar cualquier principio nocivo de ser más que progenitores una autoridad, y respetar también a su hijo. Es casi como la relación entre amo y esclavo, o ahora entre patrón y empleado, el respeto allí, y aclaro que debe serlo siempre en cualquier situación de la vida mutuo, pero si el amo, o el patrón, subido a la marea de la superioridad reprime duramente al empleado, allí se ha perdido todo el respeto que hubo alguna vez.

Para dialogar con respeto, y que este no le falte a ninguna de las dos partes es tarea fácil, la conversación debe ser pacífica, clara, amena, sin levantar las voces, sin gritar, y libre de amenazas. Para conservar el mutuo respeto, es necesario ser pacifico, de lo contrario, si eres malo, y te pones por delante diciéndote que debes ser respetado porque ocupas en ese momento el cargo de padre, madre, amo, o patrón, pues llegado el momento, y le ruego al universo de que eso no te pase, te preguntarás siempre porque tus hijos se han alejado, o porque tus empleados se han marchado. Lástima que esto siempre sucede cuando ya es demasiado tarde para cambiar las cosas.



CONTINUARÁ...