miércoles, 19 de julio de 2023

HOMBRES DE PALABRA (PARTE 1)

 ESCRITORES OLVIDADOS: MIGUEL CANÉ



ARGENTINA, TIERRA DE LITERATOS



Por...MARK 

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I

  Hoy quería traer al blog algo diferente y que sea referido a la bella cultura argentina, que se posiciona como un pilar importante dentro de la literatura latinoamericana. Por lo tanto, hoy recordé que hace aproximadamente tres años—por allá en el olvidable 2020—, me topé en esos días de confinamiento, con un libro que al principio no me llamó la atención, pero por ese azar del destino decidí darle una oportunidad, estoy hablando de «Juvenilia» del señor Miguel Cané.
   Hablar de Miguel Cané, puede resultar un poco raro, ya que es uno de esos «escritores olvidados» por la historia, de los que no se tienen ni registro en la memoria, ya que sus obras pasaron a mejor vida por así decirlo, formando parte de una generación de la cual sobrevivieron uno pocos autores conocidos.



   Fue un hombre el 80, y no precisamente de los años 1980, sino mucho más atrás, por allá en los albores del nacimiento de una nación libre, dominada por la fuerza del hombre y la mujer trabajadora que forjarían los cimientos de una nación hecha y derecha, en una época en donde pasarían a la inmortalidad grandes figuras como pueden ser el mítico liberal Juan Bautista Alberdi, o el mismísimo Domingo Faustino Sarmiento si, estoy hablando de los maravillosos años de 1880. Fecha que daría inicio a la formación de un país que empieza a gozar de su independencia, que empieza a hacerse soberano de sus dominios, como también lo hicieron los demás países de esta tierra amada que es América Latina, la Patria Grande como se suele decir o por lo menos como a mi me gusta decirle.
   Es entonces cuando, al calor de todos estos cambios, de todos estos períodos de industrialización, de avances para el mejoramiento de las tierras argentinas, entra en escena el respetable Miguel Cané, haciéndose un hueco honorable en la vida social, política e intelectual Argentina. Sin caer en costumbres propias de una aristocracia de la época, sabe apreciar cada rinconcito del mapa, cada lugar, cada persona (aunque éste punto es debatible, y ya veremos por que).
    Aquí trataremos de hacer un recorrido por algunos de sus libros más importantes—por lo menos para mí—, y de los cuales he podio leer, ya que hay algunos que no logré conseguir, pero tiraremos algunos datos para debatir sobre ellos también. Dentro de sus obras se encuentran los siguientes títulos: «Juvenilia» (1882), «En Viaje» (1884), «Charlas Literarias» (1885), «Ensayos» (1887), «Traducción de Enrique IV» (1900), «Notas e Impresiones» (1901), «Prosa Ligera» (1903) y «Notas de Viaje sobre Venezuela y Colombia» (1905).


II

    Nacido en el año 1851 en la ciudad de Montevideo Uruguay, hijo de padres argentinos, que se trasladaron a la Banda Oriental luego de que sus progenitores fueran expatriados por el régimen Rosista, para finalmente, luego de la caída del gobierno brutal del dictador Juan Manuel de Rosas, volver a la Argentina cuando Miguel contaba con tal solo dos años de edad.
  Entre los años 1863 y 1868, cursó el bachillerato en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en donde años posteriores narraría sus aventuras en aquella institución, en un libro que cautivó la atención de muchos, estoy hablando de «Juvenilia». Esta obra ilustra perfectamente como era la vida de los estudiantes de aquella época, que se les enseñaba, como se los educaba, las formas que tenían para divertirse ya que el colegio por aquellos tiempos era un internado, y hasta incluye descripciones de la manera de ser de uno de los profesores que se volvería clave en su vida, el francés Amadeo Jacques.
  El libro en si es interesante, me cautivó desde un principio ese viaje en el tiempo a una época tan lejana en la historia, donde la vida era otra, donde el mundo en general funcionaba distinto. Es un recorrido imaginario a aquellas aulas del Colegio Nacional, que aunque nunca lo haya visto en persona, sin dudas me trasmite toda esa paz y sentimientos gratos que me traen los lugares históricos. 


   Sobre la escritura solo puedo decir que es muy amena, puramente entretenida, ya que más allá de ser un libro que intenta de alguna manera funcionar a modo de biografía o de «memorias», su lectura se hace muy fluida, de vez en cuando mezcla en el escrito (y es algo que se va ver mucho en sus obras) palabras en francés—a veces inglés— y no es de extrañar, ya que la mayoría de sus influencias provienen de escritores del período romántico francés. Posee un estilo de prosa muy elegante, coherente y sincera, que da esa idea de poseer ciertas elevaciones del espíritu a la hora de escribir.
   «Juvenilia» es en suma una obra propia de las peripecias de un Miguel Cané en la edad adolescente y en período escolar de secundaria, rodeado de amigos y compañeros, que le dan el toque, siendo lo más interesante el saber que todo lo que allí se cuenta fue real. 
  Podría ubicar a «Juvenilia» junto a otro libro interesante que plasma también la visión de la vida en esa argentina en crecimiento, y esa obra es «La Gran Aldea» de Lucio V. López, un libro sumamente interesante ligado al estilo de vida argentino, tocando temas de coyuntura social aristocrática, temas políticos del momento y una historia de romance un poco extraña. Es sin dudas un libro que recomiendo, de igual manera seguramente hablaré también de ese gran autor que fue Lucio V. López.


