viernes, 9 de junio de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE VI

 


CAPÍTULO VI


SOBRE LA RESISTENCIA/ SER PRESA DEL EXISTIR


I)- Sobre ser mandado. II)- No quiero esas cadenas. III)- La vida y el ritmo con el que se la vive.
IV)- ¿La existencia es vacía, y sin sentido?


I)- SOBRE SER MANDADO


Si hay algo que caracteriza a las personas de pensamiento propio y de mentalidad diferente es el hecho de que no resisten el ser mandados. Pues en sus corazones habita un deseo tan incontrolable de libertad, que no pueden verse obligadas a realizar tareas cuando alguien se las ordena. Se sienten más cómodos siendo ellos sus «propios jefes» por decirlo así, que estando bajo el mando de un agente externo. De cierta forma creo que a nadie le gusta ser mandado, ni ser obligado a algo que no nos guste, pero cuando se trata de cuestiones de trabajo allí la cosa se pone más complicada, porque no queda otra más que tragarnos nuestro orgullo y hacer caso a todo lo que nos digan. Pero tengan cuidado, eso no es señal de sumisión, sino todo lo contrario, es un acto de ser servicial, y funcional al puesto que se esté ocupando, solamente que la diferencia con otros empleados, es que el deseo de libertad es tan grande, que ante cualquier cosa, ese deseo estalla, y el que se resiste o no le gusta ser mandado, no aguanta ni un segundo en tirar todo por la borda, y marcharse de allí.

Al que no le gusta ser mandado, tiene su pensamiento derivado del hecho de que no le gusta ser un esclavo, o un explotado, sabe sus límites, sobre todo sabe cuáles puede sobrepasar y cuáles no. Sabe por lejos cuál es la realidad del esclavo, pero él sueña con esa libertad absoluta, aunque de vez en cuando deje ponerse las cadenas cada tanto.


II)- NO QUIERO ESAS CADENAS


Las cadenas que hoy en día caen sobre nuestras muñecas, y tobillos no son más que puestas ahí por nuestra propia voluntad, no son más que el fiel reflejo del famoso «esclavo moderno», este nuevo espécimen, evolucionado de entre sus raíces más antiguas del concepto de esclavo, pero ahora con una cualidad suprema, él, solamente él y sin más interventores, se coloca por sus propias manos las cadenas que ha comprado bajo el estúpido sueño de la autorrealización, una baratija de cotillón que no es más que el opio, la droga para aquellos que creen que es posible alcanzar una plenitud corriendo tras una meta disfrazada de esclavitud.

Ya no se trata de ser un esclavo, sino de un buen esclavo, ya no se trata de ser productivo, se trata de dar hasta lo que no tienes para seguir produciendo y por ende seguir siendo explotado, pero ¿Qué es la realización? ¿Qué es sentirse realizado? Con mí sencilla explicación, y sin recaer en intrincadas definiciones, diré que es ese efecto placentero que se sucede después de haber alcanzado una meta u objetivo deseado. Es como ese sueño que de repente se hace realidad, a costa de que sobre tus manos y tus pies lleves los pesados grilletes. Ojo esto no es una contradicción a lo dicho en capítulos anteriores, sino que creo, y es más, me atrevo a decir que se puede lograr la realización a través del esfuerzo, del mérito y del trabajo, pero de ninguna manera uno no debe ser esclavo de las tres; ser esclavo del esfuerzo nos hará desgastar nuestros cuerpos antes de tiempo, creándonos dolores innecesarios, es preciso hacer el esfuerzo justo, en el momento justo; ser esclavo del mérito solo nos dará un placer que nos servirá como droga para satisfacer nada más que a nuestro ego; y ser esclavo del trabajo solo crea a esclavos obedientes, no digo que no trabajes, solo que has el trabajo necesario y así te ahorras grandes esfuerzos, y no serás consumido por el ego.

Últimamente en ésta vida que llevamos tan rápida, donde la cultura de la inmediatez reina en nosotros, nos hace vivir de una manera que nos lleva de a poco a ser esclavos, quizás ya no de tu patrón, quizás ya no de ese trabajo que tanto odiabas, pero quizás ahora te haces esclavo de las pantallas que te rodean, de las miles de distracciones que tenes a tu alrededor, y te crees a pesar de todo libre, pero solo puedo decirte que no es así y todavía esto no ha terminado.



III)- LA VIDA Y EL RITMO CON LA QUE SE LA VIVE


Una vez un gran filósofo dijo: «No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos demasiado» (Seneca, «De la Brevedad de la Vida»). Frase tan cierta y a la vez alarmante que no deja de preocuparme. El tiempo, algo que se nos escapa de las manos como cuando tratamos de agarrar el agua, es imposible sostenerlo en la mano, y es imposible detenerlo cuando comienza a caer.

Creo que cosa más imparable que el tiempo no conozco, es como una flecha lanzada por un arquero profesional, ésta siempre va de punta hacia la diana, y no hay nada ni nadie que pueda interponerse en su camino. Es imparable, y aunque a veces deseemos volver el tiempo atrás, sabemos que es imposible, lo que se fue se fue, el pasado fue lo que quiso ser, por más que ese momento pasado fue una vez un momento presente, ya no está, y ahora el presente dejará de serlo y este día ya será mañana, y por ende será pasado, mientras que el futuro siempre incierto se mantiene expectante como algo desconocido, y pronto el ciclo del tiempo seguirá su curso, la flecha seguirá su recorrido, y ese futuro tan deseado se volverá presente, y luego será otra vez pasado.

Es duro pensar en cómo los momentos se esfuman tan rápido que uno a veces parece no disfrutarlos, es como si el mismísimo Cronos se encargara de hacer que todo transcurra a velocidades tan sorprendentes, que uno empieza a temer. Y eso me remonta a una pequeña frase de una canción demasiado conocida que dice: «Es larga la carretera, cuando uno mira atrás» (Sui Géneris, «Canción para mí Muerte»), una frase tan letal y profunda, como espadazo en el corazón. Siempre cuando uno se para en el lugar en el que hoy está y centra su mente en lo vivido—sean momentos buenos o malos— se dará cuenta que ha vivido demasiado, sin importar si tienes quince, veinte, o cincuenta años. La vida es un momento, la vida es ese instante presente que luego solo quedará en la memoria de un celular, o cuidadosamente guardada en nuestra mente.

Las distracciones de este mundo moderno, hiper-tecnológico, con posibilidades cuasi infinitas, no nos ha brindado más que divertimentos baratos, que nos han, en cierto punto, deshumanizado, pero sería muy hipócrita de mí parte denigrar a estas herramientas, cuando a fin de cuentas yo también malgasto el tiempo con ellas, por eso es también conveniente decir que ha traído múltiples beneficios a este mundo, agilizando las comunicaciones por ejemplo, o permitiendo que yo ahora mismo esté escribiendo esto.

