sábado, 23 de diciembre de 2023
REFLEXIONES: PARTE VI (FIN ERA 2023)
martes, 19 de diciembre de 2023
CRONICA DE UNA VIDA ABURRIDA
Se levantó como siempre, fatigado, con ganas de simplemente seguir durmiendo. Aquella pequeña cama le era algo indispensable en su vida. Su padre decía que se la pasaba durmiendo, que así no iba a llegar a ningún lado. Como tampoco lo iba a llegar estudiando el profesorado de música, al que lamentablemente tuvo que dejar.
Ahora trabajaba durante todo el día, preso de aquel empelo que lo había encadenado a tener la misma vida aburrida que la de su progenitor. «¿Trabajo para vivir? o ¿vivo para trabajar?» Se había preguntado varias veces, pero tampoco se podía quejar tanto, por lo menos el trabajo le daba la posibilidad de poder estar viviendo solo.
Se sentía cansado de tanto levantarse temprano, tenía solamente veinticinco años, pero las ojeras, y su aspecto descuidado, le sumaban más años de vida. «Estoy viejo» se decía a sí mismo.
Todas las mañanas era lo mismo, sonaba el despertador, paraba el despertador, se quedaba como zombi sentado en la cama mirando el más allá, hasta que su cerebro le daba las indicaciones de que debía moverse. Se levantaba, se ponía el pantalón, ajustaba el cinto y cuando iba a ponerse la camisa siempre pasaba lo mismo, estaba al revés. Una vez vestido, iba a la cocina dando grandes bostezos. Ahí, en aquel rinconcito de ese pequeño departamento en el que residía, se sentaba con su taza de café a desayunar, acompañado de algún paquete de galletitas, siempre eran de las dulces.
A todo esto, ya eran las siete, debía llegar a la empresa a eso de las siete y cuarentaicinco, rápido engullía lo que quedaba de masitas dulces y hacía fondo blanco con la taza de café, que aun caliente le recorría la garganta como lava. Finalmente, se subía al auto, un cacharro que se caía a pedazos, y se marchaba rumbo a cumplir con su labor.
En el trayecto de su casa hasta su lugar de trabajo encendía la radio, FM Flow 95.3, donde se enteraba siempre de las mismas noticas. Muchas veces pensaba que el mundo era el mismo cada día, que las cosas nunca cambiaban, si no era un robo, era un homicidio, y sino un atentado, todo era tan caótico. Pero él no escuchaba la radio con el fin de informarse, sino porque quería escuchar a alguien en particular.
Aquella voz tan femenina, y dulce, que salía de los parlantes del auto, era la conductora del programa, se llamaba Marisa, había sido su novia durante más de cinco años, él nunca había podido olvidarla, y sobre todo nunca olvidó los intensos años de felicidad plena. Ella era la única persona que sabía cómo sacarlo de aquella vida rutinaria y monótona. Le gustaba siempre conducir por la calle con la voz de esa hermosa mujer de compañía, le daba la sensación de que por un instante todo lo que lo rodeaba se esfumaba, y solo estaban ellos dos, solos en el mundo.
Eso por lo menos le acortaba el fatídico viaje, para finalmente llegar a aquel lugar. Era una pequeña fábrica de empaquetado, con un jefe demasiado cascarrabias, que lo regañaba porque siempre llegaba tarde, cinco minutos tarde. Aquel hombre luego de propinarle una sarta de quejas sobre ser responsable, lo importante de llagar a horario, y de más, lo amenazaba con despedirlo. Siempre pasaba lo mismo desde el tiempo que llevaba trabajando, pero el despido nunca llegaba, pensó una vez en que su jefe le guardaba algo de cariño talvez. «Viejo inútil, no se quiere ni a sí mismo» decía para sus adentros.
Un rato después usando el uniforme correspondiente se disponía a trabajar, era el que controlaba la calidad del empaquetado, estaba allí hasta las doce y treinta, horario en el que paraban para comer. Pero en ese trascurso tenía que lidiar con un par de compañeros de trabajo, bastantes bobos, a decir verdad, no soportaba sus bromas, sus chistes de doble sentido, y la alarma que anunciaba la hora de comer le parecía un milagro cada vez que emitía su sonido.
