miércoles, 16 de agosto de 2023

HOMBRES DE PALABRA (PARTE 5)

 ESCRITORES OLVIDADOS: JOSÉ INGENIEROS (GIUSEPPE INGEGNIERIS)



ARGENTINA, TIERRA DE LITERATOS


Por...MARK
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I

    No solo la historia de la literatura argentina se nutre de los valores de personajes autóctonos, sino que hay grandes hombres que provienen de afuera, más precisamente del viejo continente, en este caso Italia. José Ingenieros es un hombre de honorable reputación que vistió a la Argentina de un traje de gala, demostrando toda su valía no solo como escritor sino también como médico y tantas otras cosas a las que se dedicó en su vida. 
  Desde su posición de profesional y gran maestro, hizo importantes aportes para la cultura nacional en la rama de la filosofía y la medicina, creando uno de sus libros fundamentales dentro de su prolífica carrera, y es el que nos atañe ahora. Su extensa sabiduría se hace notar en cada uno de sus trabajos, creando libros que van de ensayos sobre psiquiatría, filosofía y teosofía. 


José Ingenieros en su oficina
  
   Se desempeñó en diferentes labores, siendo su profesión la de un reconocido psiquiatra, siempre metido en el ámbito de la medicina, como así también dentro del sector de la psicología, a demás de ser un sociólogo, docente y masón. Fue sin dudas un hombre de palabra, crítico férreo de la sociedad en la que le tocó vivir, discutiendo siempre sobre los aspectos que rodeaban a la Argentina de inicios del siglo XX, con respecto a lo moral y a lo ético. Fue también un responsable de traer a la mesa grande nacional, ideas políticas y corrientes de pensamiento como el socialismo, el comunismo y el anarquismo, fue también uno de los tantos impulsores de la masonería en el país.
   Entre sus obras más importantes se destacan: «La psicopatología en el arte» (1902), «Simulación de la locura» (1903), «La locura Argentina» (1907), «Sociología Argentina» (1908), «El hombre mediocre» (1913), «Las fuerzas morales» (publicación póstuma).

II

   Nacido con el nombre de Giuseppe Ingegnieris en Palermo Italia, cursó los estudios primarios en el Colegio La Anunciación, luego trabajó de niño como corregidor de pruebas de imprenta, siendo su padre periodista. Se dice que era bueno traduciendo el francés y el inglés.
   Después de un tiempo de estudios y trabajo, en el año 1888 ingresa al Colegio Nacional de Buenos Aires, donde egresó en el año 1892, para fundar el mismo año el diario «La Reforma». Al año siguiente (1893), es aceptado como alumno en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió de farmacéutico y en 1900 de médico. 
   Como dato curioso, Ingenieros demostraba desde muy joven un interés curioso por temas relacionados al ocultismo, la parapsicología y la teosofía. Como así también mostraba interés por ideas que desembocan en un socialismo revolucionario (con tintes anarquistas), formando así el periódico «La Montaña» junto a Leopoldo Lugones. 

                                                              Foto del periódico "La Montaña" 

   Pero este breve repaso por su carrera, solo sirve como una simple introducción que continua con el primer capítulo, para empezar a desandar uno de sus libros de mayor relevancia, y que vale la pena leer hoy en día, ya que deja en evidencia la mediocridad del ser humano, y los diferentes tipos de hombres, entre los que no hacen, los conformistas y los idealistas. Es pues «El hombre mediocre», un título prometedor que permite entender a la sociedad argentina de antes y de ahora.


III

   Antes de empezar, es menester decir que «El Hombre Mediocre» fue el libro que me inspiró a crear una obra que está publicada en en blog, y es «El Hombre Moderno y la Civilización Contemporánea». Pues los valores que trasmite José Ingenieros en su ya mencionado libro, terminan de alguna manera influenciando a cualquiera que lo lea, me considero dentro de la visión del Idealista como el mismo Giuseppe titula a uno de los tres arquetipos de seres humanos:
    Por un lado tenemos al hombre idealista: una persona que esquiva la mediocridad, que vive por y para las ideas, un ser decidido a siempre concretar lo que se propone. Hace caso omiso a lo que la sociedad dice de él y demanda, es casi el ser que idealizaban las filosofías estoicas. 
    Luego tenemos al hombre inferior: es un ser que vive por debajo de la sociedad, a la vera de las formas morales y de exaltación del ser humano; dicho de otra manera, es una hombre que se deja pisotear por la sociedad y no hace nada para cambiar su realidad, pues reconoce su inferioridad pero continúa así a pesar de todo.
    Por último está el hombre mediocre: que es el arquetipo un más bajo que el hombre inferior; es un ser conformista, que hace lo que la sociedad dice, no tiene intereses propios, es marioneta de gobiernos y manipuladores; presenta características del hombre inferior, pero está aún más sumido en la servidumbre y no hace nada para salir de esa posición.


   El libro es dinámico, presenta ese carácter de ensayo, propio de un estudio sociológico/psicológico, en donde se busca estudiar al hombre en sus facetas más comunes, resaltando en su visión, las ideas referidas a tres estructuras de seres humanos, y nos deja pensando en lo que se refiere a que tipo de arquetipo somos ¿Soy acaso un mediocre, un hombre inferior o un apasionado idealista?.
   Propone a su vez la teoría sobre la visión de una juventud rebelde que es la que define, a futuro, el tipo de arquetipo al que nos dirigimos. Un hecho fundamental ya que es allí, al calor de la edad juvenil, donde las revoluciones se vuelven acción o condena.

IV

 Ya para ir finalizando, es menester decir que «El Hombre Mediocre» es un libro indispensable, de lectura obligada para todos aquellos que pretendemos estudiar los comportamientos humanos. Más allá de eso, es interesante entender y comprender como en un momento determinado de la historia, este libro tendía a representar de una manera fresca y novedosa nuevos arquetipos humanos, que Ingenieros veía en la sociedad argentina de principios del siglo XX.

Una estación de tren en Buenos Aires del siglo XX






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