Podemos atribuir el fugaz modo de vida también al hecho de que en cierta parte también es nuestra responsabilidad, nosotros somos quienes cargamos con cosas, por ejemplo nuestra propia existencia para de alguna forma olvidar quizás lo difícil, aburrida y cambiante que es la vida. No podemos y repito que sería muy hipócrita de mí parte, echarle la culpa a la tecnología ya que ella fue creada con un fin específico, pero fuimos nosotros quienes le dimos un fin de acuerdo a nuestra forma de vivir. No sé trata de una irresponsabilidad del aparato tecnológico, sino que la responsabilidad recae sobre nosotros.

No debemos olvidar que somos seres conscientes, sabemos lo que somos, a dónde podemos llegar y en muchos casos a dónde queremos llegar, lo importante es ser más responsables, hacernos cargo de la existencia que nos rodea, y de allí empezar a tomar acciones, a vivir no por obligaciones, ni por preocupaciones, sino empezar a vivir por el hecho de buscar felicidad conmigo mismo o en un tercero... pero sí a fin de cuentas una tumba solitaria es lo que nos espera, al final de esta carretera, no vale la pena estar triste. Entre distracciones es más normal que las cosas pasen rápido, ahora sí te concentras en cada cosa que sucede, en cada momento, puede ser mí amigo o mí amiga que descubras en ese instante el milagro de estar vivo.


IV)- ¿LA EXISTENCIA ES VACÍA Y SIN SENTIDO?



En ésta parte del capítulo, sinceramente no deseo explayarme demasiado, ni hablar de más. Solo voy a decir unas palabras, que de verdad no son mías, pero que en resumidas cuentas responden a la pregunta de una manera perfecta e impecable; la vida no es más ni menos vacía, solamente que uno tiene en las manos el poder de darle a la existencia una cierta orientación, es decir, en pocas palabras, somos dueños de nuestra propia vida y para eso hay que darle contenido a la existencia. Como bien dije estas palabras no son mías, más bien estoy parafraseando al gran y querido Pepe Mujica, una persona a la cual admiro en demasía.

Si ya con eso no les ha quedado claro lo importante que es tener algo que justifique nuestro existir, entonces ya no se que más decir.

 


 CONTINUARÁ...

viernes, 2 de junio de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE V

 


CAPÍTULO V


Eso no se dice/ El juicio al inocente


I)- La era de los ofendidos. II)- La censura a los que piensan diferente. III)- Esclavos de lo ajeno, presas de nuestros miedos. IV)- Respetar y no ser respetado.


I)- LA ERA DE LOS OFENDIDOS


En los tiempos que actualmente transcurrimos, es normal encontrarse cada dos por tres a alguna persona que forme parte de un club maligno de ofendidos en potencia, son estos quienes se creen en la posición moral de decidir qué deben o no deben pensar los demás, son— para conectar más la idea— envidiosos a más no poder que creen que pueden solucionar los problemas que golpean a ésta sociedad, censurando o cancelando a quienes piensan distinto. Pero en ese accionar radica su error, porque la censura, que es propia de una dictadura (hay que decirlo), solo genera una visión graciosa de ellos mismos, mostrándolos como seres que son ultra sensibles—que no es más que una forma de llamar la atención— y a demás son altamente fanáticos de las ideas que defienden, y por eso no permiten que alguien diga o haga algo que contradiga su pensar.

No hay nada más repugnante que un individuo que cree que puede hacer lo que quiere, por el hecho de creerse mejor que otros. El ofendido es capaz de hacer las escenas de furia más graciosas de la historia, porque al estar su alma consumida por el oscuro fanatismo de las ideas que abraza, que no es más que veneno en su interior, es capaz de todo, sin importarle si hace el ridículo ante tanta gente. Después de todo, así funciona el fanatismo, es decir la creencia ciega en algo que se nos metió, o nos metieron en la cabeza y que defendemos a muerte sin importarnos que en ello se nos vaya la vida. Pero qué sucede, el ofendido, en su fanatismo por defender la idea, no dudará en causar una reacción, que muchas veces deriva en actos violentos, o en la censura, es decir silenciando las voces de los que tienen una postura diferente, como si eso les diera, o los hiciera personas más elevadas cultural y moralmente.

El ofendido es ya de por sí de naturaleza violenta, con aires de una superioridad que no existe, sino que es más bien una ilusión propia de su mente tan enferma. Pero no quiero ahora hablar del fanatismo puesto que eso me llevaría demasiado tiempo, solo por el momento quiero dejar en claro lo repugnante que llega a ser el ofendido cuando uno discrepa en lo que piensa, y sin más pruebas que los hechos, uno les explica las cosas, pero ellos no hacen más que cerrarse, y lloriquear en su pequeña pero endeble burbuja, realizada con sus falaces argumentos, sobre hechos concretos de la realidad que no pueden ni si quiera defender.

Otra cualidad que distingue a estos seres, es que el ofendido se cree un rebelde, un revolucionario, criticando sin piedad al sistema que lo apaña, otra cosa más el ofendido por ejemplo crítica al mérito, a la sociedad de la meritocracia, pero no duda en alardear de que lo bienes que posee los obtuvo a través de su esfuerzo, es decir de su propio mérito. El ofendido es la clara representación de la viva contradicción en la forma más humana posible, y es también de esa clase de personas que tratan de quedar bien con todos, no vaya a ser que uno de los quinientos colectivos o agrupaciones que defiende, se vayan a molestar por las palabras de éste para con ellas. Y en ese afán de ser lo que sería una monedita de oro, tratan de hacer lo posible para no afectar a nadie, salvo a los que no piensan como él, o como ella, ya que la raza de ofendidos (porque a mis ojos no se trata solamente de una generación) no distingue entre sexos y géneros.

La cualidad principal del ofendido es mostrar una gran sensibilidad hacia los temas que para él son profundos y que urgen una atención inmediata, como por ejemplo le es realmente importante debatir a muerte, y defender a capa y espada, si las palabras para ser inclusivas, deben llevar una modificación en su forma de hablarlas, sustituyendo la última letra o la ante última, por una letra que según su entender es inclusiva. Y con esto no quiero denigrar, ni mucho menos ofender a nadie, pero debo decir que la raza de ofendidos empezó a proliferar a raíz de una serie de movimientos a favor de la "igualdad" y del "feminismo", como así también en apoyo a las minorías. Que desde este lugar digo, no está mal que las minorías tengan un derecho, solamente que por ahí sus argumentos que tratan, y eso es entendible, de querer unir gente a sus causas termina por desvirtuar el verdadero camino de lucha. Y esto es lo que lleva a los pensamientos ofendidos a ser trastocados, y se convierten en aberrantes fanáticos de causas ya más que habladas.