Para almorzar trataba de ir lo más lejos posible de sus compañeros, generalmente se pedía el mismo menú, la comida que le daban allí era bastante buena, y lo positivo es que podía elegirla, de vez en cuando hacia un cambio en la alimentación, con la intención de cambiar la rueda de la monotonía. Finalizado los treinta minutos del almuerzo, volvían al trabajo. Otra vez los bobos, otra vez las bromas, hasta que a las ocho de la noche se volvía a su departamento, en su cacharro, otra vez.
En aquellas noches de regreso a su casa, trataba de hacer el trayecto lo más largo posible, pasaba por otras calles, por otros lugares, veía la gente que a sus ojos parecían tan felices, sin preocupaciones, y él en cambio se veía tan demacrado, tan esclavo, tan preso de su vida. Deseaba enteramente poder tener libertad, pero ¿Para qué? ¿De qué le serviría ser libre? Quizás en su mente la libertad era insignificante, pero en su pecho se agolpaba la necesidad de vivir la vida, de poder vivir su vida.
Llegaba a su casa agotado, molesto, ofuscado, prendía la televisión, comía algo, y se acostaba. Estaba cansado, él quería algo mejor para su vida, pero tenía que aceptar lo que lo tacaba. Él no creía mucho en las cosas del destino, pero si este era su destino no lo quería. Por suerte el ultimo día de la semana le parecía el más hermoso, incluso mejor que los sábados y los domingos.
Los viernes generalmente solía romper con la costumbre de su retorno a casa, y rumbeaba para un pequeño lago a unos kilómetros de donde residía. Solía irse lo más alejado de los grupos de jóvenes que se juntaban en rondas a beber, y divertirse.
Extrañaba ser joven. «Soy viejo» se decía siempre en su día a día cuando se miraba al espejo, y no se reconocía.
Allí disfrutaba de ese momento de paz, de ese momento de conexión. Se sentía… libre, libre de hacer lo que quisiera, podía viajar por las estrellas, conocer el universo, recorrer aquel lago a nado, en pocas palabras se sentía con el poder de hacer lo que se propusiera. Y sin darse cuenta las horas se pasaban, llegaba su casa al redor de las tres de la mañana, y se acomodaba en el cobijo dulce de su cama.
Los fines de semana no eran días tan interesantes, los sábados se las pasaba casi todo el día acostado, o mirando televisión, dicho sea de paso, no tenía muchos amigos, por no decir que no tenía a nadie. «No tengo tiempo para gastar en amistades» decía siempre. Los domingos era costumbre ir a comer a la casa de sus padres, él era el más chico de cuatro hermanos, y era obligación asistir a las reuniones dominicales, donde se aburría de una forma tal que quería llegar cuando antes en su casa. No soportaba a su familia, o quizás no se soportaba a sí mismo, él sabía que en el fondo quería otra cosa, necesitaba ser alguien, hacer algo para darle el sentido justo a su vida que lo encaminaría quizás a una pasar no tan pesado, o por lo menos no tan lleno de fracasos.
Los domingos siempre se iba a acostar temprano por las noches, le costaba mucho dormirse, pero cuando lo conseguía en sus sueños siempre se veía a sí mismo, de pequeño, tan libre, jugando a la pelota en una vieja cancha que estaba en frente a la casa de sus padres, ahora convertida en una porción de tierra consumida por el pasto alto, y los insectos.
Finalmente, el sol despunta con sus tenues rayos de luz, anunciando que ya es lunes, suena la alarma de su reloj despertador, estira la mano y lo apaga, se queda sentado en la cama, como una momia, sin mover un solo músculo, se levanta, se cambia, se mira al espejo y se nota feo, desmejorado, con unas ojeras tan negras que parecían moretones. Se sentó en el inodoro y se quedó allí, inmóvil, pensando en algo. Se dirigió a la pieza, observó el reloj, ya eran las siete, esbozó una pequeña sonrisa y lentamente comienzó a desvestirse.
Se recostó en calzoncillos con los brazos, y las piernas estiradas sobre la cama, mirando fijamente al techo, sin apartar por un segundo la vista de las manchas de humedad, estas comienzan a desvanecerse, y todo se torna oscuro. Aparece de la nada su figurita, tan pequeña e infantil, sosteniendo una guitarra en la mano, y cantando un par de frases al azar. Qué lindo sueño, que lindo sentirse niño, aunque sea en la imaginación, no perder nunca las pasiones, no perder nunca esas ganas de vivir que tan fervientemente lo hacían seguir adelante. De pronto aparece su jefe «¿Qué estará haciendo ahora?» piensa, de seguro debe de haberse preguntado donde estaba, de seguro lo iba a despedir.
