CAPITULO II
Al caer la noche, me tiré sobre la cama a pensar y reflexionar, saqué la foto de mi bolsillo y acomodonadome sobre el escritorio que estaba en mi pieza la analize más profundamente. Parecía evidente que la familia que ahí aparecía no estaba enterada de la presencia de aquel ser de aspecto humanoide.
Abrí el primer cajón del escritorio y extraje un lupa que aún conservaba en su empaque original, recordándome que había sido un regalo de mi difunto abuelo.
Bajo la luz de una vela y a través del vidrio de la lupa, visualice con mayor detenimiento las caras de aquellas personas, ninguna estaba alertada de aquella precensia, como si nadie lo notara.
Deje a un lado a las personas y me centre en lo que había al rededor, el fondo era la casa, solamente que cuando estaba habitada y bien cuidada, pero algo rápidamente llamo mi atención. La casa en ese momento estaba separada de las otras por causa de un baldio y por detrás de esta se asomaba algo que no podía entender, una especie de maquinaria extraña, completame de metal.
Tuve que esforzarme para poder ver con detalle que aquella cosa estaba medio enterrada en el suelo, como si quisieran ocultarla de los ojos curiosos.
El reloj sono anunciando la media noche, el tiempo había pasado rápido y tenía que dormir. Me fui a acostar con muchos pensamientos atípicos, a la vez que tenía una singular sensacion que no me dejó dormir, la cabeza me daba vueltas, intentando buscar alguna respuesta, pero finalmente me dormí, sabía que mañana iba a ser un día especial.
Iba a develar aquel místerio y encontrarle una explicación lógica a esa foto y sobre todo saber que era aquella cosa. Pero lo más importante en ese momento era que nadie podía saberlo o por lo menos mantenerlo oculto hasta que supiera la verdad.
El día llegó rápido y me levanté temprano, al saber que no tenía sobre mis hombros la presión de ir a la escuela, tomé la foto y partí hacia la casa abandonada.
CONTINUARÁ...
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