Los ofendidos tampoco tienen edad, y no solo se lo aplica a las masas de jóvenes que no saben hacer otra cosa más que insultar o llorar en redes sociales. También esta raza llega a formar parte de la vida adulta, cuando el hombre o la mujer, ya maduros, caen en bajezas impropias de su edad, lo que no solo causa que esa "victimización" por parte de ese humano adulto, no de más que vergüenza ajena, o risa en el mejor de los casos. Pero retomando el tema de las cualidades, creo que lo que une a toda esa gente ofendida no es más que el poder que tienen ellos, y todos los seres humanos del mundo, que es con un solo clic, denunciar, cancelar, o en el peor de los caso censurar y silenciar a quienes tienen una visión propia de la realidad que ellos se niegan a ver, o que si la ven la modifican a su antojo. La pureza mental de los que no caemos en el acto de ser ofendiditos por deporte podemos soportar hasta las más crudas, y repugnantes formas de censura ¡Ahora vaya uno a censurar a estos seres, que de seguro tendrás en la puerta de tu casa un ejército listo para lincharte, con sus respectivos palos y antorchas! La justicia es para unos mientras que para los demás que, por cierto los que hablan con la verdad serán para siempre castigados. La realidad a veces puede superar ampliamente a la ficción.



II)- LA CENSURA A LOS QUE PIENSAN DIFERENTE


Desde siempre a los que han ido en contra de la corriente se los ha marginado, perseguido, enjuiciado, e incluso hasta asesinado. Hoy en día esas acciones propias de la inquisición se han reemplazado por palabras como censura, cancelar, silenciar, etcétera. Aunque lamentablemente y aún en este siglo, la gente continúa persiguiendo a quienes no piensan igual, llegando incluso a matar (véase las infinitas mafias políticas).

No quiero explayarme demasiado en este capítulo porque no viene al caso ponerse mal, y dar lecciones de libertad a quienes ni siquiera conocen el significado verdadero de dicha palabra. Pero todo ser humano que tenga un mínimo de neuronas trabajando en su diminuto cerebro, sabrá que censurar, o silenciar a cualquier persona, con el pretexto de que «no piensa como yo» está por demás mal. Aquí no se trata de condenar al diferente, se trata de que todos podamos escucharnos, y que todos podamos hablar, sin enojarnos y sin acallar a los que tiene otro mirar. Silenciar no lleva a nada, solo nos hunde más en la miseria en la que estamos ya metidos. Si alguien que sigues o crees que admirás, empieza a decir cosas que a vos no te agradan, que no compartís, tenes tres alternativas fáciles, sin la necesidad de recaer en la censura digna, como ya dije, de una dictadura por ejemplo, podes optar por: a)- Dejarlo de seguir b)- Ignorar lo que dice c)- Quizás escucharlo, pero no con el fin de andar generando conflicto, que ese es el gran problema de la censura, solo crea más problemas.



III) ESCLAVOS DE LO AJENO, PRESAS DE NUESTROS MIEDOS



Siempre vamos a estar destinados a ser esclavos de lo ajeno. Aquel que no lucha por lo que quiere, por lo que piensa, y fundamentalmente por lo que ama será siempre el esclavo de alguien más, el doblegarse a la voluntad de un tercero es muy sencillo, pero vivir presas de nuestros miedos no es tarea fácil. El miedo nos encierra, nos acorrala como si de una fiera se tratase, es como ese depredador que acorrala a su débil presa, sabiendo ambos cuál será el resultado de tal batahola. El miedo muchas veces siempre gana, pero otras veces es un punto de partida para comenzar a tomar impulso desde allí, y la verdad que es algo de lo más normal, todos tenemos miedo, desde vos, tu padres, tus abuelos, tus vecinos, tus amigos, todo el mundo tiene miedo y es algo que a veces nos enferma, es como un virus que penetra en las capas más profundas del espíritu, y nos somete a su voluntad, como un amo, que nos tiene sujetos a mil cadenas, pero cada vez que intentamos algo sin importar el miedo que tengamos, esa cadena se rompe, y no importa que estamos sujetos a novecientas más, porque sabemos que el valor es la cura para combatir a ese parásito.

Cuando nos volvemos esclavos de lo ajeno, esclavos de lo que los demás nos pueden llegar a decir, o quizás puedan llegar a pesar de nosotros, es necesario hacer un corte rápido de todo aquello, porque a raíz de dicho suceso, el miedo comenzará a tomar forma, y a crecer dentro de todo nuestro organismo. No sé puede ser esclavo del juicio ajeno, la condena al inocente no debería existir en tiempos como estos, por eso es importante con el valor de nuestros corazones romper esa cadenas, por más tiempo que te lleve. No hay que caer en lo que los demás puedan pensar, la capacidad del hombre diferente consiste en poder vivir sin hacerse cargo del prejuicio ajeno, porque él sabe que ese problema no es de él, y no depende de él, ya lo decía Epicteto en el gran Enquiridión (o el manual del Estoicismo) que uno no debe hacerse cargo de cómo los demás nos vean, ya que es algo que no debe preocuparnos, uno puede controlar su propia vida, sus propios pensamientos, sus propias acciones, pero lo qué los demás piensen de nosotros, es algo que excede a nuestro control, por lo tanto debemos vivir una vida acorde a nuestras necesidades, ya que si alguien habla de vos de buena o mala manera, es algo que no debe preocuparte porque no puedes tener control del accionar ajeno. Recuerda siempre: «No hables nunca de persona alguna ni para alabarla, ni para injuriarla, ni para hacer comparaciones» (Epicteto)

En definitiva ocúpate de tu vida, encargarte de hacer bien lo que tengas a tu disposición y deja atrás lo que los demás digan o hagan, recuerda que la cuestión no está en tener un buen trabajo, sino en realizar bien un determinado trabajo (Henry David Thoreau). Viví para vos, para tu esposa, para tus hijos, para tus amigos, y que el resto sea solamente algo que existe pero no influye. Di lo que piensas sin miedo, tienes todo el derecho del mundo, y a los ofendidos que exigen respeto, solo diles una cosa: «Si ustedes tanto quieren lo que exigen, éste debe ser mutuo». A las palabras venenosas de los demás, responde con la altura necesaria, como si estuvieras con tu boca diseminado el antídoto ante el veneno lanzando, o como si con agua apagaras el fuego de su vocabulario.


IV)- RESPETAR Y NO SER RESPETADO


Todo el mundo habla del respeto. Todo el mundo dice que hay que respetar tal o cual cosa, pero todos en general ignoran lo que es en sí la palabra. Una vez alguien dijo que el respeto se gana, y yo le agrego que este debe ser mutuo, de lo contrario no tendría sentido.

Para ganarse el respeto, uno no debe hacer grandes cosas, ni hazañas increíbles, basta con ser uno mismo siempre, y cada día que se pueda. La gente ama a las personas que son siempre ellas, porque como me dijo una vez alguien: «Cuando uno comienza a crecer, es decir el joven que empieza a adentrarse a la vida adulta, se da cuenta de que el único pedacito de libertad que le queda es el de ser uno mismo». Por eso aquellos que no tienen ese poder, o han perdido esa libertad, enseguida admiran o respetan a las personas que logran ser siempre fieles a su esencia.