Lentamente abre los ojos, el sol brilla intensamente, son las diez de la mañana, solo se ríe en su habitación, no podía describir lo que bien que se sentía. Se cambia con una tranquilidad plena, su humor había mejorado a tal punto que había decidido afeitarse aquella barba que rodeaba la cara de una forma tan despareja. Se parapara su café de una manera lenta y tranquila, saborea cada galleta disfrutando el momento, luego sale a la calle. La gente, el sol, el aire puro de aquella fresca mañana en la ciudad le renueva las energías. Caminaba entre la gente con la felicidad de un infante, disfrutaba de la música de los artistas callejeros, charlaba con los ancianos del club de ajedrez y se apuntó para dar calases de guitarra en un pequeño conservatorio.
Se sentía feliz, libre, completo, se fue a pasos tranquilos a la plaza y se sentó allí a disfrutar del aire, frente a él jugaban unos niños con un perro, y alzando la vista hacia el firmamento, dijo en un suspiro: «A veces es bueno romper un poco con la rutina».
sábado, 16 de diciembre de 2023
FANZINES QUE ESTUVE LEYENDO ULTIMAMENTE-parte 2
¡EL FANZINE COMO HERRAMIENTA INFORMATIVA Y EDUCADORA!
miércoles, 13 de diciembre de 2023
DE LA VIDA COMO EN EL TEATRO
EL AMOR ES LA ULTIMA ESPERANZA
UN DRAMA DE AMANTES VERDADEROS (o de verdaderos amantes)
ACTO PRIMERO
¡Me rindo a los pies de tu presencia! ¡Me abrazo al destino que te trajo hasta aquí cuando la tormenta lo arrasaba todo! La calma de una caricia puede ser más fuerte que mil palabras ¡Oh amada mía! si es un regalo del Creador poder verla hoy, desearía entonces que el tiempo no pasara, y su cuerpo caliente siguiera pegado al lado mío en esta fría noche de invierno.
ACTO SEGUNDO
El tacto recorre cada sensación que envuelve al ser, la piel se eriza al toque de la mano del amante. La experimentación del placer se disfruta en la desnudez del alma, donde uno y uno se entrelazan en la conversación ¡Usted sabe la poética de su verborragia, y la grandeza de sus conocimientos! Por favor, concédame ésta pieza.
ACTO TERCERO
La danza expresa en su candor la voluptuosidad de su belleza. Resalta su silueta creada a manos de los mismos dioses ¡Los mismos seres que construyeron el olimpo! ¡Oh amada mía si es usted una pintura de Rubens, y yo deseando ser su amor como en aquella escultura de Rodin!
ACTO CUARTO
No quisiera que el tiempo pasara, me gustaría que las traicioneras fuerzas de la vida dejaran de mover las agujas del reloj. Pero amada mía, así como has venido te marchas, casi como una presencia fantasmal de la cual no puedo olvidarme. Te vi alejarte tan pálida, azul bajo la luz de un sol que no quería salir en aquel cielo color plomo.
ACTO QUINTO
Me quedé sumido en la soledad plena de mí cuatro, extrañando tu presencia que hace no más de una hora me abandonó. Reflexiono entonces sobre lo caro que sale el amor, y lo difícil que es poder desprender de mí mente los recuerdos amables de tus manos tersas sobre mí piel sensible.
Todo es tan irreal, todo es tan ficticio que me hace ver la vida como el antagonista de esta historia. Me conformo con las migajas que me da la vida, pero aún así elijo siempre actuar en el papel secundario de esta vida mía.
ACTO SEXTO
El amanecer trae esperanza, es el auto-convencimiento de que cada nuevo día es mejor que el anterior ¿Será tal vez tan así? No puedo afirmar ni denegar tal idea, mí vida es monótona y plana, cada día es igual al anterior, pero es tu amor—que ahora se marchó— el que me saca de la rutina. Hacer, hacer, dormir y repetir, así son los días, las semanas, los meses, los años.