Colegio Nacional de Buenos Aires (foto de su fundación año 1863)


III

    Más allá de su vida académica, una vez egresado se dedicó a la vida cultural y sobre todo política de la Argentina, siendo electo como intendente de la Ciudad de Buenos Aires desde 1892 hasta el año 1893; aun así ejerció más cargos dentro de la función pública, fue: profesor universitario en la Universidad de Buenos Aires, Ministro de Relaciones Exteriores de la Nación en el año 1893, Ministro del Interior tan solo durante un mes en el año 1893, ejerció como Senador de la Nación desde 1893 a 1904, a si mismo fue electo Diputado Nacional entre 1898 y 1904, fue periodista, a demás de ser el director y encargado de varias oficinas públicas diseminadas por la ciudadde Buenos Aires. Es pues como en su calidad de Embajador, se daría el gusto de conocer diferentes puntos del globo, pasando por América hasta el viejo contiene, Europa.
   Parte de todos esos recorridos están descritos en sus diarios de viaje, que luego serían publicados en diferentes libros, pero uno de ellos, y el más central fue: «En Viaje», en donde relata, con su característico aire de romántico francés, las diferentes aventuras que vivió como Embajador representante de las tierras del gaucho. 
  «En Viaje» recopila en XXI capítulos su travesía recorriendo el mundo, empezando por París, de allí a Londres, para acabar volviendo a América Latina, donde estuvo un tiempo en Venezuela y de allí pasó a Colombia, para finalmente concluir su viaje en los Estados Unidos, después de hacer una parada en Panamá.
   Sobre París y Londres no hay mucho que decir, es el encanto de un latino con sangre europea que se maravilla con aquellos lugares, aunque también resalta algunos puntos negativos. Sobre Venezuela no dice mucho, de eso se expresa de manera muy escueta y breve resumiendo todo en dos capítulos, es casi como si ese país le disgustara (o esa es por lo menos mí visión), luego sobre Colombia es donde vuelca todo su encanto al dejarse seducir por la magia de las ciudades como Bogotá o Barranquilla, haciendo largas descripciones sobre las personas, y criticando duramente a la raza negra colombiana. Aunque no estoy acá para hacer de revisionista histórico y de hecho no es lo que me interesa, pero es un punto interesante para entender cómo funcionaba la mentalidad de aquellas personas, ya que al ser de categoría «ilustrada» no les impedía tirar algún que otro comentario racista. Pero en fin, sobre Colombia se detiene más de seis capítulos, en donde se explaya de manera espectacular (muchas veces volviéndose demasiado denso), al evocar en su mente y posteriormente en el cerebro de sus lectores, esos paisajes propios de suelo colombiano.



   Finalmente se despide de Colombia y va a Panamá, ya que debía de hacer algunas investigaciones sobre la elaboración del famoso Canal de Panamá, del cual se detiene a penas un capítulo, y luego de allí pasa directamente a los Estados Unidos, donde relatará su experiencia no grata con los yanquis de Nueva York, para finalizar su libro con una zambullida literal sobre las aguas del Niágara.



Mapa del Canal de Panamá año 1882


IV

   Después de tanto viajar en calidad de representante de la Nación Argentina, crearía, mucho tiempo después (1903), uno de sus otros libros más importantes, estoy hablando de «Prosa Ligera». Hasta el momento se puede saber que las narraciones del señor Miguel Cané, son en su totalidad autobiográficas, o como bien dije antes memorias de sus viajes y vivencias, sacando alguno ensayos y unas traducciones. Pero «Prosa Ligera» se concentra en tres capítulos principales que se subdividen en tres, éstos son: «España», «En la Tierra», «Recordando». En este libro también retorna un poco a esos viajes por el mundo y revela más detalles de un viaje a Colombia como embajador para ser recibido por el presidente de aquel entonces, a demás nos encontraremos con textos típicos de aquella época, esta vez con personajes ficticios que intentan de alguna forma narrar historias gauchas, como así también una sobre la lucha para obtener la independencia del Uruguay. A demás habrá un subcapítulo dedicado a Sarmiento y un viaje que realizó éste a París, con detalles interesantes que ilustran aún más a esa figura de prócer que posee la imagen del «padre del aula».



  «Prosa Ligera» es un proyecto muy interesante ya que mezcla viajes y vivencias como así también textos de ficción sobre personajes gauchescos y aguerridos, que como bien aclara el autor nunca fueron concluidos. Me gusta que tenga ese aire de ser unos trabajos inconclusos, ya que me deja la duda rebotando en mí cerebro, sobre lo diferente que hubiera sido todo, si esas historias hubieran sido concluidas, ya que poseían a mi parecer un gran potencial.

V

    Para cerrar este pequeño informe o ensayo sobre los tres libros que yo considero importantes para conocer al autor, tengo que decir a favor del gran Miguel Cané, que su obra está plagada del gran encanto nacional, que su sentir latino termina fusionándose con su otra patria España, de la cual no reniega, aunque sabe muy en el fondo que la Argentina, tierra de los gauchos, las mujeres y el obrero, pueden llegar lejos, como de hecho lo hizo. Durante esta década, la vida del nativo argentino se mezclaba con la del inmigrante que buscaba poder salir de las malas condiciones de su país natal, y veían en la Argentina un bastión del progreso ininterrumpido. 
   Considero importante leer o releer las obras de este gran hombre, que ha sabido llevar a la Argentina por diferentes partes del mundo, siendo un respetable personaje de aquella magnífica década del 80. Fue sin dudas un ilustre escritor que con su pluma dibujó en palabras lo más bello de una época que no solo iluminó a la Nación Argentina, sino a toda América Latina.
   

     Plaza de Mayo, Buenos Aires 1895





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