Éstas personas por ende se han ganado su respeto, pero no es una cuestión unilateral, este debe ser bilateral, debe siempre existir un respetado, pero este a su vez debe respetar a quien lo respeta. Eso es algo básico de la convivencia humana, de lo contrario aquellos a los que respetamos, si ellos no nos respetaran, tendrían un ego altísimo, y se creerían más de lo que son.

Como bien venía diciendo, es algo que no se debe imponer, de lo contrario sería como forzar una relación de pareja, si el amor no es verdadero, y por sobre todas las cosas mutuo, pues es imposible que puedas retener a esa mujer, o a ese hombre por la fuerza, porque no sentirá nada hacia vos. Nadie está con nadie por obligación, por consiguiente, nadie respeta a nadie por obligación, todo es fruto de dos cosas muy importantes:

a)- El hacer las cosas bien, o más o menos bien (no mentir, ser honestos, ser sincero, ser consecuente con lo que se piensa, etcétera), y eso hace que muchas personas se fijen en nosotros y quieran aprender, y de ahí que se ganen nuestro respeto.

b)- La confianza con la que hacemos las cosas y nos dirigimos a otras personas, nos hace ver cómo seres cálidos, y cualquiera tendrá nuestra amistad y nos respetará y nosotros lo respetaremos también. Pero no dudes en salir de ese círculo cuando ese respeto ha sido traicionado, es decir, esa confianza haya sido rota en mil pedazos.

Ahora bien, el vínculo que existe entre un padre y su hijo, o el de una madre y su hija, es por ende un respeto mutuo ya pactado desde el momento en que el niño, o la niña se está generando en el vientre de su madre. Pues desde niños, el hijo debe aprender a respetar a sus padres, y sus padres deben olvidar cualquier principio nocivo de ser más que progenitores una autoridad, y respetar también a su hijo. Es casi como la relación entre amo y esclavo, o ahora entre patrón y empleado, el respeto allí, y aclaro que debe serlo siempre en cualquier situación de la vida mutuo, pero si el amo, o el patrón, subido a la marea de la superioridad reprime duramente al empleado, allí se ha perdido todo el respeto que hubo alguna vez.

Para dialogar con respeto, y que este no le falte a ninguna de las dos partes es tarea fácil, la conversación debe ser pacífica, clara, amena, sin levantar las voces, sin gritar, y libre de amenazas. Para conservar el mutuo respeto, es necesario ser pacifico, de lo contrario, si eres malo, y te pones por delante diciéndote que debes ser respetado porque ocupas en ese momento el cargo de padre, madre, amo, o patrón, pues llegado el momento, y le ruego al universo de que eso no te pase, te preguntarás siempre porque tus hijos se han alejado, o porque tus empleados se han marchado. Lástima que esto siempre sucede cuando ya es demasiado tarde para cambiar las cosas.



CONTINUARÁ...


viernes, 26 de mayo de 2023

EL HOMBRE MODERNO Y LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORÁNEA- PARTE IV


CAPÍTULO IV

Lo cultural es mandato

I)- ¿Qué es un mandato?/La universidad y lo que debes estudiar. II)- Vivir trabajando. III)- El matrimonio como supresor de libertades. IV)- Sobre tener hijos.


I)- ¿QUÉ ES UN MANDATO?/LA UNIVERSIDAD Y LO QUE DEBES ESTUDIAR

Últimamente la frase «dejar de estudiar, para empezar a aprender» está rozando fuerte en el interior de mí cabeza. Al igual que un pájaro enjaulado, mis ideas van y vienen, chocando con las paredes de la cavidad craneana, intentando salir o penetrar más hondo aún en el fondo de mí alma. Y dejar de estudiar, para comenzar definitivamente a aprender, es en sí una idea magnífica, que rompe con las estructuras sociales, con esos mandatos que nos van condicionando la vida.

Antes de empezar a desarrollar este capítulo, quiero hablar un poco de lo que son los mandatos, que explicado a groso modo no son más que una vida prefabricada, estructurada según lo que es «correcto» o «socialmente aceptable». No es más que el guion que todos repetimos, orientado a la forma en la que tenemos que vivir la vida, debes estudiar, tener un buen trabajo, una familia (hijos, matrimonio), uno o dos autos, una casa, y así hasta el final de nuestra días. Es un tener y tener, pero no decidido por mí cuenta. Hay gente que no puede ver estos mandatos, o peor aún, me tildan de loco por creer en ellos, pero he llegado a la conclusión de que esos mandatos están tan internalizados en nosotros, que ya ni siquiera los percibimos, y hacemos las cosas por inercia, ni siquiera nos preguntamos si realmente queremos o no hacerlo, simplemente salen solas las cosas. Y estudiar alguna carrera, con el único fin de ser alguien en el futuro, es una de esas construcciones, y por eso la plantee como la primera de ella, pero me era necesario hablar un poco por encima de los mandatos, para entender mejor mí postura sobre estos temas que forman parte de este respectivo capítulo.

A todo esto me formulo estás preguntas: ¿Por qué necesitamos ser alguien en la vida? ¿Necesitamos realmente un reconocimiento social para poder vivir? ¿Puedo vivir sin la necesidad de tener un prestigio? A todo esto se responde por dos caminos, una respuesta fácil, y otra un poco más difícil. Para empezar la fácil es que si, se puede vivir tranquilamente sin todas aquellas necesidades que no hacen más que elevar nuestro egoísmo, creyéndonos superiores por el hecho de haber estudiado alguna carrera. Ojo esta respuesta podría haber entrado tranquilamente en el capítulo de los moralistas, debido a que si querés prestigio, no debes ni tenés que estudiar cualquier cosa; siempre el prestigio va a estar ligado a carreras de alto nivel como medicina, abogacía, contaduría, carreras que de alguna manera te dan un «respeto social», que no es más que una desprecio a las demás carreras (más que nada las relacionadas a las humanidades), y las personas que las desean estudiar.