ACTO SÉPTIMO
Necesito su amor bella dama, como quisiera poder retenerla a mi lado, dormir juntos como en aquella noche y poder descansar sin el miedo de saber que en algún momento marcharás. Cuando la vida baja el telón se siente devastadora, es como una puñalada al corazón. Es pues el amor medicina necesaria para el funcionamiento del corazón, y sin el tuyo no soy nadie. Soy solo un fantasma detrás de una máscara que finge estar bien cuando en el fondo te extraña.
ACTO OCTAVO
Volví a verte pero te alejaste de mí como quien ve a un espanto, esta comedia que empezó romántica, se ha convertido en una tragedia dolorosa ¡Oh que tan poderoso es el amor, que puede arruinar un alma noble! ¿Qué artilugios mueven los hilos que nos atan y nos mantienen separados? No sabes cuanto deseo volver a abrazarte, a sentir tu pelo, tu piel, tu olor virginal que es superior a cualquier flor.
Es excitante pensarte, pero el sentimiento de extrañarte me perturba a tal punto que ya no deseo vivir. Prefiero ahogarme con mi propia sangre antes que aceptar que el destino no nos quiere ver juntos ¡La vida es tan cruel con las almas sensibles! No soporto este dolor, caigo entonces al pozo de la desesperación.
ACTO NOVENO
Sueño mil y una formas de poder volverte a tener, de retenerte aunque sea solo un instante, pero pienso que eso es imposible, has ido seguro a abrigarte a los brazos de otro amante. Así vas por la vida, rompiendo corazones como si no fueran nada, pues en el tuyo no pesa la consciencia de saber que el malestar que se siente es tan fuerte, que presiento que este será mi último latido.
ACTO DECIMO
Finalmente te puedo volver a ver, han pasado años pero aquí estás otra vez frente a mí. Te confieso lo mucho que te extrañé pero tu te quedas allí, en esa pose de no saber que hacer, me miras como pidiéndome disculpas, pero no hablas.
Justo en el instante en el que vas a susurrarme algo te desvaneces en el aire como si fueras solo vapor, yo me despierto abrumado, era un sueño otra vez.
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domingo, 10 de diciembre de 2023
TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA EN ARGENTINA
JAVIER "EL LEÓN" MILEI PRESIDENTE
GANO LA LIBERTAD ¿Y AHORA QUÉ NOS ESPERA?: CONFESIONES DE UN VOTANTE PROMEDIO
Por…MARK
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UN «ZURDITO» QUE VOTÓ A MILEI
Así es señoras y señores, ganó la democracia,
ganó el pueblo y sobre todas las cosas, triunfó la libertad. Si, voté a Milei,
aunque pueda resultar algo extraño, pero creo que predecible para los que leen
este blog. Muchos sabrán que siempre estuve a favor de las ideas de izquierda y
que con algunas discrepo totalmente, pero en este momento tan crítico para la
sociedad argentina, creo que era y es necesario un cambio. El gobierno
empobrecedor y fascista proveniente del Kirchnerismo, terminó gestando un odio
generalizado en una sociedad que apuesta por el cambio; fueron muchos años de
corrupción, de impunidad, de hambrear al pueblo y sacarle hasta el último
centavo: es obvio que esto iba a pasar, la gente dijo basta.
La izquierda argentina se siente golpeada
por el triunfo del liberal-libertario Javier Gerardo Milei, no tolera que Massa
(un candidato nefasto para la política argentina) haya perdido contra un rival
al cual los medios se encargaron de ensuciar, pero que supo dar el batacazo, y
casi sin creerlo es hoy presidente electo. Por mi parte tuve mis razones para
descartar a Massa y votar a favor de LLA (La Libertad Avanza), que en algún momento de esta entrada explayaré, pero es importante entender como vemos, que la argentina tenía para
elegir dos caminos: uno sumido en la pobreza y el otro incierto, pero con
aires de esperanza.
Por supuesto que la izquierda va a hacer hasta lo
imposible por querer exterminar al nuevo presidente— políticamente hablando—, si
ya jugaron sucio en plena campaña, no quiero imaginármelo ahora. Lo importante
es cuidar la figura presidencial de Milei, darle la oportunidad de poder
hacer lo que prometió, pero el problema es la sobreexplotación de sus discursos
totalmente sacados se contexto. De igual manera, la mente fanatizada no puede entender que
está siendo vilmente manipulada.
