¿TIENE LÍMITES EL HUMOR? ¿Y QUÉ HAY DE LA LIBERTAD?
1)- JUST DOIT 2)-GASPI Y EL HUMOR 3)- HUMOR Y MÚSICA 4)-¿VALE REIRSE DE TODO? 5)-ESTADOS UNIDOS PROHÍBE LIBROS 6)-PELÍCULA POLÉMICA
JUST DO IT Y LA INFORMACIÓN HUECA
La falsa Cultura de la Motivación, ese espectáculo de gente fitness que te hablan como si fueran un pastor en una secta religiosa, sobre lo que debes hacer con tu vida, cuanto debes dar y cuando debes parar.
«Esfuerzate más», «trabaja más», «entrena más», y más y más y más, así hasta un infinito constante en donde no tendrás tiempo ni de morirte; pues no se te ocurra descansar o parar cinco minutos, el mundo necesita de gente que haga el doble o el triple, no que hagan «lo suficiente o lo necesario».
Los videos motivacionales de «como ser un hombre de valor» o «como dejar de procrastinar en menos de 5 minutos», terminan siendo una farsa, pues para sorpresa de muchos, y se que esto va a sonar polémico, las personas somos seres complejos, con nuestras propias miradas, nuestros propios tiempos, y no a todos nos funciona ver un vídeo.
Esta idea quiero llevarla a otro lado, ya hablaré de los tipos de hombres (beta, alfa y Sigma), pero ¿Qué hay del contenido basura? Que sucede cuando la mayoría del contenido que se puede encontrar en internet, gira en torno a lo nefasto, lo desagradable, lo ridículo, lo sexualmente explícito.
Da la sensación que la única forma de poder obtener visibilidad o ser «viral», es mediante un contenido absurdo, basado en el humor más rancio, en donde prima la humillación moral al espectador.
No quiero decir con esto que todo lo que está en internet es malo, sino que dentro de toda ésta marabunta de cosas, hay ciertas personas que por lo menos tratan de crear conciencia y trasmitir mensajes que realmente valgan la pena. Pero siempre lo que triunfa es lo negativo y denigrante.
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EL HUMOR DE GASPI
Este influencer podría ser categorizado como un excelente ejemplo de un ser completamente denunciable, pero he ahí la cuestión principal, ya que su forma de hacer humor y de trasmitir todo ese contenido realmente turbio y cancelable, pone en jaque a varios de nosotros.
Gaspi viene a ser un «revolucionario del humor», alguien que vino a replantear cuáles son los límites del mismo; hasta que punto el chiste deja de ser gracioso para pasar a ser algo de mal gusto. Más allá de un contenido, como ya dijimos cancelable, juega mucho con las barreras del humor.
Ahora, otro asunto es que pueda gustar más o menos, pero no podemos negar que hay que tener la suficiente fuerza testicular, como para hacer ese contenido tan arriesgado en 2023. Ni personajes como Gabino Silva, logran ese empuje que genera Gaspi.
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UN POCO DE HISTORIA...
En los años 80's Frank Zappa, daría un concierto que para mí fue un antes y un después. «Does Humor Belong in Music?» o «¿El Humor Pertenece a la Música?», fue un recital en la que el señor Zappa pretendía romper esas barreras y crear composiciones con letras que sean chistosas y «políticamente incorrectas» (sino pregúntenle al PMRC).
La idea de Zappa era clara, la música no debía estar sujeta a normas y lineamientos tontos, que burócratas y disqueras proponían. Debía al igual que el humor, romper esas barreras para que así letras como: «He so Gay», «Tinseltown Rebellion» o «Dinah Moe Humm» sean solo canciones que parodian a la realidad (se ofenda quien se ofenda).
Lo mismo sucede con Gaspi, ha traspasado las paredes, los límites de lo políticamente correcto, lo cuál es natural que sus videos no lleguen ni a la media hora en YouTube. Pero es una forma de zafar del juego de la «policía del pensamiento».
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EL CASO RINALDI
Últimamente se ha dado una polémica que entra perfecto en ésta publicación, y es la censura que sufrió el politólogo Franco Rinaldi por su dichos humorísticos, que no eran más que clips sacados de contexto, de su programa en Youtube: «Un Café con Franco».
Se lo ha tildado de racista, de homofóbico, transnfóbico y hasta de antisemita ¿Pero es realmente así? Primero debemos pasar en limpio la importancia del humor; un chiste es un chiste, puede gustar más o menos, pero no deja de ser un simple chascarrillo dicho en el momento. Retomando lo que veníamos diciendo, el humor es amplio y es difícil entender cuales son sus límites.
Límites claros si los podemos ver, por ejemplo cundo ya se pasa a denigrar a la otra persona, pero un chiste inocente no tiene porque afectar a alguien. Me parece demasiado barata la persecución mediática que tuvo que padecer, y mas que nada la falsedad propia de los medios, que condenan un chiste pero no se hacen cargo de evaluar la realidad tan podrida que vivimos día a día.