Por otro lado la respuesta larga es la siguiente: hay un alto grado de expectativas aplicadas a la idea de estudiar algo, muchas veces tenemos la posibilidad de decidir que queremos estudiar, y otras bueno, nos dejamos manejar la vida por otros seres que van a decidir qué será de nuestro futuro, y nos toca hacernos cargo de nuestra debilidad, afrontando lo que se nos pone adelante. Estudiar algo genera—a demás de ansiedad, estrés, entre otras cosas— un nivel alto de ideas o expectativas relacionadas a que con ese estudio puedo tener el trabajo que desee, el puesto de mis sueños, aún así sabiendo que tengo dos caminos/salidas para diferente situaciones:

a)- En caso de que sea la carrera de mí sueños y haya sido estudiarla un ejercicio de mí libertad, pueden pasar dos cosas:

a.1)- Puedo llegar a través del esfuerzo y el sudor propio, a conseguir ese trabajo tan soñado que me solucionará la vida, permitiéndole crecer y desarrollarme como ser humano, ya sea profesional o socialmente.

a.2)- Siendo realistas ¿Qué probabilidad tengo de conseguir ese trabajo soñado a penas salga de la universidad? Esta es muy baja por su puesto, puede ser que a los meses de recibirme todo se me dé como en la opción uno, o quizás me tome mucho años llegar a ese sueño. Y antes de que digas algo esto no se trata de desmotivarte, sino más bien de acercarte una parte real de la vida.

b)- En caso de que no sea la carrera que yo elegí tengo otras dos opciones:

b.1)- Condeno mí vida a estudiar y a trabajar de algo que no me gusta, ni apasiona, con el fin de darle el gusto a los demás a costa de mí felicidad. Es decir vos mismo, sin la voluntad de terceros (en el sentido de que yo tengo el derecho de elegir lo que quiero), te colocas los grilletes y las cadenas que te harán esclavo de por vida.

b.2) O tomas las riendas de tu vida, das un giro de ciento ochenta grados, y cambias el rumbo de tu vida para siempre, empezando a velar por tu bienestar, y por sobre todas las cosas tú felicidad.

Hoy en día en materia de estudio es todo más fácil, no era como antes. La vida sacrificada del estudiante ya no se hace con el ímpetu de hace treinta o cuarenta años atrás, hoy las nuevas comodidades sirven muchas veces para enfocarnos en otras cosas, hoy puedo aprender del conocimiento de mil libros sin la necesidad de estudiar una carrera fija, durante cuatro, cinico, o seis años. Pero a la hora del trabajo, y muchas veces visto desde mí forma de mirar, no resulta más que un impedimento, un título universitario no te define ni como persona, ni como profesional, porque puede ser más profesional el albañil que con prolijidad inmaculada deja la pared recién revocada de una manera perfecta, mientras que aquel que estudió una carrera puede resultar ser alguien que a pesar de contar con ese aval universitario, no sepa desempeñarse en el cargo que le han asignado.

Muchas veces no sé trata de estudiar para conseguir el trabajo ideal, muchas veces es una cuestión de aprender, para ser el ideal en ese trabajo. Porque luego aparecen esos seres «superiores», que aparentan ser más por el hecho de poseer un papel que les dieron cuando se recibieron, pero no solo se quedan en eso, en la apariencia, porque es la única forma de demostrar que saben algo, pero en realidad dudan de lo que hayan aprendido, y más de lo que puedan hacer.



II)- VIVIR TRABAJANDO


El trabajo, y no lo podemos negar, es algo necesario para la existencia y el continuo progreso de las sociedades humanas. Lo necesitamos, y él va de la mano con la cultura del esfuerzo, si uno no hace algo para que las cosas sucedan, es imposible que las cosas sucedan por sí solas, y si uno se pone a pensar, el trabajo es el mejor accionar para una vida más activa.

Lo sé, a veces no nos da ganas, no nos gusta compartir tiempo con esos compañeros que son tan insoportables, o a veces no soportas a tu jefe y te gustaría renunciar a la primera de cambios, para ver la cara que pone cuando se lo dices, y sepa que perdió a un gran empleado. Todo eso nos afecta, pero no sé compara con el hecho de saber que estás haciendo ese esfuerzo por un bien mayor, a veces no está mal sacrificar un poco de la libertad que tienes, porque no quieres que los grilletes, propios de la esclavos, se cierren sobre tus muñecas. Pero verlo de ese lado es muy negativo, solo hay que saber darle una vuelta más a la tuerca. Pero para mirar las cosas no nos sirve un punto de vista, porque evidentemente estamos dejando el otro punto de lado, para eso es necesario hacernos de los dos, para de allí unirlos en uno sólo definitivo, tomando lo positivo, y lo negativo de ambos. Si yo te entiendo, sueñas apasionadamente con convertirte en ese artista tan maravilloso que algún día quieres ser, tienes muchas ganas de ser el nuevo ídolo en la música y que todos te admiren, y respeten, o quizás quieres ser el nuevo Cortázar, y crear grandes novelas y cuentos, que serán traducidos a varios idiomas. Si, todo suena maravilloso, pero siempre se nos pasa un detalle, visualizamos el objetivo, sabemos lo que queremos ser en ese futuro prometedor, pero se nos pasa de largo todo el duro camino que hay por delante, todas las frustraciones, o alegrías que viviremos, nuevamente digo que las cosas no se hacen solas.

En esta parte de nuestra historia, es donde tenemos que tener en cuenta que si queremos lo que deseamos tenemos que trabajar duro para alcanzar el objetivo final, y a veces es necesario- como bien dije antes- sacrificar un poco de nuestra libertad para conseguir ese objetivo.

El trabajo no es más que el desarrollo de una actividad, con el fin de que ésta sea remunerada, y sirva para el bien común, sino fuera por ello no se trabajaría, por ende es necesario. Ahora esto no quiere decir que debo pasarme la vida entera trabajando, viviendo solamente para trabajar, eso no, uno puede entregar un poco de su libertad, pero no condenarme a una esclavitud sin sentido.

Tampoco se trabaja por dinero, si, es una actividad remunerada, pero de todas formas éste no debe ser el motor principal, sino en cambio poner en frente de tus ojos la idea de que el trabajo, cualquiera que sea, dignifica al hombre, de igual manera nuestra dignidad debe tener ciertos límites, y uno de ellos es no agachar la cabeza y aceptar el rol de esclavos. Se trabaja porque se quiere, y es una herramienta del progreso del hombre como ya dijimos, ahora está en uno comenzar la labor del escultor, para que con el cincel darle forma a tu vida.

Si bien, retomando el tema del dinero, es muy importante porque de él deriva nuestra subsistencia, no tiene que ser la meta final, trabaja por ti, por tu familia, por tu progreso, y del dinero no te preocupes, el va y viene. No te dejes manipular por las víboras de lenguas venenosas que te harán creer que tu trabajo no vale, o lo comparen con el de otros, la clave para ser tu mismo es solo escucharte a ti, no se trabaja para demostrarle nada a nadie, en definitiva, no tienes porque demostrarle nada a nadie, es tu vida, y tu la vives como quieras.

Habrá quienes dirán que hay más trabajos y con mejores sueldos, pero con qué fin si mí felicidad haciendo lo que amo, es más superior que el sueldo más alto.

Para ir cerrando, este es uno de los mandatos culturales que, a diferencia de estudiar una carrera, si o si debemos cumplir, no exactamente como lo mandan, pero si de la forma que nos gusta.

El vivir para trabajar nos va terminar ahogando, con el pasar de los años nos habremos cansado, y dado cuenta que sacrificamos lo más valioso que tenemos, y solo ahí, en ese momento, nos habremos dado cuenta del error fatal que cometimos. Al igual que el matrimonio, no podemos dejar que las cosas externas supriman nuestra libertad, trabaja si ¿demasiado o poco? Solo digo que lo suficiente.