Obviamente que con las ideas de Milei puedo
coincidir más o menos, pero es importante este punto, ya que votar a La
Libertad Avanza, no es sinónimo de: legalizar armas, venta de órganos o
privatización indiscriminada. Es necesario comprender que no siempre se va a
coincidir con todo, pero poniendo los dos discursos (Massa/ Milei) en la
balanza, tenia mas coincidencias con el partido liberal. Así se que sí, un
zurdito votó por la derecha (neofacsista, negacionista y hetero-patriarcal). De igual manera, eso no quiere decir que me vaya a
quedar cayado cuando este nuevo gobierno, que asumirá hoy diez de diciembre, se
mande alguna macana, por supuesto que estaré allí para dar mi opinión, y
criticar si hay que criticar.
VEREMOS QUE
PASA…
La mayoría de los argentinos estamos a la expectativa
para saber que sucederá, o que va a pasar con el país en estos próximos cuatro
años. Muchos esperan un futuro próspero, mientras que otros vaticinan una
ofensiva contra el nuevo mandatario, ya que la izquierda está desesperada, no
porque haya ganado Milei, sino más bien porque eso significa que han perdido
privilegios. Por una vez en la historia argentina, la izquierda que tan
fanática de los pobres es, pero vive en mansiones de lujos, se da cuenta que
van a perder ese poder que tanto disfrutaba. No se van a cortar derechos, pues
sería un crímen al cual yo también me movilizaría, pero en el fondo es eso,
afirmo que la izquierda tiene miedo de quedarse sin poder.
Es importante comprender las palabras de
Milei, sobre el ajuste que va a recaer sobre la política, necesario desde ya,
para que sepan cómo es que vive el ciudadano promedio. El político a fin de cuentas
se ha convertido en un parasito gordo y decadente, que será rebanado por la
motosierra de aquel que viene a eliminar el poder político dominante.
Creo que nadie puede afirmar que va a pasar,
solo hay que esperar a ver que dice el tiempo.
EXPECTATIVAS
Espero que sea un gobierno que esté a la
altura de las circunstancias, que sepa manejar bien la política local e
internacional, que logre generar un cambio real, y que no se deje doblegar por
una gentuza resentida. Espero lo mejor de este gobierno y que sea para el
crecimiento común de la sociedad.
POR OTRA
PARTE…
Voy a seguir firme en mis convicciones, pero
siempre con el pensamiento presente de que todo se trata para el común progreso de
la sociedad, ya demasiado divididos estamos como para recaer en una nueva crisis.
Para avanzar como nación o país, es indispensable la unión ciudadana para los grandes
aspectos de la vida, como así también para los más pequeños. Los egoísmos políticos
deben ser dejados de lado, para abrazar una verdadera unión nacional, no como
la que proponía Sergio Massa a la vez que se encargaba de despotricar contra la
figura de Milei odio y perversidad. Esa idea massista de unidad nacional
fue convertida en una campaña de odio, que espero sea subsanada en el futuro,
pues lo que mas se quiere es el progreso común, no el de unos pocos por encima
de los otros. Romper la grieta sería, de una manera utópica, velar por el futuro
de una nación unida y pujante, laboriosa y productiva, donde los fanáticos (sean
del partido que sean), no tengan el poder para contaminar las ideas del progreso,
de inclusión y de valores morales y éticos.
¿POR QUÉ NO
MASSA?
Bueno, a
simple vista las políticas de Sergio Massa reproducían un sistema que no tenía
pies ni cabeza, basado en ideas kirchneristas donde se buscaba generar más
inflación, menos puestos de trabajo, menos capacidad de crecimiento, caída de los
salarios, aumento de los precios, crecimiento agigantado de la pobreza, aumento
de la desnutrición infantil, educación adoctrinadora, salud pública mal cuidada.
En fin, la lista el larga, pero además sus medidas poco serias, el hecho de prometer
algo que va a cumplir cuando «sea presidente», pero mientras tanto que ¿iba a dejar
todo como estaba? Si nos ponemos serios nada de lo que decía tenía concordancia
con la idea de forjar un país mejor. Sus argumentos en los debates presidenciales
eran paupérrimos, prefería meterse con la vida íntima de los candidatos antes
que aportar y dar a conocer sus propuestas―su plan de unidad nacional era
similar a las ideas de un plan integral que proponía la otra candidata a presidente
Patricia Bullrich.
