Me fui con mi bicicleta hacia la casa, pero esta vez tomé un camino diferente al que usualmente sabía transitar con mis amigos, este pasaba por detrás de un viejo hospital del cual se contaban varias leyendas, a pesar de que todavía seguia atendiendo a la gente, pero enfocado a aquellos de bajos recursos.
Recuerdo con claridad una historia sobre la supuesta aparición de una figura que según comentaban, rondaba por ese hospital y más que todo a la media noche. También se hablaba de el espíritu de un soldado que había muerto a causa de una herida en su cuello y anda vagando por los pasillos, hasta encontrar el pasaje que lo llevara hacía la otra vida. Esto se dijo ya que aquel viejo hospital había sido un centro de atención para los soldados que había estado en la primera guerra mundial.
Claramente yo siempre me vi escéptico en todo este tema o bien siempre intentaba buscar algo de lógica, pero por otro lado lo sucedido con esa foto me había producido algo no había sentido nunca, miedo.
Apartando mi mente de esos pensamientos, me concentré en el camino, ya había pasado el hospital y ahora quedaba un pequeño trecho por una fila de árboles hasta llegar a un pequeño puente que atravesaba un riachuelo de no mucha profundidad.
Finalmente me volví a meter a la calle principal, ara un sábado como cualquier otro, la calle que me conducía hacia la casa estaba más o menos vacía, ya que algunos comerciantes empezaban a abrir sus negocios. Hice media cuadra y maniobre en una esquina, hasta toparme de frente con aquella imponente y tenebrosa casa.
La forma que teníamos con mis amigos de entrar era a través de una puertita, que nos conducía a una habitación un poco más iluminada. Pero decidí entrar por la puerta del frente, moví el picaporte de un lado otro y no se abría, estaba llavada por dentro.
Al final tuve que forzar la puerta y la terminé destrozando con un hacha que había encontrado, siempre atento a cualquiera que pasara para evitar ser visto.
Entré y todo estaba igual que siempre oscuro, frío o con una sensación rara que producía el silencio.
Cada paso que daba resonaba en toda la casa, haciéndome pensar que alguien más caminaba por ahí. Volví al cuarto de arriba y la caja ya no estaba al igual que las todo lo que contenía, eso me llamo mucho la atención pero no le di la importancia suficiente.
Salí de la casa y me fui al patio trasero, el lugar en donde aparecía esa máquina en la vieja fotografía, todo estaba normal, nada me indicaba que esa maquina haya estado alli, pero entonces un brillo en el piso capturo mi atención, escarbe un poco pero note que ese objeto no era de un tamaño menor.
Después de un rato de escarbar con mis manos extraje de la tierra una placa de un metro y medio de largo, de un metal nunca antes visto, en este se observan inscripciónes como los de los papeles de la cajita, en un idioma que a mí se me asemejava al latín.
Puse la chapa a un lado y me apolle sobre una tapia en donde antes estava el sitio baldío que aparecía en la foto, en donde quedaba de frente a la ventana de la habitación del segundo piso.
Me quedé sumido en mis pensamientos, cuando en una fracción de segundo alcancé a contemplar una figura de baja estatura, con ojos grandes y esbozando una sonrisa siniesta, que me observaba cuidadosamente desde la casa.
Me paralice por completo hasta que aquella cosa se fundio con la oscuridad de la habitación, por instinto tenía que huir, pero no sin antes averiguar que era eso. Me levanté un poco tembloroso y camine para la casa, tenía miedo y mucho, pero estaba decidido... Iba a entrar.
CONTINUARÁ...
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