III)- EL MATRIMONIO COMO SUPRESOR DE LIBERTADES


Para entender mejor este punto, partamos de la base de entender un poco mejor el concepto o la palabra «pareja», si nos vamos a una definición más sutil, menos compleja, y más sencilla, podríamos afirmar que se trata de estar parejos (tampoco es tanto misterio, la definición lo dice la misma palabra). Es decir, en el ámbito romántico se trata de conseguir a alguien que comparta las mismas similitudes o coincidencias, pero a la vez que también tengamos nuestras propias diferencias. Por lo tanto el concepto de pareja para mí forma de ver es en el acto romántico, encontrar a alguien con quién comparta muchas cosas, y a su vez difiera en otras. El término pareja se aplica directamente a ese concepto, es decir conseguir a alguien que esté en la misma «sintonía», y tenga un balance entre lo positivo y lo negativo. Ahora cuando ese balance no se da, o pierde el equilibrio estamos hablando de una pareja dispareja, donde la proporcionalidad entre lo que compartimos, y lo que no es mayor, y se diferencia mucho, por ejemplo: podemos tener mil cosas en las cuales coincidir, pero hay dos mil en la cuáles de verdad no logramos llegar a un común acuerdo.

Teniendo esto asimilado, vamos a llamar al primer ejemplo de pareja, en donde lo positivo y lo negativo están en su justa medida, una pareja estable (aunque este término es más profundo). Cuando esto sucede, es muy normal que la sociedad tienda a darle un simbolismo a todo aquello, uniendo a ese hombre, y a esa mujer ( o hombre y hombre, y mujer y mujer), en una unión, que a mí parecer es más bien un hecho de castración (ya verán porqué), llamando matrimonio, casamiento, boda, etcétera. La idea de esta unión, es más bien la supresión de la libertad, y deja en claro, el hecho de que las personas renuncian a ser de ellas, para ser cuál objeto, posición perpetua del marido, y el marido, posesión eterna de su esposa, aunque ya ahora, y gracias al cielo esto ya no es tan así.

Antiguamente, y no me refiero a tiempos perdidos hace miles de años, sino que hablo por allá hace treinta o cuarenta años, el matrimonio era un hecho casi santo, era lo más grande de la vida, con ideas absurdas como llegar virgen en el caso de la mujer, algo nefasto, inculcado por el orden religioso. Mientras que el hombre debía ser de cierta manera, para poder pedirle la mano a los padres de su prometida, si es que éstos no arreglaban todo eligiendo ellos el pretendiente.

Y tomemos un momento para hablar de lo grave de esa frase «mí prometida» esa cuestión de que la mujer, o el hombre es de mí propiedad, te prometieron a mí, sos mía. Nada más aberrante, ni más nauseabundo que el machismo, o el feminismo posesivo. Nadie es propiedad de nadie, yo soy propiedad mía, y el matrimonio lo que hace y con mucha intención, es quitarme ese derecho, así disfrazarlo con una idea más romántica, haciéndolo ver como un acto de amor puro, y de entrega total hacía el otro. Si, es una entrega total de la libertad para pasar a ser propiedad de un tercero. Y la unión de Dios avala esa pérdida de aquel derecho preciado, y poniendo un montón de condiciones, y llamándonos pecadores por si dejamos o renunciamos a ese contrato malvado, separándonos para siempre de algo que es natural, y propio de nuestra naturaleza.

El matrimonio se inventó con el fin de suprimir la libertad individual. La única forma de zafar de ella es no casándose, o por consiguiente, casarme pero no cumplir exactamente con todas esas normas que él impone. Ahora ¿Esto me da derecho de hacer lo que quiero cuando estoy casado? Por supuesto que no, solamente se trata de no renunciar a mí libertad, de ser yo siempre, algo que todos sabemos.

Está cuestión posesiva, del sos mía, o sos mío, no la comparto para nada. Nadie es de nadie, yo soy dueño de mí mismo, y nadie puede venir a cambiarlo. El hecho de estar casado no tiene que ser esposas en mis manos, sino de hecho la idea de unir a dos personas que son libres, y tienen que seguir siéndolo, pero a la sociedad toda, no le gusta que alguien sea dueño de su vida, por lo que a la hora de firmar ese contrato macabro, hace de la letra chica, no solo más chica, sino ilegible, para que los tontos caigan sin sospechar nada de la trampa que le han tendido.

Este mandato cultural, es para mí realmente insoportable, porque al igual que los hijos, es muy difícil de no cumplir, porque involucra una serie de pautas socialmente aceptadas, aunque, seamos sinceros, hoy en día el matrimonio no es lo mismo que antes, su valor fue disminuyendo gradualmente, por lo menos eso es una señal de que vamos avanzando, rompiendo con las estructuras sociales preestablecidas.

¿Pero por qué digo que el matrimonio es un hecho de castración? Lo es en el punto central de la vida humana, porque coarta tu libertad, te somete a ser el dueño, o el objeto del otro. Es literalmente un acto de castración a la fuerza, donde muchas veces no sabemos decir que no.

Hace un tiempo hablaba con alguien- que no viene al caso mencionar- que me decía con una total convicción, que los mandatos culturales no existían, yo lo miré con asombro y la respuesta que pronuncié ante esa declaración, es que los mandatos son casi invisibles ante la sociedad de hoy, porque ya están tan internalizados en nuestro accionar social, que no nos ponemos a pensar tanto si realmente deseo casarme, o quiero tener hijos. Los tenemos tan asumidos que no los cuestionamos, y solamente actuamos por inercia, pero está claro que el hecho de no percibirlos, no significan que no existan. Y luego me preguntan, a pesar de lo que pienso, si yo algún día me voy a casar, y riendo con la gracia que me hace esa pregunta, respondo que si algún día deseo hacerlo, lo haré, pero no traicionaré estas ideas, porque será hecho en plena conciencia, con el respeto debido hacía mí libertad y la de mí pareja, y sobre todo, con un profundo amor hacia el ser que me acompaña. No lo haré por moda, no lo haré por conveniencia, no lo haré porque me lo demanden/exijan, lo haré solamente si el amor es genuino, y no me quita libertad.



IV)- SOBRE TENER HIJOS


El tener hijos es una materia en la cual yo de verdad estoy muy seguro, y mí decisión se encamina más a una vida más tranquila, alejada completamente de la agitada elección de haber tenido hijos. Y no es algo que me vaya a arrepentir, es algo que he decidido hace muchos años, cuando comenzaba a entrar en la adolescencia, ya lo sentía así.