Es todo muy irónico al ver como trataba de
desprenderse de un gobierno kirchnerista, asegurando que el no lo era, es como
decir que no te gustan las hamburguesas de McDonald’s, pero tenes una colección
completa de juguetes gracias a los combos de las cajitas felices. De igual manera sus políticas económicas no me
terminaban de cerrar, un día decía una cosa y al otro día se desdecía, su prepotencia
y soberbia a la hora de hablar con los medios a mi me generaba desconfianza, estaba
siempre al ataque, argumentando que todo era una chicana, aun cuando el periodista
lo preguntaba de la mejor manera.
También mi perspectiva sobre Massa cambió
cuando leí el libro de Christian Sanz titulado: «Massa Confidencial», libro que
desde ya les recomiendo. En fin, no me quiero explayar tanto, ya que deseo
darle un final a la entrada, pero me parecía necesario dar el otro punto de
vista y explicar por que no vote a un corrupto como Massa. Al final del día la
misión era clara «libertad o muerte».
jueves, 7 de diciembre de 2023
lunes, 4 de diciembre de 2023
VIVIR EN PILOTO AUTOMÁTICO
EL EXTRANJERO
CUANDO LA VIDA NO TIENE SENTIDO
Por…MARK
*********
¿Para qué vivimos? ¿Tiene la vida algún
sentido aparente? ¿Existe ese sentido? Estas son preguntas que me genera la
existencia misma, el recorrer tranquilo por la vida, pensando en que tal vez
cada nuevo amanecer sea solo un paso más hacia la muerte, pero en el medio ¿Qué
nos queda? ¿hay algo por lo que realmente valga la pena vivir? ¿tenemos una
verdadera misión? Bueno, a todo esto, quien podría asegurarlo, si a fin de
cuentas la vida es un misterio que cada uno intenta resolver a su manera. El
filósofo y pensador argentino Darío Sztajnszrajber dice, en una entrevista que
le realizaron desde el canal TN (Todo Noticias), que la búsqueda de un sentido
para la vida es: «una búsqueda farmacológica» para intentar sobrellevar la vida,
y tiene toda la razón, porque «si pensamos la cosa a fondo, la cosa no tiene
fondo», afirma Darío. Esa tan bestial búsqueda por un sentido, es solo el
resultado de darnos cuenta que no hay tal sentido, y estamos acá, vomitados a
la vida, para tratar de surfear lo mejor que podamos esta maraña de problemas y
desilusiones que es la vida misma. ¿O sea que Albert Camus tenía razón?, desde
Schopenhauer hasta hoy, podemos darnos cuenta que la vida es absurda, que es
miserablemente vacía, cargada de dolores y padecimientos que de alguna manera
intentamos rellenar, matando el tiempo entre vicios y quejas.
«El Extranjero», novela del filósofo francés
Albert Camus, planeta esa idea de que la vida es un gran sinsentido, y nos
presenta la vida de Meursault, un hombre promedio que vive en el aterrador―pero
cada vez más común―, piloto automático. La vida de este joven hombre es confusa
y abrumadora, se lo puede percibir al leer el capítulo inicial, cuando, entregado a una vida sin sentido, ve la muerte de su amada madre casi como un
hecho que no tiene mayor importancia. Esa sensación de desapego, esa mirada
indiferente hacia la misma sociedad, en donde solo se mueve por inercia, porque
ya está adormecido por la rutina, la vorágine de la vida lo envolvió, y lo
convirtió en un ser insensible, que vive, ríe y ama, porque bueno así tiene que
ser. Incluso su estado de inacción y de poco valor hacia la vida, le hace ver
de una manera distante e indiferente el hecho de haber asesinado a un pobre
árabe. Hecho que lo lleva a la cárcel y a presenciar el largo juicio en su
contra, pero él todo lo mira de otra forma, es como si la vida misma no tuviera
sentido, a fin de cuentas, somos solo seres que en algún momento desaparecerán.
Estamos corriendo siempre por el mismo agujero vacío, ganamos y conseguimos
cosas que a veces con facilidad perdemos, pero ¿para qué? ¿para darle un
sentido a la vida? Si total, pasado un tiempo, ya de todo esto no quedará más
que polvo.