Lo de Rinaldi es lamentable, y más allá de que podamos coincidir o no con sus ideas, es importante entender que la censura bajo ninguna concepto debe ser abalada. Hay que dejar que las personas digan lo que quieran, estamos en ésta vida para ser libres, nadie tiene el derecho de decir lo que debemos o no debemos pensar o hablar.
El humor tiene muchas aristas, puede ser ácido, negro, sarcástico, de parodia, en fin, podemos verlo pues como algo «ofensivo» o simplemente como un echo que tiene el fin de entretener, no es culpa del humorista o del comunicador que diga el chiste, el problema es la persona que se ofende porque no entiende o le ofende la verdad.
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PROHÍBEN LIBROS EN EL PAÍS DE LA LIBERTAD
Es fácil quedarse en la posición cómoda de solo escuchar lo que nos interesa, pero que difícil es ponerle atención a aquellos que no piensan como nosotros. Pero si al final la vida es eso, nadie piensa igual, todos tenemos diferentes puntos de vista.
Prohibir autores o la venta de ciertos libros porque pueden «ofender» a ciertas personas, es algo absolutamente ridículo. La cultura de la cancelación es algo completamente ridículo.
Yo leí «Mi lucha», si el libro del mismísimo Adolf Hitler, y no me hice un NS (Nacional Socialista), leí el «Manifiesto Comunista» y no me convertí en un marxista. Es importante entender que escuchar (o leer otras voces), no nos van a convertir en eso que no queremos ser.
Pretender no «ofender» a alguien con lo que se dice, es cuasi utópico, cuando la vida te enseña todo lo contrario. Estamos acá para ser libres, si un autor no te gusta porque supuestamente te «ofende», no lo leas, si un influencer dice cosas que te «ofenden», no lo sigas, no lo mires, pero cancelar no es una opción.
El cancelar o el censurar, es un acto propio de una dictadura del pensamiento, que quiere instaurar una sola forma de ver el mundo. Esta nueva generación de ofendidos seriales, termina perjudicando a la cultura, que se enriquece por medio de una diversidad amplia de ideas.
Desde la progresía hasta la derecha más recalcitrante, deberían de entender que la libertad de expresión está por encima de todo y todos. Ni si quiera un funcionario político tiene el suficiente poder para decir que debe o no debe pensar la sociedad.
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«SOUND OF FREEDOM»
Se está llevando a cabo en los Estados Unidos y en todo el mundo, una campaña masiva de censura por parte de la prensa funcional al poder político, catalogada como «woke» (progresista), para tirar abajo la película «Sound of Freedom», una producción que busca retratar y denunciar la crueldad y la crudeza de la explotación sexual infantil, dentro y fuera de los EE.UU.
El filme nos enseña como el oficial Tim Ballard (interpretado por Jim Caviezel), trabaja junto a un equipo especializado para rastrear y liberar a esas pobres almas. ¿Pero por qué hay tanta mala intención por parte de la prensa para con ésta película? Pues la verdad que no se sabe muy bien, ya que da la sensación que estuvieran tratando de encubrir algo o a alguien, más que nada al tratar de conspiranoicos a aquellos que afirman que existe ésta red de trata.
Algo que está de más decir, es que las redes de explotación sexual infantil existen, y es obvio que involucran a muchos personajes poderosos, que por ahí necesitan que les cubran las espaldas. Por otro lado, se ha tachado a esta película de ser parte de la conspiración QAnon, se la considera propaganda de ultraderecha, fascista y de católicos extremistas, calificándola de una cinta para «boomers» con el cerebro del tamaño de un gusano (según algunos medios).
Me parece muy sospechoso que los medios de comunicación que se identifican con las ideas izquierdistas, y que dicen estar a favor de las luchas sociales, se pongan en esa posición de derechistas, y no se hayan mostrado sensibilizados por el mensaje o la historia de la película. Es muy raro que no hayan personas de izquierdas o de derechos humanos involucradas en estas batallas tan necesarias.
Lo que menos nos debe llamar la atención de dicha filmación es su mensaje religioso, ese es solo un agregado, lo que importa es el contexto real de la situación, y la idea de negar que esos grotescos acontecimientos no suceden, es una forma de volverse cómplices de esos crímenes aberrantes.
Lo que sorprende es que cuando los abusos a menores vienen por parte de sectores como la iglesia, estos muchachos y muchachas se rasgan las vestiduras criticando fervientemente a los sectores religiosos (lo que está muy bien, esos actos hay que condenarlos como debe ser), pero cuando se trata de celebridades o personajes muy poderosos e influyentes, se tiende a ocultar o a minimizar (que es mucho mas grave), tales acontecimientos.
Todavía no tuve la oportunidad de ver la película, pero estuve informándome lo suficiente como para poder aportar algo desde este humilde espacio. Estoy seguro de que cuando esté disponible en las salas de mi país, acudiré a verla con ansias.