Puede ser que para muchos sea un terrible pecado decidir no tener hijos, mientras que a otros les parecerá algo meramente egoísta. Cuando en realidad es más egoísta aquel que los posee, porque en el fondo está cumpliendo su fantasía de auto-satisfacción, mientas que yo en mí «amor egoísta» puedo tener más tiempo con el cual compartir con mí pareja, disfrutar más de hacer lo que me gusta, tener tiempo libre para el sexo, y no corro el riesgo de ser un fracaso como padre, aunque éste último, puede ser mí miedo más grande.

Usted lector ocupará por un momento el lugar de un psicólogo, y escuchará— o mejor dicho leerá—, todos mis pensamientos y se dará cuenta que soy un dominado por el miedo, que soy un ser absolutamente mediocre, lleno de contradicciones, pero que en el fondo se dará cuenta de que soy un alma sensible y torturada por el paso mortuorio del tiempo, y en este mundo—como bien sabrá—, no hay lugar para almas sensibles, ni mucho menos para almas torturadas. Por lo que tener hijos no es una opción, es más bien algo que no elegiría. El camino de la cultura, de la mejora, de la búsqueda del conocimiento puro y absoluto me espera, no puedo perder el tiempo teniendo hijos. La libertad está sobre todas las cosas, y no dijo que tener un hijo sea lo peor del mundo, quizás para muchos haya sido un milagro en sus vidas, siendo sus hijos la luz que brilla y los nutre de amor, mientras que para otros los hijos pueden ser más que una carga, una condena perpetúa que los va a atar para siempre, y de la cual no hay retorno.

Si lo sé, quizás estoy exagerando un poco con lo que estoy diciendo, pero ese era mí pensar hace tres años atrás, hoy en día creo que no es algo a lo que estoy preparando, no los veo ya como una carga, como dijo el gran cineasta, actor, escritor y tarotista chileno Alejandro Jodorowsky: «traer un niño al mundo significa crear conciencia». Magnífica frase, y excelente forma de ver las cosas, hoy en día si bien prefería no tenerlos, no dudo en que les daré el amor que sea necesario, pensando en que quizás si logro hacer las cosas bien habré traído a este mundo tan convulsionado a un nuevo ser con una capacidad de ser consciente sobre todo lo que rodea.

Un hijo no es un pequeño juguete, un hijo representa un verdadero desafío que, seamos sinceros, nadie está preparado para afrontar. Si lo tuviera que ver a todo como hoy en día, creo que lo mejor sería no tenerlos, por una cuestión global, y se que suena a una excusa barata, pero no creo que nacer en este momento sería lo más idóneo.

El decidir no tener hijos es un conjunto de perspectivas que no son para nada ilógicas, son más bien claras y reales ¿Si no puedo darme la vida qué quiero a mí mismo, cómo podré dársela a alguien más? Nunca faltará la persona que se ofenderá, o no le gustará la idea que formulo en este apartado, pero a fin de cuentas yo no vengo a coincidir con todos, ni estar de acuerdo con todos, a final de todo los hijos no dejan de ser un mandato cultural más, pero que otra vez, a diferencia del trabajo, podemos elegir si lo queremos cumplir o no.

¿Se han preguntado alguna vez la condena que sufre una mujer que no quiere ser madre? ¿Se han puesto a ver los sentimientos de aquella mujer que en pro de una vida mejor decide llevar una vida más tranquila, para crecer a nivel personal, sin la necesidad de cargar con un hijo? Yo sí lo he pensado, hoy en día, y por suerte, se están dando más casos de mujeres que no desean ser madres, pero a fin de cuentas la sociedad las sigue cuestionando. Da la sensación que todavía se mantiene ese discurso tan anticuado, de que la mujer está hecha solamente para ser madre, y no para otra cosas. Que biológicamente tenga la posibilidad de crear en ella un ser completamente nuevo, no quiere decir que sea van todas las mujeres del mundo obligadas a cumplir dicho acto biológico. No porque una persona tenga la habilidad de hacer bien determinado deporte, no quiere decir que será un deportista profesional. La habilidad está, pero es uno el que decide.

La condena en este caso es siempre hacia la mujer, el hombre que no desea procrear es dejado de lado, mientras que la mujer es la que sufre todas las injusticias, aunque por suerte, hoy en día las cosas han cambiado bastante, y ya no tienen toda esa presión sobre sus hombros, dependiendo claro de las tradiciones familiares, y el entorno familiar.

Para cerrar este tópico, solo voy a agregar que tener hijos para mí no es lo más importante en estos momentos de mí vida, pero que si por algo llegara a tenerlos, no dudaría ni un segundo en darles todo el amor del mundo, en darles educación, contención emocional, en apoyarlos. No soy un ser malvado que desprecia a los niños, solamente que en mí visión de cuestionar, y desafiar lo que los demás toman como verdad absoluta, me lleva muchas veces a ser más serio con lo que digo, y otras veces un poco exagerado. Es que también es entendible saber que hay tantos niños en el mundo que han llegado al lado de familias de ignorante, que no se saben hacer cargo de ellos, y estos niños terminan con sus vidas arruinadas, bajo el yugo de padres irresponsables ¡Ojalá pudiera darle un mundo mejor a cada niño de este decrépito planeta, para que vean que hay algo más que simplemente lo que tienen! Y por eso escribo, por eso dejo constancia de mí pensamiento, porque lo que quiero es un planeta mejor, donde todos puedan desarrollarse, crecer, y de seguro si todo fuera así de hermoso no dudaría en poder traer una nueva vida. Pero si las cosas siguen en este retroceso letal, lo veo poco probable.

Por eso no encontré mejor alternativa que dejar por escrito lo que pienso, no lo hago por dinero, ni por la idea de que lo que yo ahora escribo me va a llevar a la fama, al contrario ese camino no lo quiero, lo único que deseo es dejar testimonio de lo que soy, para que cuando mí huesos se conviertan en polvo, las palabras aún permanezcan en la boca, y la memoria de las nuevas, futuras y mejores generaciones.


CONTINUARÁ...

domingo, 21 de mayo de 2023

YO SOY TU AMIGO FIEL

 💕ETERNA EN MÍ 💕



DEDICADO A MI MEJOR AMIGA, LUPINA



Por... MARK
*************


💗💗💗💗💗

    Y te fuiste nomás, tengo que confesar que siempre conviví con el miedo de que algún día el destino te alejaría de mí. Pensar en tu muerte era algo que me producía muchísimo miedo, me daba pánico de solo imaginar el dolor, y ahora que lo siento me hace ver todo diferente. Quería empezar esto sin ponerme a llorar, pero que se le va a hacer, soy humano, tengo sentimientos, y tengo que soltarlos. Tu pronta partida me hace sentir devastado, como perdido ante el mundo, vacío, casi solitario a pesar de que tengo padres, hermanos y una pareja que me apoya, pero de todas formas hay algo adentro mío que no se como lograré sanar.
   Me acuerdo del primer día que llegaste, fue casi obra del destino, eras el único cachorrito al que todavía nadie había adoptado, cuando mí papá te trajo. Vivíamos en el campo y nos reíamos porque tus primeras noches compartías habitación con un pollo. Luego con el pasar de los días fuiste creciendo y siendo una traviesa como siempre lo has sido. 
   Recuerdo muy bien que por aquellos momentos yo estaba transitando una etapa muy fea—vamos a decirle oscura—, en mí vida, marcada por la depresión y la ansiedad, no tenía a nadie, no contaba con amigos, me sentía solo, me veía como alguien que no encajaba en este mundo, un rechazado, «un ratito», pero, por esas cosas del destino vos me elegiste, te quedaste conmigo y fuiste mí mejor amiga. Cada cosa que me pasaba la compartía con vos, aunque no hablabas, sabía que me entendías. 


