ESCRITORES OLVIDADOS: JUAN BAUTISTA ALBERDI
ARGENTINA, TIERRA DE LITERATOS
Por...MARK
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I
Si hablamos de grandes y fundamentales hombres en la historia de la República Argentina, no nos podemos olvidar a uno de sus más ilustres y nobles caballeros de ésta consagrada nación ¡Es por eso que recibimos hoy en esta sección de grandes personalidades de la literatura y la cultura, al liberal más famoso de esta parte del mapa, el señor Juan Bautista Alberdi!.
Si bien su vida fue prolífica en diferentes aspectos como por ejemplo en lo político, lo periodístico y lo jurídico, no podemos negar que nos ha dejado una serie de exquisitos manuscritos (entre ellos ensayos y memorias), siendo dos de ellos de una importancia vital para el orden estructural de la Argentina del 1800. Es por eso que era necesario poder charlar a cerca de dos obras, una la principal y la otra su continuación, porque si de rescatar la historia esto se trata, entonces no se puede dejar pasar esta oportunidad.
Algunas de sus obras pasaron a ser símbolos de época, mientras que otras no trascendieron tanto, entre ellas se encuentran: «El Espíritu de la Música» (1832), «Fragmento preliminar al estudio del Derecho» (1837), «Predicar en desiertos» (1838), «Reacción contra el Españolismo» (1838), «La generación presente a la faz de la generación pasada» (1838), «La Revolución de Mayo» (1839), «El Gigante de Amapolas» (1842), «Ideas para presidir a la confederación del curso de filosofía contemporánea» (1842), «Memoria sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano» (1844), «Bases y Puntos de partida para la organización política de la República Argentina» (1852), «Cartas sobre la prensa y la política militante de la República Argentina» (1853), «Elementos de derecho público provincial para la República Argentina» (1853), «Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina» (1854), entre otros tantos volúmenes de excelentísima calidad.
II
Tucumano de origen, nace en 1810 tres meses después de la Revolución de Mayo, creció en el seno de una familia típica de aquellas épocas. Hay que decir, como dato interesante, que sus padres habían apoyado y participado decididamente de dicha Revolución.
Después de idas y vueltas con el estudio, y tiempo después de que su padre falleciera, recibe una beca del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y estudia en el Colegio de Ciencias Morales, pero termina abandonando por motivos relacionados a la exigencia estudiantil de dicha institución. Aun así, después de un tiempo retomó la labor del alumno, pero esta vez en la Universidad de Córdoba.
De todas formas, siguiendo la carrera de abogacía, demostraba siempre su amor por la música y su composición. En el año 1832 escribe su primer manuscrito «El Espíritu de la Música», que obtiene una cierta notoriedad.
Pero en estos capítulos que siguen no quiero enredarme con detalles biográficos, sino que mi interés está en meterme de lleno en dos libros que fueron fundamentales para la historia de la Nación Argentina, material responsable de haber influenciado (parcial o totalmente), en la creación de la Carta Magna, es decir nuestra tan amada—y tan poco valorada actualmente—, Constitución Nacional.
Preámbulo de la Constitución Argentina, creada en 1853
III
Alejado de su patria y exiliado en el vecino país de Chile, Alberdi comenzaría a ejercer como abogado, pero a su vez daría pie a un volumen fascinante y necesario, creando con la urgencia que esos tiempos demandaban: «Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina», libro por demás interesante y pieza clave de la cual aquellos ilustres hombres que sancionaron la Constitución de 1853, usaron como guía o referencia.
Es sin dudas un material interesante, que plantea no solo una visión sobre como debería regirse al país, sino que a su vez propone una visión amplia con respecto a las Constituciones de Uruguay, Chile, Perú, Colombia, siendo La Banda Oriental del Uruguay y La Confederación de Chile, las Constituciones a tomar en cuenta para seguirlas como modelo—aunque también destaca lo más negativo o los errores que se han producido en las mismas. Pero si de Constituciones ejemplares hablamos, Alberdi toma como ejemplo de buena fe, a la de California, Estados Unidos.