Podríamos decir que el personaje de la novela
de Camus padece algún trastorno depresivo, pero es más profundo que eso,
estamos hablando de la pérdida total de sentido en la vida, alguien que solo
vive porque puede respirar y aun su corazón funciona, pero que sabe que eso
tampoco tiene sentido, podría no existir y aun así seguiría sin encontrar
sentido. El amor de su vida, la joven María le parce una muchacha atractiva,
pero no encuentra un sentido en ese amor, es dubitativo, le da igual lo que sea
que pase.
No hay cosa más espantosa que encontrarse en la
posición de Meursault, saber que nada de lo que hagamos va a darle una impronta
decidida a nuestra vida, si al final vivimos siempre caminando casi sin un
rumbo. Tal vez las personas que afirman haber encontrado un sentido, están
comprando un placebo para hacer de sus vidas un poquito mejor, y poder
sobrellevar así los males del mundo. De hecho, el mismo título del libro no es
algo elegido al azar. Llega un punto en la vida de Meursault, que hasta incluso
se siente un extranjero en la vida en la que está viviendo, ni hablar de su
percepción de ser extranjero en la ciudad en la que vive y con la gente que de
alguna manera aprecia.
II
Si alguna vez usted lector o lectora a
atravesado la depresión o el vacío existencial, sabrá lo difícil que siente
vivir, los pocos colores que medianamente hacían de nuestras vidas algo más o
menos placentero, ahora se han vuelto grises y fríos. Eso es lo que experimenta
el protagonista de la historia, una total perdida de los colores, ahora todo es
gris, plano y repetitivo.
¿La comprensión de que la vida es vacía significa entonces que puede llenarse?¿Si la vida es sufrimiento, significa pues que puede haber una contraparte positiva? Bueno, esas son otras preguntas que han surgido mientras leía «El Extranjero», y me era imposible no sentirme identificado con lo que el protagonista nos iba narrando. Los que padecemos o quienes padecieron depresión, sabrán muy bien como percibimos esa angustiante apatía por la vida. Pero quizás la figura de María representa ese costado más positivo de su vida, como una vía de escape de tanta gente a la cual le es indiferente, tal vez con María pueda ser feliz, pero no termina de sentirlo del todo, y ese vacío que siente no puede llenarse nunca, pues a pesar de que lo intenta no puede conseguirlo. Hay algo adentro de él que lo consume poco a poco. Pasa tantas horas muertas fumando que al final del día su inacción termina por volvérsele en contra, pero no deja de ser una persona a la cual le gusta compartir tiempo con los demás, de hecho es un buen empleado, y un buen amigo, pero no puede decir lo mismo de él. Su propio vacío lo ha ido alejando de su propia versión, ahora es solo un zombie que vaga consciente de estar muerto en vida.
El libro está cargado de un ambiente denso y pesimista, pero su lectura es llevadera. A fin de cuentas, es la realidad que nos toca; fuimos entregados a la tierra y a pesar de nuestro descontento acá estamos, tratando de vivir o más o menos eso. El personaje, Meursault hace eso, más o menos vive, trata de hacer todo lo más llevadero posible, pero pese a su desgano no intenta otras alternativas viables como el suicidio, pues uno se pregunta ¿Si ha perdido todo sentido de la vida, para que seguir viviendo? ¿Por qué no tomar el camino más fácil y dejar de sufrir?, pues la explicación está en las mismas palabras de Camus, cuando dijo: «la comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo», esa frase explica muchas cosas. Entender que la vida es absurda, es analizar todo desde un punto de vista distinto, presenciando la vida como una tragicómica sucesión de eventos. De ahí la indiferencia por la vida, pues nada es tan malo como tampoco tan bueno.
Vamos y venimos de aquí para allá, detrás de sueños y promesas, para darnos cuenta al final del día que nada ha cambiado, seguimos siendo los mismos seres humanos miserables que habitan esta tierra, día tras día, año tras año, repitiendo siempre el mismo guion barato.
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* Fragmento de "El Extranjero" (Albert Camus)- extraído de: "Escritores malditos de todos los tiempos" ( https://escritoresmalditosblog.wordpress.com/2020/08/15/albert-camus-el-extranjero-frag-3/)