                          AÑO 2014, ERAS UNA COSITA TODA TIERNA 


    Durante el proceso de terapia fuiste un elemento fundamental, me acompañaste sin pedirme nada a cambio, eras el verdadero amor puro. En los ataques de pánico o de ansiedad, e incluso en los momentos depresivos, siempre estuviste ahí, nunca te apartaste de mí lado. Te convertiste en ese ángel que velaba por mí.
   Con vos todo era risas y juegos, buenos momentos y abrazos, compañía y amistad.
   Saber que te fuiste me ha dejado muy mal, te extraño demasiado. Se que tengo que reponerme y tratar de seguir adelante, se también que tu alma ahora me cuida, que te has convertido en mi angelito de la guarda, y eso me reconforta, aunque por otro lado se que ya no te voy a volver a ver, ni a tocar o a escuchar ladrar, pero quedate tranquila que en mi corazón guardo los mejores recuerdos de vos. 
   Las historias que se me vienen a la cabeza son infinitas, me acuerdo por ejemplo cuando te sentabas conmigo a comer mandarinas, o las siestas que nos hacíamos juntos en el sillón de casa, ahora tengo muchas ganas de salir a correrte mientras no me querés dar la pelota, o cuando te mandabas alguna macana y te refugiabas entre mis piernas para que la mami no te retara. 
   Me duele saber que la vida es injusta, justo ahora que estoy empezando a remontar mi vida, empezando a poder vivir de lo que me gusta, pasa esto, esa puta enfermedad que te arrebató la salud con tan solo diez años. Tenías tanta vida, tanas ganas de vivir, tantas aventuras por descubrir, y yo te quería ver bien, te quería seguir acompañando, aunque en realidad sea al revés. 
   Se que en algún momento me voy a reponer, pero no puedo evitar llorar cuando te pienso o miro tus fotos. Hace unos días que deambula por mi mente la idea de que viniste al mundo y a mi vida con una misión, guiarme y darme fuerzas para que yo pueda continuar, me acompañaste en cada caída y una vez que viste que más o menos podía pilotear el vuelo en medio de las tormentas, te fuiste satisfecha sabiendo que habías cumplido con honores tu misión, con el deber del angelito que sos.




    Se también que no querés que llore, pero ¿Cómo puedo hacerlo? es imposible, me duele saber que te fuiste, pero se que ahora estas feliz, estos últimos días de vida sufriste por culpa de esa maldita enfermedad, pero ahora estas en un lugar mejor, junto a tus otros amigos, de seguro te reuniste con la Layla y el Aquiles, ambos se fueron temprano y también los lloré, ahora se habrán reunido los tres para corretear por las nubes, esperando nuestra llegada. Se que tu final no significa un adiós, sino un hasta luego, solo pido que no seas impaciente, porque para allá vamos todos. Ahora que lo pienso te ganaste el paraíso y te lo mereces, descansa, hiciste tanto en estos años que mereces reponer energías. Solo tengo para decirte un infinito GRACIAS, por ser mi amiga, por ser mi guía, por ser mi hermana.
   Algunos tal vez no lo entiendan, y piensen que esto es demasiado exagerado, yo solo tengo para decirles que no es mi culpa que no entiendan, pues no puedo hacerme cargo de lo que piensan los desalmados y los insensibles, que nunca han sentido amor por algún ser vivo, porque eso es lo que siento y seguiré sintiendo por vos, un eterno amor infinito. 
    En estos días te dediqué un par de escritos porque la psicóloga me recomendó escribir lo que sentía, sobre todo para poder descargar el dolor, así que aquí al final te dejo esos escritos que hice. 
    No me quiero despedir sin antes saber que fuiste el mejor perro que tuve, te amé y te quise como a nadie, por siempre estrás tatuada en mi corazón, en mi alma y por siempre vivirás eterna en mí.

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   Gracias por tanto mi Pupi, besos y abrazos al cielo 🐾🐾💓


LOS ESCRITOS

💟

  Necesite tenerte conmigo un tiempo más, grité con todas mis fuerzas que el cielo podía esperar. Solo quería un momento más, saber que ibas a estar cuando ya no estuvieras. Tu misión iluminó mí camino, pero que injusto es el destino, que en la mejor parte te tuviste que ir.

  Tu nombre será por siempre la luz de mí alma, el símbolo de la amistad incondicional, viniste sin pedir nada y nos diste tanto.

   Hoy, mientras camino, miro al cielo y te busco, aunque no te vea se que estás ahí, aunque no te sienta se que me observas, caminas a mí lado, empujándome para que no me caiga.

   Éstas palabras trascienden cualquier frontera, y espero que te abracen, allá donde me esperas. Se Feliz, corre, disfruta del cielo, porque siempre vivirás eterna en mí.

🐾🐾🐾🐾

   El sol altera mí visión, necesito de un día gris, necesito que el cielo llore conmigo, que me acompañe a despedirte. Eso hará sanar mí alma, eso me dará fuerzas para saber que ahora estás mejor. La vida es tan injusta, es tan efímera como el agua entre los dedos. El tiempo se escurre en horas eternas que se me hacen interminables, mientras aún me pregunto el por qué de las cosas.

   Escribirte me hace bien, libera las presiones, pero cuando salgo a la calle no puedo evitar poner mí cara de amargura, no puedo evitar mirar a mí alrededor y ver tanta humanidad, necesito soledad, sus voces me ahogan, me refugio en tus recuerdos y me siento vivo. 

  No sé cuanto tiempo me va a tomar esto, no sé cuántas lágrimas tendré que seguir derramando. La música me hace pensar, lo pasado se hace presente en el aquí y ahora, guardo los recuerdos con el cariño que un artista le tiene a sus obras. Te abrazo en la inmensidad, por tanta felicidad bien aprovechada.

🐾🐾🐾🐾

  Desearía volver atrás, tener a mano un «Ctrl+Z», para volver a escucharte, acariciarte. Me apegué tanto a tu presencia en esos tiempos oscuros, que una noche te prometí que nada me alejaría de vos. El perro es el mejor amigo del hombre ¡la pucha si lo sabré! Ahora tengo que averiguar como sanar éste vacío...

🐾🐾🐾🐾