El libro transcurre en treinta y cinco capítulos, siendo los primeros dedicados a estudiar las Constituciones de los países vecinos, y el resto está dedicado a la visión «alberdiana» en función a su idea liberal, y al hecho de hacer real su famosa declaración: «gobernar es poblar» había dicho, y como parte de ocupar territorio nacional que por aquellos tiempos era solo desierto, proponía abrir la Argentina al mundo, para que pudiera aquí el inmigrante encontrar posibilidades de crecimiento, donde pueda gozar de los derechos como cualquier ciudadano argentino, a saber: acceso al trabajo, tierras, viviendas, educación, libertad de culto. En sí, proponía abrir el puerto a cualquiera que viniera a hacer fecunda esta tierra.
Entre algunas otras medidas, proponía la expansión de los ferrocarriles, con las famosas «rutas de hierro», esto permitiría unir a unas provincias con otras, porque estaban demasiado separadas. También tenía como idea darle poder a cada provincia, pero a su vez éstas debían obedecer a una sola autoridad (presidente), también decía abrirse paso a la inserción de la Confederación Argentina, más que nada a forjar una fuerte relación con la Europa.
Para concluir, el libro es interesante por el planteo que se hace sobre la creación de una ley máxima que venga a dar valor a los derechos de todos, y a ordenar un país que había caído en una «anarquía» absoluta. La forma en la que está narrado es correcta, segura, precisa, no redunda en los mismos hechos y prevalece un espíritu de eterna libertad y un ánimo deseado de cambio.
IV
El segundo libro del que quiero hablar es la continuación de las «Bases...» me estoy refiriendo a: «Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina», libro editado en 1853 después de la creación de la Carta Magna. En el decide centrarse en puntos importantes de crecimiento económico para la República Argentina, tratando de ejercer las mejores estrategias comerciales/económicas para eliminar problemáticas tan comunes en nuestro tiempo actual, como la pobreza.
Posee el mismo ímpetu que las «Bases...», pero está realizado sin esa urgencia de la pluma por querer expedir rápido el mensaje. Alberdi se toma el tiempo necesario para explicar detenidamente los procedimientos para una economía nacional de base puramente liberal.
Se maneja a partir de principios básicos que denomina «agentes»: el trabajo, el capital y la tierra, ahora la combinación de estos tres agentes generan tres tipos de de trabajo: fábricas, agricultura y comercio, a demás de que debe garantizarse: la libertad, la igualdad, la propiedad, la seguridad y la instrucción.
Sin lugar a dudas es un hecho necesario este libro, ya que aporta más datos que conformaron y enriquecieron a la Constitución Argentina. Tengo que decir que es de suma recomendación la lectura de éste y el anterior volumen, para aprender un poco más de nuestra historia.
V
Sin dudas la memoria de Juan Bautista Alberdi permanece intacta en sus obras, las cuales se me haría imposible comentarlas todas aquí, ya que no quiero que la publicación se extienda más de lo esperado. Pero creo que la misión sobre este gran hombre de la literatura, la música y la política nacional, permanecerá por siempre en la memoria latente de ésta tierra, como alguien que contribuyó al desarrollo de la nación.
Por supuesto que es más que recomendable leer sus textos para entender el contexto en el que se encontraba el país por aquellos años.
Y claro, porque hay que decirlo, la figura de Alberdi recobró fuerzas en estos últimos años, gracias al resurgimiento de una nueva oleada de liberales como Javier Milei o José Luis Espert. De todas formas, más allá de las ideas que profesemos (donde podemos coincidir o no), es importante poder darle una ojeada a como éramos en el pasado, tal vez haya aciertos que si queramos volver a repetir.
La «Casita de Tucumán»
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